Capítulo 11

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Por un momento no dijimos nada, solo nos quedamos ahí, inmóviles, con nuestros corazones latiendo a mil, mirando directamente los ojos del otro. No podía pensar otra cosa que no fuera en él y en que acababa de besarlo apasionadamente sin siquiera pensar que me tenía secuestrada en su casa, en el baño de su casa para ser más específica pero es que Christian no era como el resto, no era como Tyler, con él todo es diferente, más lindo, más romántico, más perfecto, lo que sentía era completamente diferente a lo que había sentido con cualquier otro, era más fuerte más profundo, más bello. La verdad es que estaba completamente enamorada de este chico.

- Sabes a naranja -dijo repentinamente.

- ¿Qué? -dije pensando que había entendido mal.

-Tus labios, saben a naranja, dulces... deliciosos -acercó su cara de nuevo pero solo rosó sus labios en mi mejilla dejando un placentero cosquilleo.

- ¿Cómo haces eso? -dije sonriendo.

- ¿Hacer qué? -preguntó confundido.

-Que me sienta así.

-Yo no hago nada, yo también me siento maravilloso cuando estoy contigo.

-Eso es porque estás enamorado de mí.

- ¿Eso significa que tú también estás enamorada de mí?

-Eso creo -Christian iba a decir algo sin embargo su celular comenzó a sonar, hizo la misma mueca que había hecho ayer y supuse que se iba a ir para contestar la llamada no obstante contestó ahí mismo, frente a mí sin importarle que escuchara.

-Hola -dijo y esperó unos segundos escuchando lo que le decía la persona del otro lado de la línea -ahora no puedo estoy ocupado -me sorprendí prefería estar conmigo a atender la llamada aunque supiera que no iba a ir a ningún lado -estoy con mi novia, después te llamo, adiós.

Me quedé mirándolo sorprendida mientras él guardaba su celular, ¿acababa de decir que yo era su novia?

- ¿Dijiste que era tu...? -él me interrumpió.

-Oh, no...lo siento...yo -parecía sumamente alterado y preocupado, lo que me pareció la cosa más linda que pudiera haber visto en mi vida, no dejaba de tartamudear incoherencias así que lo interrumpí.

-No; suena hermoso, ¿en verdad lo soy?

-Por supuesto, bueno solo si quieres; Karissa ¿quieres ser mi novia? -todo mi ser quería decirle que sí, pero tenía que poner a trabajar a mi cerebro, él me había secuestrado ¿realmente quería ser la novia de mi secuestrador? La parte menos lógica de mí me dijo que el otro tipo ya me había traicionado ¿qué más podía hacer este? Así que el lado irracional de mi cerebro ganó la batalla.

- ¡Sí! -Christian se acercó y me besó mi mejilla izquierda, luego con su pulgar tocó suavemente el lugar de mi cabeza donde me había golpeado.

- ¿Te duele?

-Ni siquiera recordaba que me había golpeado -ambos nos reímos.

-Deberías recostarte y ponerte un poco más de hielo -me tomó de la mano y me guio a la cama.

Me recosté en la cama y Christian puso nuevamente la bolsa con hielos en la cabeza.

- ¿Quién te llamó? -no tenía la certeza de que fuera a responder mas no había nada de malo en hacer el intento.

-Mi abogado, tenía nuevas noticias.

- ¿Sobre tu padre? Entonces ve y llámale, tal vez sea urgente.

-No es nada urgente, te lo aseguro.

-Pero es tu padre, ¿qué tal si se metió en problemas?

-No Kari, mi papá no puede tener problemas porque está muerto -al escuchar eso me quedé sorprendida.

Mi secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora