Tarde De Piletaa🏊‍♀️

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Era uno de esos días que se prestaban para disfrutar del sol y el agua. Franco había estado insistiendo en aprovechar la pileta desde temprano, y yo no pude negarme. Además, tenía el pretexto perfecto: estrenar un bikini nuevo que había comprado hacía unos días, con los colores azul y blanco de la bandera, ajustado, pero lo suficientemente cómodo para pasar el día.

Franco había preparado todo en el patio: música tranquila, una mesa con bebidas frías y unas botanas para picar. Al salir con mi bikini, sentí las miradas, y no tuve que mirar directamente para saber que una en particular se mantenía fija.

Franco fue el primero en hacer un comentario. —Che, Jenny, mirá cómo te pasás con ese bikini. ¿Es nuevo?

Sonreí mientras me acomodaba las gafas de sol. —¡Sí! ¿Qué te parece?

—Perfecto para el verano —respondió con una sonrisa de hermano mayor. Luego añadió en tono burlón—. Aunque, pobre Lando...

Me reí y lancé una mirada a Lando, que estaba sentado en una reposera con una bebida en la mano. Llevaba gafas de sol, pero el ligero movimiento de su cabeza me dejó claro que estaba siguiendo cada uno de mis movimientos.

Decidí no decir nada y me acerqué al borde de la pileta, sumergiéndome lentamente en el agua. Sentí el alivio inmediato del calor, y luego me acerqué a Franco para empezar a molestarlo.

—¿Qué pasa, Franco? ¿Miedo de que te salpique?

—¿Miedo yo? ¡Ni lo sueñes! —me respondió, devolviéndome un chapuzón que me empapó la cara.

Lando, el distraído

Desde la pileta, no pude evitar notar a Lando, que seguía en la reposera. Parecía tranquilo, pero la forma en que movía los pies y carraspeaba me decía lo contrario. Franco lo notó también y no tardó en lanzarle una indirecta.

—Che, Norris, ¿todo bien? ¿Te va a dar algo de tanto pensar?

Lando levantó la cabeza rápidamente. —¿Qué? ¡No, nada! Estoy perfecto.

Franco rió, pero yo decidí aprovechar la situación. Salí de la pileta, dejando que el agua goteara por mi piel, y caminé hasta Lando. Me incliné un poco hacia él, apoyando una mano en el respaldo de la reposera.

—¿Seguro que estás bien, Lando? —le pregunté, lanzándole una mirada de arriba hacia abajo.

Carraspeó, evitando mi mirada por un segundo. —Sí, estoy bien.

—Mmm... parece que te pasa algo. ¿Estás seguro? —insistí, dejando que mi tono sonara juguetón.

Él solo asintió rápidamente, tratando de ocultar su incomodidad, pero la leve tensión en su mandíbula me hizo sonreír para mis adentros.

Sin decir nada más, me di la vuelta y regresé a la pileta. Franco, que había estado observando la escena, levantó una ceja y me dijo en voz baja:

—Estás jugando con fuego, Jenny.

—¿Yo? Para nada —respondí mientras lo salpicaba otra vez.

Después de un rato en la pileta, salí nuevamente para tomar algo de agua. Me acerqué a la mesa donde estaban las botanas y noté cómo Lando seguía mis movimientos con disimulo. Esta vez, decidí enfrentarlo directamente.

—¿Seguro que estás bien, Norris? Te veo medio... distraído.

Él levantó la vista rápidamente y se frotó la nuca. —Estoy bien, te lo prometo.

Levanté una ceja y crucé los brazos, fingiendo incredulidad. —Ajá, claro. ¿Por qué no te creo?

—Jenny... —comenzó, pero luego cerró la boca, como si no quisiera continuar la frase.

—¿Sí? ¿Qué pasa? —insistí, disfrutando de su incomodidad.

Lando simplemente negó con la cabeza y volvió a mirar hacia otro lado, claramente evitando la conversación.

Franco, que estaba volviendo de la pileta, lanzó otra de sus bromas. —Dale, Jenny, dejá de torturarlo. Mirá que al pobre ya no le queda dignidad.

Me reí y volví a sentarme junto a Franco, mientras Lando intentaba retomar su compostura.

La tarde continúa

El sol comenzaba a bajar y la música seguía sonando en el fondo. Franco estaba en la pileta nuevamente, y yo decidí tomar un momento para relajarme en una reposera. Me coloqué las gafas de sol y cerré los ojos, dejando que el calor del sol calentara mi piel.

Sentí un leve movimiento a mi lado y supe que Lando se había sentado cerca. Abrí un ojo y lo miré.

—¿Ya te recuperaste? —le pregunté con una sonrisa.

—No sé de qué hablás —respondió, tratando de sonar despreocupado.

—Claro que no.

Él me lanzó una mirada divertida y negó con la cabeza, pero no dijo nada más. Solo se quedó allí, acompañándome en silencio mientras el día continuaba.

Aunque no lo mencioné, sabía exactamente lo que estaba pasando por su mente, y para ser honesta, disfrutar de esa dinámica entre nosotros hacía que el día fuera aún más divertido...

Sassy Pilot x Lando Norris +18❤️‍🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora