¿Qué se supone que tienen de impresionante?
Nada.
Quitando el hecho de que miden casi tres cabezas más que yo y que su musculatura está tan marcada, no tienen nada de especial.
También ignorando los particulares patrones que se extienden por toda su piel, moteados y rayados, sus ojos brillantes y con pupilas alargadas, melenas salvajes que se agitan con el viento y sus movimientos silenciosos y precisos... en realidad, cada faceta de ellos advierte peligro.
Mi mente se ve asaltada por la duda que más quería evitar: ¿ellos seguirán las órdenes de un montón de Canis Lupus y sus amiguitos del bosque?
Claro que no.
¿Qué tontería hemos hecho?
No dejan de surgir de entre la maleza ¿Cuántos son? De cualquier manera, parecen ser inagotables: chicos y chicas, cada uno más intimidante que el anterior, se aproximan hacia nosotros hasta que son un corro enorme frente a todos. Noto que Albrecht se acerca mucho a mí y que Aureum toca con discreción uno de los cuchillos que llevo atado a la cintura.
Aureum y yo somos los únicos Canis Lupus despiertos, aunque los demás no deben tardar en venir. Los Orsos y Latrans seguramente no serán de mucha ayuda, ya que la valentía no los distingue exactamente, así que no queda otra opción.
Avanzo con lentitud hacia el frente de todo el grupo, intentando aparentar una seguridad que me encuentro lejos de sentir, Aureum me sigue, y maldigo mentalmente al ver que él no se molesta en ocultar que está asustado.
Me planto de cara a los Panthera. Parecen estar bastante bien organizados, pues de inmediato se adelantan tres chicos que seguramente son los líderes de los respectivos grupos. En cuanto los veo, me siento aún peor: son mucho más altos y musculosos que el promedio, todos tienen esas facciones extrañamente alargadas y una piel oscura muy hermosa. Pero lo que más salta a la vista, es que cualquiera podría asesinarme de un zarpazo. Intento contenerme de disparar mis ojos hacia el cielo al notar que ellos al parecer también siguen la estructura de "macho alfa".
-¿Dónde está tu líder?- pregunta el de la larga y encrespada melena color canela a Aureum. Detrás de él se encuentra una guapa chica que, a diferencia de él, lleva el cabello rasurado.
Él balbucea algo ininteligible, por lo que decido contestar yo.
Una respuesta prudente hubiera sido "ya viene en camino, por favor esperen", ¿pero en serio alguien cree que sería capaz de contestar eso, tomando en cuenta su evidente tono de superioridad?
-¿Qué te hace pensar que necesitamos de uno?- Él levanta la cabeza, nada feliz. Aureum me aferra la muñeca.
-¿Qué eres?- cuestiona a su vez el de piel rayada. Las líneas sinuosas y definidas dan a su rostro un aspecto de otro mundo.
-Una Canis Lupus- respondo, todos me miran fijamente al mismo tiempo, algunos intentando impedir una sonrisa burlona.
-De acuerdo. - prosigue el último de ellos. Tiene la piel llena de manchas que se extienden por todos sus brazos, y es ligeramente menos alto que los otros dos- espero que no estés insinuando que tú eres parte del grupo que ideó todo esto, de lo contrario, la rebelión está perdida.
Frunzo el ceño. Obviamente, notan que soy más pequeña y menos corpulenta que la mayoría de los Canis Lupus, aunque he entrenado duro, no puedo hacer nada con la complexión que tengo por nacimiento.
-Soy parte de ese grupo-digo elevando un poco el tono de la voz- y mi manada los reclutó. Pero entiendo que consideren a la rebelión un fracaso, especialmente si contamos con líderes ineptos como ustedes.

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Insecta
Ciencia Ficción¿Quién decide qué podemos ser y qué no? ¿Qué puede gustarnos y que no? ¿Lo que podemos sentir, hacer, pensar? Porque así son los Homo, piensan que están en el centro del universo, piensan que todos los Insecta y Animalia son únicamente seres vivos d...