Capítulo 42

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Desperté en mi cama, un tanto desorientada,revisé mi celular, eran las ocho am del día siguiente, dejé el celular en mi cómoda y vi una nota en un pequeño papelito:

Buenas noches, mi pequeño cocodrilito dormilón.

♥ Te amo.

Atte. Christian.

Sonreí, me había quedado dormida en sus brazos y me había traído a la cama antes de irse, era tan lindo, no quería separarme nunca de él.

Me levanté feliz, consiente lo que pasaría hoy, podría pasar un rato a solas con Christian, mamá visitaría a papá, todo estaba arreglándose lentamente.

Me bañé, me cambié y bajé a desayunar; mamá estaba alegre preparando el desayuno, estaba más feliz que ayer y mucho menos preocupada.

-Hola -le dije mientras me sentaba en un banco de los de la barra.

- ¿Dormiste bien?

-Si.

- ¿Sabes? Ya comprendo por qué te enamoraste de él, te trata mejor que a una princesa, Evan tenía razón te mira con tanto amor -me le quedé mirando atónita por lo que acababa de decir.

Acababa de decirme que me comprendía, ya no creía que estuviera loca ni nada similar, ya no creía que Christian pudiera hacerme daño.

-Te dije que solo hacía falta que lo conocieras.

-Sí, tenías razón -después de eso pareció sumiese en sus pensamientos.

La mañana pasó volando, cuando menos lo pensé estábamos comiendo, en cuanto terminamos de comer llegaron Evan, Dora y mi sobrinita, mamá se fue y justo después llegó Christian.

-Hola Kari -me abrazó y me dio un beso en la mejilla -hola -saludó al resto.

-Ella es Dora, la esposa de Evan y mi sobrina -dije señalándola -Dora él es Christian.

-Mucho gusto -le dijo Christian.

-Igualmente -respondió Dora.

-Ya, vámonos -dijo Evan impaciente.

Salimos de la casa y nos subimos al carro de mi hermano, Christian y yo no sentamos en la parte de atrás junto con mi sobrinita que iba en su silla.

- ¿Qué tal les ha ido con mamá?

-Pues ya no lo ha corrido -respondí.

-Ténganle paciencia, es que aún está asustada con todo lo que pasó.

-Yo estoy feliz con que me deje verla -comentó Christian y apoyé mi cabeza en su hombro.

- ¿Qué van a comprar, Evan?

-Pañales, leche, comida... lo de siempre, yo quería otro cubo. -dijo fingiendo estar triste.

-Christian tiene muchos cubos.

- ¿Cuántos tienes? -preguntó mi hermano.

-No lo sé, unos veinte... treinta.

- ¿Cuáles?

-Ah... tres por tres, cuatro por cuatro, cinco por cinco, la pirámide, otros cuantos con engranes, dos...

- ¿Tienes el dos por dos? -preguntó Evan entusiasmado.

-No, ese se lo di a Kari.

-Wow, si tienes muchos yo solo tengo dos, el tres por tres y el mirror.

- ¡Ah sí! Yo también tengo ese, es el que se deforma.

Mi secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora