Capítulo 19

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Cuando salí a la estancia de la estación de policía a la primera persona que vi fue a mi mamá que estaba llorando, luego distinguí a mi hermano y a su esposa con mi pequeña sobrinita.

— ¡Karissa! –Gritó mi mamá mientras corría a abrazarme –Karissa ¿estás bien? ¿Te golpearon?

—No mamá, no me hicieron nada, estoy bien, tranquila –mi mamá volvió a abrazarme y me dio un beso en la frente, luego me soltó y se dirigió al policía que le había contado todo –gracias oficial, muchas gracias por encontrarla.

—Bueno en realidad no fue nada, nosotros no la encontramos, el secuestrador se entregó y la trajo. Señora Ruano ¿podemos hablar a solas?

Mamá se fue a hablar con el policía mientras mi hermano y mi cuñada me abrazaban.

— ¿Te hicieron daño, Karissa? –preguntó mi hermano.

—No; y gracias al cubo no me morí de aburrimiento, ¡oh no! dejé mis cubos en la casa.

— ¿Cubos? creí que solo tenías uno.

—Sí pero Christian me regaló el de dos por dos.

— ¿Te regalaron un cubo? Creí que estabas secuestrada, no de vacaciones –yo me reí, amaba como mi hermano me hacía reír y me molestaba, de verdad lo había extrañado.

— ¡Evan! ¡¿Cómo puedes decir eso?! –lo reprendió mi cuñada.

—Está bien Dora, no lo regañes ya sé cómo es este tonto.

— ¿Y a mí me lo dices? –murmuró Dora.

— ¡Oigan! –se quejó Evan.

Son una pareja muy linda, nunca los he visto pelear de verdad, se pelean y una hora más tarde los encuentras riéndose o besándose. Me quedé viendo cómo se reían juntos y recordé a Christian cuando me hecho todas esas preguntas sobre mis cosas favoritas, como se había extrañado cuando le dije que el cocodrilo era mi animal favorito, comencé a reír con mis recuerdos y para cuando mamá volvió los tres estábamos felices y riéndonos, mamá nos miró extrañada y preocupada al mismo tiempo, mas no dijo nada.

Mientras caminábamos hacia el auto de mi hermano vi el auto de Christian, suspiré, esperaba que estuviera bien, eso es lo único que puedo hacer ahora, esperar; nos subimos al auto y nos fuimos a mi casa, nadie me dijo ni preguntó nada de camino.

Cuando llegamos a la casa no sabía qué hacer, me perecía raro estar en casa después de... ¿cuánto tiempo estuve con Christian? Me giré para preguntárselo a Evan pero lo único que encontré fue a mi mamá.

— ¿Por qué se fueron?

—Dora tenía que ir a trabajar, solo estaban aquí para acompañarme, Karissa tengo que decirte algo, solo que primero debemos entrar.

—Está bien vamos –entramos a la casa y me senté en el sillón.

—Karissa, arrestaron a tu padre –supuse que debía parecer sorprendida por la noticia así que saqué mi lado "artístico" –al parecer alguien lo acuso de causar un accidente que sucedió hace doce años.

— ¿Qué? ¿Cuándo pasó?

—Ayer, ayer por la mañana se lo llevaron –mi mamá comenzó a llorar, no sabía que gesto tendría en mi cara pero supuse que debería poner cara triste, así que me puse a pensar en cuando se llevaron a Christian –hoy es el juicio, supongo que quieres acompañarme.

—Sí –al menos sí iba vería de nuevo a Christian, estaba a punto de levantarme para ir a mi cuarto porque no soportaba ver a mi mamá así, cuando el celular de mi madre sonó.

Mi secuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora