Me despierto, deben ser las doce de la noche, aproximadamente, ya han pasado unos tres meses desde que Albrecht y yo nos salvamos de ese Chordata, me sobresalto un poco al notar que alguien está durmiendo a un metro de mi.
-¿Qué demonios?- digo dándole una patada en la espalda, en ese momento recuerdo que es Albrecht quién está a mi lado, no me he acostumbrado por completo a él, a pesar de conocernos ya por bastante tiempo.
-¿Qué ocurre?- pregunta él, se escucha algo adormilado todavía.
-Yo... lo siento, sólo me desperté, y me sobresalté.
-Está bien... creo- me pregunta atontado.
Lo siento estirándose junto a mi.
-Realmente te pone nerviosa la cercanía de los demás ¿no es verdad?- me dice con voz más despierta.
-Si.
Nos quedamos callados, quisiera leer sus pensamientos en sus ojos verdes, como siempre hago, pero está muy oscuro, espero que el inicie una conversación con sentido, pero no lo hace, así que intento comenzar yo:
-Cuéntame de ti.
-¿De mi? ¿qué quieres saber?- pregunta sorprendido, normalmente le pido que cierre su boca, en lugar de solicitarle hablar.
-No lo se... me has hablado mucho de tu familia, pero no de como es el sistema de los Araneae.
-No es una bonita historia.
-Tampoco la mía.
-¿Por qué no me cuentas sobre ti?
-Yo pregunté primero.
-De acuerdo- dice, tras un suspiro.
Comienza su historia hablando un poco inseguro, tropezando con sus propias palabras:
-Yo tuve... más de veinte hermanos, mi madre nos crió, a todos, mi padre... murió de manera cruel-guarda silencio esperando que le pregunte, pero prefiero cerrar mi boca y esperar al final de su relato- yo fui a la escuela, desde pequeño me implantaron esas horrorosas extremidades metálicas, al principio, mamá me llevaba comida... otros insecta, pero ya estaban muertos ¿entiendes? era otra cosa... yo no quería comérmelos, mi madre me golpeaba por ser tan cobarde, pero mis patas metálicas actuaban por mi, hacían todo lo que su instinto decía... me obligaban, en cierto modo, nunca encajé en mi grupo... no me gustaban sus costumbres, pero un día... mi madre nos dijo lo que sucedería a continuación, nos dijo que todos nos separaríamos, que los varones tendríamos que buscar pareja, no estoy seguro de contarte como formamos una familia nosotros...- tras decir esto, se queda callado.
-No te preocupes- le digo susurrando- no voy a juzgarte.
-Pues... tenemos una tradición realmente ridícula, que dice que cuando queremos atraer a... una chica, debemos danzar alrededor de ella- espera mi opinión.
Tengo que contenerme mucho para no reírme ¿bailar? ¿Qué clase de ley es esa?
-Entonces... - le digo, sonando lo más seria que puedo- bailan para conquistar a una chica.
-No- dice muy serio- no entendiste, lo que intentamos hacer al bailar es distraerla para que no nos devore.
Me quedo helada, aterrada, cualquier rastro de una risa se ha borrado de mi.
-Normalmente, cuando tenemos una oportunidad, debemos darle un "regalo" es decir, una presa, cazada por nosotros, y luego... ya sabes... procrear.
Esta vez, yo siento las mejillas calientes, incluso hablar de estos temas me hace sentir vergüenza e incomodidad.
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Insecta
Fiksi Ilmiah¿Quién decide qué podemos ser y qué no? ¿Qué puede gustarnos y que no? ¿Lo que podemos sentir, hacer, pensar? Porque así son los Homo, piensan que están en el centro del universo, piensan que todos los Insecta y Animalia son únicamente seres vivos d...