Verdad o reto?💋

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La noche había caído, y el ambiente en la casa junto al mar estaba cargado de risas, música y tragos. Después de pasar el día en la playa, todos estábamos relajados y, siendo honestos, ya algo pasados de alcohol. Matías, que siempre tenía una idea alocada para subir el ánimo, decidió proponer algo que prometía ser entretenido.

—Che, hagamos un live en Instagram y jugamos "Verdad o Reto" versión chupi! —exclamó con entusiasmo mientras sacaba su celular.

Franco, que estaba tirado en el sillón con un vaso de ron, lo miró con una ceja levantada. —Vos creés que la gente quiere vernos diciendo pavadas borrachos?

—Obvio, eso es lo que la gente ama. —Matías comenzó a configurar el live mientras Lucas traía más tragos y colocaba la botella en el centro de la mesa como si fuera un ritual.

Lando, sentado a mi lado, se rió al escuchar la propuesta. —Esto va a terminar mal, lo sé —comentó, pero no hizo ningún esfuerzo por detener a los demás.

Una vez que el live comenzó, Matías hizo la introducción con su típica energía contagiosa. —que ondaaa! Acá estamos disfrutando de una nochecita tranquila... mentira, estamos a punto de jugar "Verdad o Reto" y esto se va a descontrolar mal.

El chat se llenó rápidamente de comentarios animando el juego. Los primeros turnos fueron relativamente tranquilos: confesiones sobre amores pasados, retos simples como bailar de forma ridícula o beber un trago extra.

—Jenny, ¿verdad o reto? —me preguntó Lucas, con una sonrisa que no auguraba nada bueno.

—Reto —respondí, pensando que no sería tan malo.

Lucas se inclinó hacia adelante, claramente disfrutando demasiado del momento. —Te reto a besar a Franco, con lengua.

El aire en la sala cambió de inmediato. Todos soltaron risas y exclamaciones sorprendidas, mientras yo lo miraba con una mezcla de incredulidad y nervios.

—¿Estás en pedo, Lucas? —dije, aunque mi voz traicionó la risa nerviosa que intentaba esconder.

—Un poco —admitió él, alzando su vaso—. Pero las reglas son las reglas, amiga.

Giré la cabeza hacia Lando, buscando su reacción. Él, con las mejillas enrojecidas por el alcohol y una sonrisa torcida, asintió.

—Dale, amor, es un reto nada más. —Hizo una pausa, claramente bromeando—. Aunque si quieres que me una, me dices.

Franco, que hasta ese momento estaba callado, se acomodó en el sillón y sonrió con esa confianza desvergonzada que siempre lo caracterizaba, especialmente cuando estaba pasado de copas.

—Si vos querés, yo no tengo problema —dijo, acercándose lentamente.

Mi corazón latía más rápido de lo que quería admitir, pero estaba lo suficientemente ebria como para no sobrepensarlo demasiado.

—Bueno, pero no te entusiasmes demasiado —le advertí, aunque mi tono ya no tenía tanta autoridad.

Franco rió suavemente y se inclinó hacia mí. Su mano se deslizó hacia mi cuello, sujetándome con una mezcla de cuidado y seguridad. Y entonces me besó.

El beso fue lento, casi deliberado, como si quisiera saborear cada segundo. Aunque sabía que era un reto, no pude evitar sentir una chispa de algo. Me separé de él después de unos segundos, mi cabeza dando vueltas tanto por el alcohol como por lo que acababa de pasar.

Miré a Lando inmediatamente después. Su mirada estaba fija en mí, pero no parecía molesto. Más bien, tenía una expresión curiosa, como si evaluara lo que había pasado.

—¿Qué te pareció? —preguntó Franco, en tono desafiante, mientras se remojaba los labios con descaro.

Lando lo miró y sonrió de manera calculada. —¿Disfrutaste? Espero que sí, porque fue la primera y última vez.

Franco se rió, pero Lando no había terminado.

—¿Sabes lo que yo puedo hacer todos los días? Esto. —Sin darme tiempo a reaccionar, se inclinó hacia mí y me besó apasionadamente, como si estuviera marcando territorio frente a todos.

La sala se llenó de exclamaciones y aplausos mientras nos besábamos. Finalmente, lo empujé suavemente, riendo.

—Lando, basta! Estás exagerando.

Él solo se encogió de hombros, con una sonrisa descarada. —Solo quería dejar las cosas claras.

Franco no dijo nada, pero su mirada divertida se mantuvo fija en nosotros por un momento antes de volver a tomar de su vaso.

Después de ese momento, el juego continuó, aunque con menos intensidad. Matías y Lucas siguieron haciendo bromas, y yo intenté ignorar los comentarios sobre "la tensión en la sala." Lando, aunque claramente pasado de copas, permaneció pegado a mí el resto de la noche, asegurándose de que no hubiera más "momentos" con Franco.

Cuando finalmente nos fuimos a dormir, me acosté en la cama junto a Lando, que todavía sonreía con esa mezcla de celos y satisfacción.

—¿Por qué tenías que besarme así frente a todos? —le pregunté en tono de reproche.

—Porque me gusta que todos sepan que eres mía —respondió, besándome suavemente antes de quedarse dormido.

Sassy Pilot x Lando Norris +18❤️‍🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora