Después de la cena de anoche, las cosas parecen haber cambiado sutilmente. Hay una energía distinta, una especie de tensión agradable, y no solo es la adrenalina del Gran Premio de México. Me despierto temprano, reviso el calendario del día y mis tareas, y decido llegar antes de lo usual al circuito. Al llegar, el paddock está casi vacío, y la calma en el ambiente se siente como un preludio perfecto antes de la tormenta que será la carrera.
Estoy revisando mis cámaras, asegurándome de que cada una tenga batería suficiente, cuando escucho una voz detrás de mí.
—¿Madrugando para inmortalizar la F1, Jenny? —pregunta Lando, con una sonrisa en el rostro.
Me sorprende verlo ahí tan temprano, pero trato de actuar con naturalidad.
—¿Y tú? ¿No se supone que los pilotos deberían estar descansando? —respondo con una sonrisa mientras alzo una ceja.
—Ah, pero no soy cualquier piloto. Necesito mi dosis de cafeína y mi tiempo para... estudiar el circuito —bromea, levantando un vaso de café como si fuera un trofeo.
Me río y le señalo una silla junto a mí. Nos sentamos en silencio, disfrutando de la tranquilidad antes de que el ruido y la multitud invadan el lugar. Hay algo cómodo en su presencia, como si pudiera hablar sin tener que medir mis palabras.
—¿Qué te llevó a elegir esto, Jenny? Digo, ser fotógrafa en un lugar donde el peligro y la velocidad son el pan de cada día.
Me detengo un segundo, pensando en la mejor respuesta. Nadie suele hacerme preguntas sobre mi camino o lo que me motiva.
—Creo que lo que me atrajo fue esa adrenalina de la que hablas. Pero también me encanta contar historias a través de las imágenes. Cuando capturo un momento, sé que estoy preservando algo único, algo que nunca se repetirá. Es como si pudiera guardar un pedazo del alma de cada carrera.
Lando asiente, mirándome con atención.
—¿Entonces eres una especie de coleccionista de emociones? —pregunta, mirándome como si tratara de leerme entre líneas.
—¿Coleccionista? Suena mejor de lo que realmente es —le digo, sonriendo. Me doy cuenta de que en su compañía me siento abierta, sin la necesidad de esconderme detrás de formalidades o expectativas.
Justo en ese momento, la calma es interrumpida por el sonido de pasos familiares. Max y Franco han llegado, ambos en su usual modo de competencia. Franco, con su energía relajada y jovial, me lanza un saludo desde lejos, mientras Max parece más concentrado y serio, como si su mente ya estuviera en la pista.
—¡Jenny! ¡Mira quién madrugó más que tú! —exclama Franco, señalando a Lando con una sonrisa burlona.
—¿Quién lo diría? —respondo, devolviéndole la sonrisa—. Pensé que los pilotos dormían hasta tarde.
—¡Yo no, señorita! —responde Franco, fingiendo indignación—. Yo siempre estoy puntual... bueno, casi siempre.
Max se acerca y nos saluda a todos, notando la química que ha empezado a crecer entre Lando y yo. No hace ningún comentario, pero puedo ver una pequeña sonrisa burlona en su rostro, como si se hubiera dado cuenta de algo antes que yo.
—¿Están listos para hoy? —pregunta Max, mirando primero a Franco y luego a Lando.
Lando sonríe y se encoje de hombros.
—Lo estaré después de mi tercer café.
Nos reímos y seguimos charlando un rato, hasta que llega la hora de separarnos para que cada quien prepare su día. Siento que hay algo distinto en el aire, como si cada momento tuviera un nuevo peso. Lando me lanza una última mirada antes de irse, y me doy cuenta de que estoy mirando demasiado.
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Sassy Pilot x Lando Norris +18❤️🔥
FanfictionÉl es un piloto que enciende pasiones dentro y fuera de la pista. Con una sonrisa cautivadora y una mirada que desarma, sabe el efecto que tiene en los demás... y lo disfruta. Pero cuando te conoce, algo cambia. Tú no eres como el resto; no caes en...