El sol de la tarde reflejaba sus últimos destellos sobre el circuito de Interlagos mientras el ruido del motor de los autos de F1 se apagaba en la distancia. Había sido una clasificación de altos y bajos, con la lluvia que había dado paso a un cielo despejado solo cuando quedaban pocos minutos para definir la pole. Y ahí estaba Lando Norris, con una sonrisa que no podía ocultar, logrando lo que pocos esperaban: la pole position.
La sesión había sido caótica. Los cambios de clima, las banderas rojas y las interrupciones crearon un ambiente tenso, pero Lando no sólo lo soportó, sino que brilló. Miré la pantalla gigante junto a mí en el paddock y vi el nombre de Lando en la primera posición. Sonreí, pero antes de celebrar, me volví hacia Franco, quien estaba de pie a mi lado, con los ojos fijos en la pantalla, pero sus brazos cruzados denotaban que algo no estaba bien.
—Bien, ahora sí, ¿te sorprendió? —le dije a Franco, medio bromeando, mientras trataba de aligerar la atmósfera tensa.
Franco, sin embargo, no respondió de inmediato. Sus ojos seguían clavados en la pantalla, pero su mandíbula se tensó un poco. Me di cuenta de que algo no estaba bien.
—No es eso —respondió al fin, dejando escapar un suspiro. Su tono fue directo y algo molesto—. Es Lando. Todo el tiempo mirándote... No sé, algo raro con esa actitud, ¿viste?
Lo miré un segundo, sin entender del todo a qué se refería. Miré a Lando a lo lejos, que estaba celebrando con su equipo, rodeado de personas. Pero luego, de pronto, me di cuenta de que lo que Franco había notado no era casual. Lando no dejaba de lanzarme miradas de esas que no se pueden disimular.
—¿Te jode? —le pregunté a Franco, con una sonrisa burlona, tratando de restarle importancia al asunto, pero sabiendo que algo en el aire ya estaba cambiando.
Franco me miró fijamente, casi sin querer decir nada, como si estuviera buscando sus palabras. Sabía que él siempre había sido protector conmigo, pero hoy, el hecho de que Lando estuviera tan cercano y juguetón con sus gestos no le agradaba. A pesar de que intentaba mantener la calma, las palabras de Franco me hicieron pensar.
—No es que me joda... Pero algo no está bien, ¿sabés? —Franco me respondió finalmente, sus ojos pasando rápidamente de Lando a mí, como si estuviera evaluando la situación.
De pronto, Lando apareció nuevamente, esta vez acercándose con paso firme. Su sonrisa se ensanchó al verme, y como si nada hubiera pasado, se dirigió hacia mí con ese aire de confianza que tanto lo caracterizaba.
—¿Te sorprendió? Sabía que podía hacerlo —dijo, mientras me lanzaba una mirada que estaba cargada de algo más que simple victoria.
Yo traté de mantener la compostura, pero no pude evitar sentir cómo mi pulso se aceleraba con la proximidad de Lando. Estaba claro que su mirada no era solo de un compañero de equipo celebrando una victoria personal. Era algo más, algo que no podía poner en palabras, pero que Franco sí había notado.
—Claro, te felicito —respondí con una sonrisa, aunque algo nerviosa. El aire entre los tres estaba tenso, y a pesar de las sonrisas forzadas, algo me decía que Franco no estaba del todo cómodo con la situación.
—¿Vas a venir a la cena después? —preguntó Lando, lanzándome otra mirada que no pasó desapercibida para nadie, sobre todo para Franco, quien ahora se cruzaba de brazos, visiblemente más serio.
—Vamos, no seas tan dramático —respondí, mirando a Franco, intentando cortar la tensión que estaba creciendo—. A disfrutar de la celebración, ¿no?
Pero Lando no se quedó callado. Acercándose aún más, sus palabras fueron claras y directas, como si quisiera decir algo que ninguno de los dos podía ignorar.
—No es tan fácil dejarme ganar, ¿eh? —dijo, con una sonrisa desafiante y una mirada cargada de algo que no pude identificar. Parecía que se estaba divirtiendo más con la incomodidad que causaba que con la victoria misma.
Franco frunció el ceño. No le gustaba cómo Lando jugaba con las palabras, ni con las miradas. Estaba comenzando a notarse que su celosía iba más allá de lo que cualquier simple conversación podría disimular.
—¿Y si me ganás una vez más, qué? —respondió Franco con tono firme, pero con un dejo de irritación que no pasó desapercibido. El ambiente, entre risas y bromas, estaba comenzando a tornarse más denso.
Lando se echó a reír, aliviando algo de la tensión, pero no dejó de lanzar una última mirada en mi dirección, como si quisiera confirmar que estaba en su radar.
—Es sólo una broma, Franco. Tranquilo, ¿vale? —dijo Lando, dándole una palmada en la espalda a Franco antes de alejarse. Pero la mirada de Franco no se despegaba de él.
—Que tiraba el pelotudo este... —murmuró Franco, mientras su mirada seguía fija en Lando, que se perdía entre los miembros del equipo.
Yo traté de restarle importancia, pero sabía que no iba a ser tan fácil. Lando había comenzado un juego que no se limitaba solo a las carreras. Estaba claro que había algo más, y lo que en un principio parecía solo un juego, ahora se volvía más complicado.
La cena para celebrar la pole de Lando se llevó a cabo en un elegante restaurante cerca del circuito. La atmósfera era relajada, pero por dentro, todo estaba cargado de tensión. Los pilotos se mezclaban, entre sonrisas y bromas, pero yo podía sentir cómo la mirada de Lando seguía buscándome. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, algo en el aire se volvía eléctrico, y Franco no podía dejar de notar los pequeños gestos entre nosotros.
Durante toda la noche, Lando no dejó de hacer comentarios divertidos, algunos un poco más cercanos de lo que uno esperaría de un simple compañero de equipo. Cuando me acercaba a la mesa, sus palabras eran como un juego, pero en su voz había algo más que simple diversión.
—¿No vas a venir más cerca? O me parece que me estás evitando —dijo, mientras hacía un pequeño gesto con la mano, invitándome a sentarme más cerca.
Franco, al escuchar eso, apretó los dientes, pero se limitó a observar, sin intervenir directamente. Estaba claro que no le gustaba la cercanía de Lando, y mucho menos los comentarios que hacía.
Al final de la noche, mientras nos despedíamos, Lando volvió a mirarme, esta vez con una sonrisa cómplice, y sus palabras finales fueron tan suaves como un susurro.
—Lo bueno es que aún no ha terminado, ¿no? —dijo, antes de alejarse, dejando que las palabras quedaran flotando en el aire.
Mientras Franco y yo nos dirigíamos al hotel, sentí que la noche no había hecho más que complicar las cosas. Cada mirada de Lando me había dejado con más preguntas que respuestas, y el sentimiento que había en el aire no podía ser ignorado. Aunque tratamos de relajarnos, sabíamos que lo que había comenzado con una simple clasificación ahora se había convertido en algo mucho más complicado.
-
-
-
-Damm landoooo slow downnnn, franco te va a cagar a piñas JAKSJSKSJ😭😭.
Nada nada, disfruten de los caps, las amo💋
Att: Su queridísima escritora Elyy🩶!

ESTÁS LEYENDO
Sassy Pilot x Lando Norris +18❤️🔥
FanfictionÉl es un piloto que enciende pasiones dentro y fuera de la pista. Con una sonrisa cautivadora y una mirada que desarma, sabe el efecto que tiene en los demás... y lo disfruta. Pero cuando te conoce, algo cambia. Tú no eres como el resto; no caes en...