Diferente

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No puedo creerlo. ¿En serio Ralph salió en mi defensa? Ni siquiera entró en detalles sobre el incidente con Feram. ¿Por qué?

-¿Les importaría darnos un minuto con Vanessa?- dice William, sin esperar respuesta, me toma del brazo con la mano derecha, y a Azael con la izquierda, como si fuésemos niños pequeños. Creo que esto de ser padre se le subió a la cabeza.

Llegamos a una zona apartada pero ya iluminada por los primeros rayos del sol.

-¿Estás loca?- William llega sin rodeos.

-Sí, un poco, pero es de familia...

-Vanessa, esto es serio- dice sacudiéndome por los hombros- te has convertido en una rebelde, ¿Cómo te atreves a desafiar las reglas de este modo?

-¡Reglas! ¡¿Quieres decirme quien pone las malditas reglas?! ¡Los Homo! ¡¿Y a quienes son a los únicos que favorecen?! ¡Los Homo!

-¡Entra en razón! Las reglas existen por un motivo. ¿No lo entiendes?

Lo miro, si tan solo pudiera decirle que yo sé el motivo de que las reglas existan, si pudiera explicarle todo lo que he visto y aprendido desde que me fui de aquí... No. No lo entendería.

-¿Quieres decirme, William, de qué te han servido las reglas?

-¿A qué te refieres?

-Sabes muy bien a qué me refiero. Has seguido las reglas al pie de la letra desde el primer día de tu vida. Ahora tienes una arpía como esposa, una legión de hijos que ni siquiera quieres y que ahora dedicas tu vida a cuidar, y así seguirás por el resto de tus días. No eres feliz.

Me mira boquiabierto ante tamaña osadía, sin embargo, reacciona de la mejor manera: me da una bofetada.

Decido no devolvérsela.

-Willam... ¿¡Pero qué...!?- comienza Azael, fuera de sí. Pero no lo dejo terminar. Acaricio la mejilla de William.

-¿Te sientes mejor?

-Yo...si- responde mirándome contrariado.

-Permíteme decirte que, eso fue contra las reglas.

-Pero... eso es diferente, no puedes cambiarte de grupo solo así.

Levanto una ceja altaneramente.

-Claro que puedo, ya lo hice.

-No, tú sigues siendo una Lepidoptera. Vanessa, tienes razón en que las reglas fueron desarrolladas por los Homo, pero eso es porque su inteligencia es superior, no puedes compararte con alguien como ellos, pequeña, no tienes la misma capacidad mental.

Que los Insecta estemos tan cegados por la autocracia de los Homo ya es malo, pero que mi propio hermano, al que yo creía tan inteligente, se crea todas esas tonterías, es demasiado para mí.

-Quizá TÚ capacidad mental no esté tan desarrollada, William, pero la mía sí. Al menos lo suficiente para darme cuenta que los Homo no pueden seguir como hasta ahora.

-Pues no te apoyo. Y nunca lo haré, así que ni siquiera pienses en unirme a tus filas de rebeldes sin cerebro. Tengo cosas que hacer.

-Sí. Tienes una gran cantidad de responsabilidades, pero prefiero ir y defender lo que es correcto que quedarme a limpiar mocos y cambiar pañales. Ojalá tu pensaras igual.

-Yo si iré contigo- Azael rompe el silencio y lo miro impresionada- no sé ni qué demonios quieres hacer ni a dónde quieres ir, pero te apoyo hermanita.

Abrazo muy fuerte a Azael, se siente bien que al menos alguien de mi familia estará conmigo, espero que cuando le diga de qué se trata específicamente no se retracte.

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