Insecta

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Lo único que puedo ver es la bala atravesando la cabeza de mi hermano. Sus ojos que durante una fracción de segundo me miran fijamente, parecen a punto de salirse de sus cuencas. La sangre de Azael me salpica el rostro.

No vuelvo a la realidad hasta que su cuerpo sin vida cae a mis pies.

Me vuelvo hacia Erik, que se ha quedado un tanto confundido. Le arranco el arma de las manos y con ella le asesto un golpe en la cara, haciendo que varios de sus dientes salgan volando, y que caiga al suelo gritando de dolor.

Unos Panthera se llevan a Raul, al que- literalmente- he lanzado lejos.

Me tiro sobre el cuerpo de Azael. Su cabeza está sangrando terriblemente y la sien está en carne viva. Presiono la herida inútilmente mientras palpo su cuello de manera desesperada, en busca de un pulso que ya no existe.

-¡Azael! ¡Azael, di algo maldita sea!- grito mientras Ralph intenta apartarme de él- ¡Contéstame estúpido!

Finalmente me arranca de su cadáver y me contiene entre sus brazos.

Gerard abraza los restos mutilados de Azael, dando alaridos espantosos. Ralph me arrastra hasta el camarote de Raul mientras grito y maldigo.

-¡Vanessa! ¡Ya, tranquila!- grita intentando contenerme.

-¡¿Dónde está Erik?! ¡¿Dónde está?!- saco uno de mis cuchillos del cinturón- ¡DÉJAME!

Ralph toma mis muñecas e intenta inmovilizarme contra la pared. Le doy un rodillazo en el estómago y lo obligo a soltarme. Justo cuando llego a la puerta, entra Grunt, que me arrebata el cuchillo de la mano y junto a Ralph, que se ha recuperado, me sujetan.

Estoy fuera de mí, gritando como una loca y pataleando, a juzgar por sus expresiones de horror, debo lucir más desquiciada que nunca.

Finalmente, Galaxarm entra a la estancia, y sin más miramientos, me da una fuerte bofetada que hace que todo se torne oscuro.

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Estoy pasando una franela húmeda por la frente de Vanessa. Su rostro está amoratado por el golpe que le ha dado Galaxarm, pero el agua fría le devuelve algo de frescura a su expresión.

A pesar de tener múltiples heridas, no puedo evitar pensar en lo hermosa que se ve. Con los ojos cerrados, uno puede concentrarse en la belleza de sus facciones y la perfecta armonía que tienen con su cuerpo y su cabello.

Todo esto se arruina cuando abre los ojos. Sus pupilas invaden mis pensamientos y remueven mis emociones, el oscuro iris me hipnotiza con su profundidad, provocándome un escalofrío.

-¿Qué ocurrió, Ralph?- pregunta llevándose una mano al punto del golpe.

-Te pusiste como loca- le digo sonriendo- tuvieron que tomar... otras medidas.

Ella también sonríe.

-Claro- mira en derredor suyo- ¿Dónde está Aureum?

-Con Hugo y Richard. Están haciendo planes y negociando con los Panthera.

-¿Así que seguirán con esto de la rebelión?

-No creerás que lo de hoy fue suficiente para que se rindan ¿o sí?

-No, pero me encantaría.

Sonrío y vuelvo a pasarle la franela. Una mano toca mi hombro y me vuelvo para encontrarme con Aureum.

-¿Sabes dónde está Vanessa?- pregunta mientras toca mi cara para poder reconocer mis rasgos.

-Aquí está- le digo mientras guío su mano a la de Vanessa.

-¿Estás bien?- le pregunta.

-Dentro de lo que cabe- responde ella- ¿Y tú?

-Estoy bien.

-¿Qué tal ha ido? ¿Han acordado algo?- pregunto a Aureum.

-Sí, en efecto. Por fin los Panthera han caído en la cuenta de que necesitamos abordar esto de manera estratégica, y ha habido un cambio de líder.

-¿De quién se trata?

-Hugo.

Vanessa y yo nos quedamos en silencio, sopesando las ventajas y desventajas que podría tener el hecho de que Hugo esté al mando ahora.

-Es muy inteligente- señala Vanessa- pero no sé si pueda con el peso de toda la rebelión.

-Parecía muy seguro al hablar con nosotros- dice Aureum- me siento optimista.

Vanessa se incorpora de mi regazo, donde había estado refrescando su frente.

-Y bien- dice poniéndose en pie y tomando la mano de Aureum - ¿Qué procede?

Él sonríe.

-Luchar.