-No.- me dice tajante.- Ya sé lo que estás pensando. Eso definitivamente no.
No estoy pidiéndote permiso. Escribo yo, molesta ante su actitud.
Ya pasan de las dos de la mañana. Mi cabeza retumba después de toda la información que recibí hace unas horas. Información que me mostró que el origen del mundo que conozco es mucho más macabro de lo que hubiera podido imaginar.
-Si intentas hablarle a Erik, te meterás en problemas, él le dirá a mi padre, querrán estudiarte. No tienes idea de lo que pueden llegar a hacerte.
Sé muy bien lo que podrían hacer conmigo.
-¡Entra en razón, Vanessa!- dice tomándome de los hombros- quiere utilizarte para crear una nueva especie. Te cruzará con algún chico extraño y los modificará quirúrgicamente , seguirá experimentando hasta conseguirlo. Si tú no le sirves, te matará y se conseguirá a otra.
Si le hablo, será seguro que va a utilizarme a mí. Entonces haré que me cuente todo lo que pretende. Así podré darte toda la información.
-No es tan tonto como tú crees. Impedirá por todos los medios que hables conmigo, si es que llega a contártelo todo. Y si acaso te dijera la verdad.
Pienso un momento todos sus argumentos, cuando reparo en algo en lo que no había pensado ¿Por qué quiere saber?
De acuerdo, no le hablaré.
Suelta uno de los suspiros de exasperación, que tanto he escuchado a lo largo de toda mi vida.
Pero no lograrás ser rico ni famoso.
-¿Qué? ¿A qué te refieres?
Necesitabas saber qué hacía tu hermano para poder robarle la idea.
-Pero... ¡No! ¡Yo jamás haría algo así!
Debes querer eso, o si no ¿Para qué querrías saber lo que me hacía?
-Vanessa, ya sé lo que quieres...
Estoy segura que tienes tu propia chica para experimentar.
-Oye, es suficiente...
Alguien me dijo que eras aún peor que Erik.
-Vanessa...
Debiste hacer algo sobresaliente para entrar a Humanisi.
-Vanessa, para.
¿No te gustaba la alfombra que estaba en tu cuarto?
-¡YA BASTA!- toma mi libreta y la arroja a un rincón del cuarto, tirando un lapicero de la mesa. Se pone de espaldas a mí, con ambas manos en la cabeza, es la primera vez que pierde el control de esa manera, respirando agitadamente y con las manos temblando, cuando se voltea, su rostro tiene el color de la sangre fresca y un ligero sudor destila por su frente. A pesar de todo, no se ve mal.
Me mira con los ojos inyectados en sangre. Luce aún más intimidante de esa manera, a diferencia de todos los Homo que conozco, cuando se enfurece no lo invade un patético estupor, sino que luce peligroso y aterrorizante.
-Tú no sabes nada- me señala jadeante- no sabes nada sobre mí. No tienes idea de lo que pretendo, no... ¡No sabes nada!
-¿Y por qué no me lo dices?- me mira con los ojos abiertos como platos, es la primera vez que le hablo, pues no tengo mi libreta.
-No deberías hablarme, lo sabes.
-Ya no tengo nada que perder, tú sabes que aunque no le hable a Erik seguirá torturándome día con día hasta conseguir lo que busca. Siempre lo supiste

ESTÁS LEYENDO
Insecta
Ficção Científica¿Quién decide qué podemos ser y qué no? ¿Qué puede gustarnos y que no? ¿Lo que podemos sentir, hacer, pensar? Porque así son los Homo, piensan que están en el centro del universo, piensan que todos los Insecta y Animalia son únicamente seres vivos d...