_ Mauro es algo así como mi alma gemela, él encaja perfectamente en mi vida, no necesitamos de muchas palabras para entendernos el uno al otro, me acepta con todas mis manías y mis imperfecciones, entiende mi manera de ver la vida y mi aptitud hacia ella, me hace sentir bien cuando estoy a su lado y me siento desdichada cuando no está conmigo, y cuando me abraza siento que estoy en casa.
_ Vaya, bonitas palabras, me hubiese gustado que alguien hablase así de mí, ¿Mauro sabe lo que tú sientes?
_ Claro que sí, no tenemos secretos entre los dos, lo echo mucho de menos y espero que esté bien, haberme ido del campamento sin tener noticias suyas me sigue preocupando.
_ Ya, pero ahora por quien deberías preocuparte es por ti misma, nos queda mucho camino por andar hasta regresar al campamento y no será fácil, no solo por los peligros que nos podamos encontrar, también existe el riesgo que acabemos muertos o congelados por el frio, de momento no podemos acercarnos a la ciudad, es peligroso así que nos va a ser difícil hacernos con ropa de abrigo y comida, además aún no me fio de todo de nuestros acompañantes.
_ ¿Es por eso que nos desviamos hace un par de días de aquella ciudad?, ¿estás preocupado por si nos vuelven a detener?, omití el encuentro de él y Valeria.
_ Yo diría más bien cazar, lo que están haciendo con la gente es casi una caza de brujas, no sé muy bien lo que pretenden con ello y a donde nos llevarían aquellos guardias pero estoy seguro de que eso enfurecerá aún más a la ciudadanía y continuaremos con una guerra que creíamos que se había terminado. Evitar ir a la ciudad es algo necesario por el momento, no queremos llamar la atención y es mejor así, y evitar la guardia fronteriza también es importante, por eso nos alejamos de los pasos fronterizos, el camino será más largo pero más seguro.
_ ¿Es por el miedo a una nueva guerra que quieres llegar cuanto antes al campamento?
_ Sí, aunque no es que vayamos muy rápido, ¿no crees?
_ Alexis hace todo lo posible para moverse a nuestro ritmo y cualquiera de nosotros podría estar en su misma situación.
_ Lo sé y no lo estoy culpando, solo estoy un poco frustrado, irritado pero intento mantener la calma, aunque el idiota de Bruno no es de mucha ayuda, no me fio de él Vera así que intenta mantener las distancias con esa persona.
_ ¿Crees que esconde algo?
_No lo sé pero estoy seguro de que aunque intente ser amable contigo parece el típico tío que te dejaría en la estacada a la primera de cambio.
_ Pero nos ayudó cuando aquel guardia intentó dispararnos.
_ Lo sé pero aún así no me fio.
Estuvimos un rato más hablando y luego nos fuimos a descansar, ahora le tocaba hacer guardia a Bruno, sabía que Liam a pesar de estar cansado dormiría con un ojo abierto y otro cerrado. Por la mañana nos pusimos de nuevo en camino, por desgracia no fue un viaje largo porque aquel día el frio y la nieve que caía con intensidad hicieron que nos protegiésemos del mal tiempo en una aldea despoblada y en ruinas, no había nada ni nadie en aquel lugar y la única casa que podía decirse que se encontraba en mejor estado le faltaba algunos cristales de las ventanas, la puerta de la entrada estaba rota y el tejado tenía varios agujeros por donde entraba el viento y los copos de nieve. Nos protegimos del tiempo en una de las habitaciones que había en el sótano, habíamos bajado con cuidado y a pesar que había algunos destrozos y restos de basura conseguimos adecentarlo lo mejor que podíamos, una pequeña ventana intacta nos informaba de que aún era de día, en aquel habitáculo no se sentía tan intensamente el frio y con los restos de algunos muebles destrozados hicimos un pequeño fuego para calentar nuestros cuerpos y secar nuestras ropas, solamente estaban un poco húmedas y no tuvimos que despojarnos de ellas. Nos acurrucamos por parejas y nos envolvimos en las mantas y pieles que llevábamos, yo estaba pegada a Liam, me sentía un poco incómoda con su acercamiento, aunque nos llevábamos de maravilla hubiese preferido estar emparejada con Valeria, pero ella había decido acercarse a Bruno, no sabía muy bien si lo hacía para darle celos a Liam después de lo ocurrido la otra noche o si ahora buscaba una nueva presa. El pie de Alexis había mejorado y eso era algo bueno, de mi herida en la frente solo quedaba una pequeña cicatriz y las magulladuras iban desapareciendo poco a poco de todos nosotros, Liam aún seguía conservando el vendaje pero su herida se veía bien. A pesar de la hambruna que parecía ciertas poblaciones aun se podían ver algunos animales salvajes sueltos y listos para darles caza, Bruno podía ser a veces un grano en el culo, un dolor de muelas pero también era un buen cazador debido a sus años huyendo de los que intentaban acabar con su vida. En la mañana había visto un conejo y lo cazó fácilmente, ahora mientras esperábamos a que amainara el tiempo aquella carne nos venía de maravilla para nuestros estómagos vacios. Estábamos seguros que nadie se atrevería a caminar, a moverse por aquellos caminos hasta que el tiempo mejorase pero aún así nos mantendríamos vigilantes. Nos encontrábamos en el lugar más alejado de aquella casa y cualquier ruido nos alertaría, además aún conservábamos las armas para defendernos así que nos relajamos un poco. El sueño llegó temprano a pesar del ruido del viento que soplaba con fuerza afuera, todos nos sentíamos saciados pero también cansados, el fuego seguía crepitando en el centro, también se empezaba a escuchar los primeros ronquidos, el calor que emitía Liam hacía que mi cuerpo entrase en un estado soñoliento pero también estaba en alerta porque mis pesadillas estaban activas, Liam no era Julio pero aún así no podía dejar de pensar en su proximidad, me sentía algo incómoda y Liam lo notó por eso había vuelto a decirle a Valeria que cambiase de pareja y se quedase a mi lado pero ella lo rechazó otra vez con un poco de descaro. Le dije que no se preocupase por mí que estaba bien y que pronto estaría durmiendo, solo que no estaba acostumbrada a dormir tan cerca de un chico. No sé en que momento me quedé dormida pero me despertó unos sonidos como de jadeos y susurros, mis ojos se abrieron en su totalidad, el fuego casi había desaparecido y quedaban algunas brasas, la luna llena nos observaba a través de la ventana e iluminaba un poco el espacio, el viento había dejado de soplar, aunque la nieve seguía cayendo pero con menos intensidad, unos ruidos más bien obscenos hizo que mi cara se ruborizase, allí delante de nosotros y en una de las esquinas de la habitación Valeria y Bruno estaban teniendo relaciones sexuales, y aunque intentaban ser silenciosos no lo eran de todo. Yo no estaba segura de si era la única que los escuchaba pero no pensaba girar mi rostro o hacer algún movimiento para que supiesen que estaba despierta, bastante mal ya me sentía en aquel momento. Cuando empezó a amanecer me levanté despacio y encendí de nuevo el fuego, seguía haciendo un frio de mil demonios pero no quería pasar otra noche allí de nuevo. Miré hacia los que me habían despertado en la noche, estaban dormidos, abrazados y medio escondidos entre la manta. El siguiente en levantarse fue Liam, bajé mi rostro avergonzada cuando me di cuenta que él tampoco había dormido mucho y cuando sus ojos se posaron en los de Bruno y Valeria supe que también los había escuchado. Todos empezamos a recoger nuestras cosas mientras Liam se llevaba a Bruno a otra parte, fue Alexis el que empezó a hablar.
_ ¿Ha sido una noche bastante movidita verdad Valeria?
Aquella chica le sonreía sin sentir un mínimo de vergüenza.
_ Tenía bastante frío y Bruno hizo que entrase en calor rápidamente, ha sido una noche interesante, parece que esta noche también hará frio, si quieres puedo darte calor a ti también, ¿sabes? nunca lo he hecho con un pansexual.
_ Es una oferta interesante pero no sé que pensará Bruno de todo esto.
_ Él y yo solo nos estamos divirtiendo.
En el momento que Valeria terminó de decir aquellas palabras escuchamos golpes y ruidos, nos movimos hacia el lugar de donde procedían esos ruidos y vimos como se estaban peleando Bruno y Liam.
_ Si queréis divertiros hacerlo lejos de nosotros, eso ha sido vulgar.
_ Lo que te molesta es que mientras yo me he tirado a la rubia tú no conseguiste que la otra se abriese de piernas para ti.
El puñetazo que le dio hizo que Bruno se cayese al suelo, Alexis y Hunter se habían acercado a ellos e intentaban mantenerlos separados, yo me acerqué a una de las armas y disparé al aire, aquello fue lo único que hizo que parasen de pelear, me miraron los dos sorprendidos, les dije que estábamos en el mismo bando y que mientras siguiésemos juntos nos llevaríamos todos bien, ya había visto demasiadas peleas por un tiempo, los dos tenían sangre en la cara, Liam lo miró enfadado.
_ Procura mantener tu vida sexual fuera de nuestras vistas, a nadie le interesa como te lo montas y mantente alejado de Vera o lo lamentarás.
Luego caminó hacia la habitación que habíamos compartido todos, en el camino se paró al lado de Valeria.
_ Eso mismo va por ti y mantente alejada de mí.
Una vez en la habitación cogió una de las pieles y con el cuchillo que llevaba empezó a hacer trozos, Alexis se acercó a él e intentó impedir que siguiese cortando la tela pero Liam le dijo que necesitábamos proteger nuestro calzado si queríamos conservar los pies. Afuera había unos centímetros de nieve que cubría el suelo, nuestros calzados no eran lo suficientes abrigados para mantener calientes los pies, así que los habíamos cubiertos con trozos de la piel de vaca que llevábamos encima y luego atado para que no se congelasen. Aquella mañana habíamos empezado mal, aún se veían los rostros heridos de Liam y Bruno, cada uno caminaba lejos del otro y en silencio mientras Alexis intentaba romper aquel mutismo con anécdotas de su vida pasada. Aquel día caminamos más deprisa que las anteriores veces, cuando empezaba a oscurecer estábamos agotados y hambrientos ya que no tuvimos la oportunidad de cazar ningún animal pero al parecer por fin la suerte se ponía esta vez de nuestra parte porque a lo lejos vimos un gran resplandor, avanzamos con cautela y descubrimos que era un asentamiento de un grupo grande de personas que enfundaron sus armas en cuanto nos vieron llegar. Había varios carruajes cubiertos con lonas, caballos, algunos animales domésticos, también varias tiendas de campaña no muy grandes y gente que nos observaban mientras nos apuntaban. Liam fue el que habló con ellos, estuvieron un rato charlando mientras los demás nos quedábamos unos metros atrás, todos nos sentimos aliviados cuando nos hicieron un hueco en su comunidad y nos sentamos cerca del fuego para desentumecer algunas partes de nuestros cuerpos. Nos dieron algo de comer y se mostraron amables con nosotros, pasamos una parte de la noche contestando a algunas de las preguntas que nos decían, luego nos dieron un lugar para dormir, era la primera vez que dormía más o menos tranquila desde que escapamos de aquel tren descarrilado. Cuando me desperté ya nadie se encontraba en la tienda que compartía con otras chicas y Valeria, encontré a los chicos charlando alegremente con la gente del campamento, un hombre le estaba poniendo unas hierbas en el pie a Alexis mientras los demás se terminaban la leche de cabra que tenían en sus tazones, una chica se acercó a mí y me ofreció una taza con aquel líquido blanco, le di las gracias y me acerqué a mi grupo. Cuando nos íbamos a marchar Bruno dijo que se quedaba por un tiempo con ellos, que ya lo había hablado y que lo aceptaban en el campamento, Valeria estaba indecisa, no sabía si quedarse o seguir a nuestro lado pero la actitud de Liam le dejó claro que tal vez quedarse en aquel lugar no estaría tan mal. Yo aún no estaba segura de cómo me sentía cuando nos alejamos de aquel grupo de gente, perder a dos personas me preocupaba un poco, ya que por una parte ahora seríamos más vulnerables a los ataques, nuestro grupo había disminuido pero también estaba aliviada porque no me sentía a gusto con esos dos. No había vuelto a nevar aunque el frio sí que se hacía sentir, sobre todo cuando dejábamos de caminar o en la noche al descansar, a pesar de cubrirnos con las mantas. Pasaron dos días más y nos sentíamos un poco hambrientos ya que no habíamos cazado nada después de varios intentos y aunque no nos encontramos con ningún peligro el siguiente día iba a ser distinto. Ya pasaban varias horas desde que el sol se mostrase en el cielo cuando escuchamos un disparo, nos alejamos del camino y nos escondimos entre los árboles, caminamos lento, observando cualquier movimiento, escuchamos ruidos de pasos corriendo, alguien de pequeña estatura corría en nuestra dirección aunque los cuatros estábamos escondidos entre los árboles y los hierbajos altos. Liam la agarró y le tapó la boca, aquella personita no dejaba de mover las manos y los brazos, no sé que le dijo mi amigo a esa pequeña niña pero de pronto dejó de patalear y nos miró a los cuatro con lágrimas en los ojos. Tenía el pelo largo, negro y ondulado aunque lo llevaba atado a una larga coleta, el lazo se le cayó en el forcejeo y estaba prácticamente despeinada, llevaba un vestido de flores pequeñas amarillo debajo de un abrigo corto verde, al menos sus botas parecían gruesas, era pequeña y no debía de medir más de un metro, sus ojos eran verdes y grandes y estaban llorosos. Nos contó que sus padres y hermanas se encontraban en peligro, que unos hombres malos le querían hacer daño. Liam Y Alexis se acercaron un poco más hacia el lugar de donde venían los gritos, yo llevaba a la pequeña de la mano y Hunter se encontraba delante de mí.
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TABSAVIT
Historical FictionEn un mundo de caos y de destrucción una chica lucha por sobrevivir junto a su mejor amigo Mauro y acaban en un campamento junto a otra gente que también huyen de una vida precaria, allí conoce el amor y el calor de una gran familia pero también e...