Capítulo 25

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Después de cenar Evan se fue a su casa y Sara y yo subimos a mi cuarto.

-Tú ya sabías a donde había ido Tyler y todo eso ¿verdad? Lo vi en tu cara.

-Sí, Christian me lo había dicho -sin pensar me salió su nombre como si nada, hasta con cariño y aprecio.

- ¿Christian...? -la interrumpí.

-Sí, el secuestrador.

- ¿Cómo puedes nombrar a Tyler con más rencor que a él?

-Es fácil, él no me hizo daño alguno y Tyler sí, muchísimo, además el me salvó y a pesar de lo que hizo, le estoy agradecida por ello, cualquier otro haya dejado que hiciera lo que quisiera.

-Bueno sí, pero sí yo estuviera en tu lugar le tendría rencor a ambos.

-Sara no es por contradecirte u ofenderte pero tú no sabes nada de lo que sentí estando ahí, no sabes el alivio y el agradecimiento que sentí al ver que alguien fuera quien fuera me defendía de Tyler.

-Sí, sí, sé que tratas de... -comenzó a decir mas yo la callé de inmediato.

- ¡No! ¡No! ¿Cómo te sentiste cuando te besó Erick sin tu consentimiento? Mal ¿verdad? ¡Pues eso no es nada! -la reprendí y ella empalideció -Es un regalo, un premio, en comparación, saber que no puedes hacer nada para evitarlo...

-Yo... yo... -tartamudeó Sara.

-No, está bien no hace falta que digas nada solo no te pongas en mis zapatos para decirme lo que debí o debo hacer porque no puedes -le dije más calmada.

Sara no dijo nada más, murmuró algo sobre que estaba cansada y se escabulló de mi cuarto. Me puse mi pijama y me acosté a dormir; me sentía un poco mal por cómo le había hablado a Sara pero no podía dejar que pensara que era una tonta no podía odiar más a Christian que a Tyler, o más que nada invertir sus papeles.

Cuando desperté por la mañana me levanté y me dirigí al baño para bañarme sin embargo escuché que mi mamá hablaba por teléfono y me detuve.

-Evan es que no sé si pueda hacerlo -le escuché decir a mamá llorando -Sé que ella hizo algo más difícil y que pasó por más cosas pero ella es valiente, ¡yo no! no sin tu padre... no creo poder ver a tu padre, ahí, preso, como criminal...

Supuse que hoy sería el juicio y dejé de escuchar sus conversaciones, Evan sería capaz de tranquilizarla.

Terminé de bañarme y decidí bajar a ver sí mamá había preparado el desayuno, cunado encontré la cocina desierta comencé a prepararme el desayuno (esperaba terminar viva). Me preparé un huevo revuelto, que para mí sorpresa tan solo quedó quemado de las orillas y un jugo de naranja.

Mamá apareció cuando estaba a punto de terminar el desayuno, aún con los ojos un tanto llorosos.

-Hoy será el juicio de tu padre.

-Sí, escuché que hablabas con Evan ¿A qué hora será?

-Cuatro, tendremos que estar de nuevo a las 3:30

-Bien, voy a abrir mi celular, ayer ni siquiera lo toqué.

-Ok.

Más tarde Sara se reunió conmigo en mi cuarto, estaba pasando música a mi celular cuando escuché sonar el teléfono, mi mamá estaba bañándose así que tomé mi celular y bajé corriendo las escaleras para contestar.

- ¿Bueno? -dije cuando levanté la bocina.

-Hola, ¿está Karissa? -dijo una voz familiar.

-Sí, ¿quién habla? -pregunté extrañada.

Mi secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora