Necesito tiempo❔

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La sala estaba en penumbras, iluminada apenas por la luz fría de la lámpara del rincón. La botella de vodka descansaba sobre la mesa de centro, medio vacía, mientras yo, desparramada en el sofá, intentaba ahogar los sollozos que me habían acompañado toda la noche. La música sonaba, pero no era suficiente para cubrir el ruido de mis pensamientos.

Había dejado el teléfono en modo silencioso, cansada de las notificaciones y los mensajes sin leer. Lando había estado intentando contactarme toda la semana, con mensajes que oscilaban entre disculpas y explicaciones. Pero no quería escucharlo. No podía.

Mi reflejo en la ventana era un recordatorio de mi estado. Despeinada, con el rímel corrido por las lágrimas, y el rostro pálido por el cansancio emocional. Me miré un momento y me reí con amargura. ¿Qué había hecho para merecer esto?

Un timbre rompió mi trance.

Al principio pensé que era mi imaginación, que la música o el alcohol me estaban jugando una mala pasada. Pero el timbre volvió a sonar, insistente.

Dejé la botella sobre la mesa y me levanté tambaleándome, con el corazón acelerado. ¿Quién podría ser a esta hora? Mientras me acercaba a la puerta, el timbre sonó una vez más, y mi irritación creció.

Cuando abrí la puerta, me congelé.

Ahí estaba él. Lando.

Llevaba una gorra negra, una chaqueta oscura, y una expresión que no lograba descifrar del todo. Parecía nervioso, como si supiera que su presencia era la última cosa que yo quería en ese momento.

Nos quedamos mirándonos durante unos segundos que se sintieron como una eternidad. Mi cabeza estaba en caos, y por un momento, me quedé en el limbo, sin saber qué decir ni qué hacer.

Finalmente, reaccioné, y las emociones me golpearon de lleno. Mis ojos, que ya estaban aguados, comenzaron a llenarse de lágrimas de nuevo, y mi pecho se apretó como si el aire hubiera desaparecido.

—¿Qué hacés acá? —pregunté, mi voz temblando entre enojo y tristeza.

Lando no respondió de inmediato. Dio un paso hacia adelante, pero levanté una mano para detenerlo.

—No. No tenés que estar acá. —Mi voz se quebró, y mis palabras salieron atropelladas. —¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿Por qué me buscás?

Él bajó la mirada por un momento, como si estuviera buscando las palabras correctas. Cuando volvió a mirarme, sus ojos tenían una mezcla de arrepentimiento y algo más que no podía identificar.

—Porque necesitaba verte Jenny..

Solté una risa amarga, casi ahogada por el nudo en mi garganta.

—¿Ahora? Después de todo lo que pasó, ¿decidís aparecerte acá?

—Sé que la cagué... —dijo, su voz apenas un susurro.

—Sí, la cagaste, Lando! —grité, incapaz de contenerme. Las lágrimas comenzaron a caer sin control, y me llevé una mano al rostro, tratando de limpiarlas sin éxito. —Y ahora venís como si nada, como si yo tuviera que escucharte.

—No es como si nada... —Intentó dar otro paso hacia adelante, pero retrocedí instintivamente.

—No lo entiendes, ¿verdad? —mi voz estaba cargada de dolor. —Sabés cuánto me dolió verte así? Sabés lo que fue para mí ver ese maldito video?

Lando no dijo nada, pero su rostro mostraba la culpa que cargaba.

—No me lo esperaba de vos, Lando. Ni siquiera sé por qué me importa tanto, pero me importa porque yo si creí que era real... —Mi voz se quebró una vez más, y esta vez no intenté detener las lágrimas.

Él dio un paso más y, antes de que pudiera detenerlo, levantó una mano para intentar tocar mi brazo. Lo aparté, pero no con tanta fuerza como habría querido.

—Por favor, déjame explicarte.

—¿Explicarme qué? —dije, mirándolo directamente a los ojos. —¿Que estabas borracho? ¿Que no lo hiciste con intención? Eso ya lo sé. Pero no cambia lo que siento.

Lando suspiró, pasando una mano por su cabello.

—No sé qué decirte, porque no hay excusa que justifique lo que hice. Solo sé que... no puedo dejar las cosas así. No puedo dejarte así.

Me quedé en silencio, intentando procesar sus palabras. Había algo genuino en su voz, pero también sabía que no podía simplemente perdonarlo y actuar como si nada hubiera pasado.

—¿Y qué querés que haga, Lando? —pregunté finalmente, mi voz apenas un susurro. —¿Que finja que esto no me lastimó? ¿Que siga como si nada?

Él negó con la cabeza.

—No espero que lo hagas. Solo quiero que sepas que lo siento. Que no hay nadie más en mi cabeza, nadie más en mi corazón, más que tú..

Sus palabras me desarmaron un poco, pero la barrera que había construido seguía ahí, protegiéndome del dolor.

—Necesito tiempo, Lando. —Mi voz era firme, aunque mi interior estaba hecho pedazos. —No sé si puedo confiar en vos ahora mismo.

Lando asintió, aunque parecía luchar contra sus propios sentimientos.

—Te entiendo. Y voy a esperar. El tiempo que necesites.

Nos quedamos en silencio por un momento, el peso de lo no dicho llenando el espacio entre nosotros. Finalmente, él dio un paso atrás, como si entendiera que ya no había nada más que pudiera decir.

—Voy a estar acá, cuando estés lista.

Y con eso, se dio media vuelta y se fue, dejándome sola en la puerta.

Cerré la puerta lentamente, sintiendo cómo mi cuerpo se desmoronaba. Me dejé caer contra ella, con las lágrimas cayendo de nuevo. Parte de mí quería correr tras él, pero otra parte sabía que necesitaba sanar antes de siquiera considerar esa posibilidad.

La botella de vodka seguía en la mesa, pero esta vez, decidí dejarla ahí. No quería seguir ahogándome en ese dolor. Tal vez el tiempo no lo curaría todo, pero era lo único que podía darme ahora...

Sassy Pilot x Lando Norris +18❤️‍🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora