Algo en sus ojos

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-¡¿Eso fue todo?! ¡¿Ni siquiera te dijeron cómo diablos planean hacerlo?!

-¡Ya te dije que no! ¡Solamente me dijeron eso y se largaron a dormir!- contesto exasperada a la pregunta de Aureum, tras contarle todo lo que me acaban de decir nuestros compañeros.

-Pues vaya- Aureum se recuesta boca arriba mirando fijamente al sol -Vane... ¿En realidad ese Homo se enamoró de ti?

-¡Claro que no!- exclamo asqueada mientras me siento a su lado.

-¿Entonces por qué les dijiste...?

-Porque no me hubieran creído de otra manera.

-¿Estar enamorados nos pone tan estúpidos?

-Si.

Me mira fijamente.

-¿De quién te enamoraste?

-Yo, de nadie, pero mis padres estaban muy enamorados y eran un par de idiotas.

- ¿Murieron?

-Ni idea... no los he visto en más de un año.

-¿Has pensado en buscarlos?

-No. No planeo regresar.

-No te gusta mirar atrás- concluye él- pero a veces es necesario, Vane, aunque sea para tomar impulso.

-No voy a regresar. No dejo que mi pasado me conduzca. Yo no soy como Ralph.

-Eres algo cruel con Ralph.

-¿Yo? él es el que intenta hacer mi vida miserable, ni siquiera sé por qué no ha superado lo de Feram.

Aureum me mira fugazmente, pero aparta su mirada de inmediato.

-Es lo mismo que tu sientes hacia los Homo por haber matado a tus hermanos.

Esto me cae como un jarro de agua fría. Nunca se me había ocurrido hacer esta comparación. Obviamente, ¡soy tan maldita que pienso que nunca tengo la culpa!

-Tienes razón- reconozco con dificultad- pero no voy a disculparme con él.

-Claro que no. Eres una Canis Lupus.

Le sonrío ante este comentario.

-Espera, pero... si no se enamoró de ti ¿por qué te lo mostró?

-Es complicado - respondo, disparando mis ojos hacia el cielo, molesta por el cambio de tema- al inicio pensé que él quería ayudarme, pero después...

Me demoro un poco, recordando con dolor la manera repentina en que la mirada amable de Raul cambió para convertirse en unos ojos de hierro, a los que no les importaba hacer daño con tal de obtener sus intereses.

-... después me di cuenta de que era parte de un plan, se portó amable conmigo para ganarse mi confianza y luego asesinarme. Me lo mostró por que yo se lo pedí en el que se suponía que sería mi último día de vida.

-El día en que te encontramos.

Asiento sin decir palabra.

-¿Cómo escapaste?

-Él... dejó la puerta abierta, lo golpeé para distraerlo y salí.

-Mientes -dice algo dolido - pero si no quieres hablar de eso, está bien.

-Gracias- respondo.

-¿Te das cuenta de que esa información puede ser falsa?

-No- respondo tras pensar un poco- Todo concuerda. Los grupos, el muro, los Homo... además, los dos chicos que me secuestraron intentaron por todos los medios impedir que me fuera viva, seguramente saben que me dieron información muy importante.

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