Capítulo 40

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Cuando entré a casa fui a la cocina para reunirme con mamá que aún estaba terminando de cenar.

- ¿Ya se fue? -asentí.

- ¿Mamá...? -no sabía cómo preguntarle lo de dejarnos patinar así que decidí ir directo al grano.

- ¿Qué?

- Christian y yo queríamos patinar...

- ¿Sabe patinar?

-Sí, bueno en patineta, y queríamos solo aquí afuera, patinar, darle unas vueltas a la manzana...

-No, los dejo que patinen pero solo en esta calle.

-Sí -dije alegre y sorprendida de lo bien que lo había tomado -sí, está bien.

-Aún no confío lo suficiente en él -asentí, al final después de todo solo había pasado un día desde que lo había dejado entrar en la casa; mamá miró mi cuello - ¿eso es un cubo?

-Si -dije tocando el collar y sonriendo como boba -me lo dio Christian, cuando estábamos en mi cuarto.

-Oh ¿eso hacían? -Claro, mamá había imaginado un millón de cosas menos que me regalara un collar - ¿por qué te lo regalo? -me encogí de hombros.

-Así es él, siempre busca algo especial que darme, aunque este es el remplazo del que se quedó la policía.

- ¿La policía te quitó un collar​? -dijo extrañada.

-Sí, bueno no, tú se los diste, estaba dentro de la caja que les entregaste, quise pedírselos de vuelta pero Christian dijo que no lo hiciera, que me daría otro más lindo.

- ¿Es de oro?

-Sí, los diamantes son de vidrio pero el resto es oro -contesté la codiciosa pregunta de mamá.

-Es precioso -dijo mamá - ¿Cuánto le habrá costado?

-No lo sé, se lo pregunté pero solo me dijo que yo valía más que eso -Mamá se me quedó mirando atónita por lo que acababa de decirle -En fin no importa, yo le sigo insistiendo en que no hace falta que me regale tantas cosas pero no deja de hacerlo.

- ¿Tantas cosas?

-Sí, los vestidos, el collar, el cubo, el juego, el peluche... -dejé de hablar recordando todos los momentos en los que me había dado cada una de mis cosas, suspiré -me encanta, es tan lindo.

- ¿Hablas del collar? -Estaba a punto de asentir cuando agregó - ¿o de Christian?

-No lo sé, de ambos, supongo -sonreí, ya no sabía ni lo que decía,

-Realmente te hace feliz ¿cierto?

-Sí, lo hace, en cualquier momento.

Desperté alegre al recordar que mi mamá nos había dejado salir a patinar, después de dejar a mamá en la cocina y dibujar un rato, había olvidado decirle a Christian las buenas noticias, así que aun acurrucada en mi cama y con Coco a mi lado tomé mi celular y le envié un mensaje a Christian.

Yo: Tengo buenas noticias.♥

Él respondió casi de inmediato.

Christian: Buenos días Kari ♥ cuáles?

Yo: Buenos días, mi mamá dijo que sí nos dejaba patinar, solo que no nos alejáramos de mi calle.

Christian: Suena bien, qué haces?

Yo: Acostada con Coco, acabo de despertar.

Mi secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora