Semana de la veintisiete a la treinta y dos ( segunda parte)

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Llevaba el pelo muy corto, ojos azules, piel clara, y era casi tan alto como Liam, tenía una hermana mayor que él,  su familia vivía en el extranjero, él se quedó en este lugar porque tenía pareja y no quería abandonarlo, durante un tiempo intentaron pasar desapercibidos pero con la llegada de la destrucción del país también aparecieron los abusos de todo tipo, la gente más civilizada empezó a no serlo y el odio por casi cualquier cosa estaba al orden del día. Cuando lo descubrieron con su chico en aptitud cariñosa algunos enfurecieron y quisieron ejercer su dominio sobre ellos, Raúl tenía tres años más que él pero tenía un carácter más débil, lo atraparon y lo mataron.
_ No os voy a contar de que manera torturaron a mi chico pero aquellas imágenes ya no se borrarán jamás de mi mente, no consiguieron atraparme pero yo si logré hacer justicia y cobrarme la muerte de Raúl uno a uno, cuando estaba a punto de terminar con la vida del cuarto asesino de mi novio me detuvo la guardia y me encerraron entre rejas, luego me llevaron al tren y el resto ya lo sabéis.
Bruno lo miró de una manera sarcástica mientras le hablaba.
_ Así que eres gay, ¿no te da miedo contárnoslo a pesar de lo que ocurrió con tu novio?, ¿no tienes miedo de que te ocurra a ti lo mismo?
_ No soy gay, me defino como un ser pansexual, y no tengo porque ocultarme de gente inepta o ignorante que se basa en el odio y en la violencia para atacar a otros por su incapacidad de entendimiento y desconocimiento de la vida en general. Pero como te he dicho puedo ocuparme de ellos, el miedo a veces es algo somero y no te das cuenta de que está ahí hasta que el dolor desaparece.
_ ¿Crees que la gente que os ataca es porque no comprende vuestra sexualidad?
_ Por supuesto, aunque también los hay que lo hacen simplemente por diversión y a esos les vale cualquier motivo para justificarse, en estos tiempos la integridad de la gente es escasa, pero cuando te encuentras con personas leales, integras, generosas, (mientras hablaba y decía aquellas palabras nos miraba simultáneamente a Liam y a mí) entonces te das cuentas que ese es el lugar donde debes estar y dónde te sentirás seguro.
_ ¿Te lo has montado alguna vez con una chica?
Alexis miró a Valeria mientras le respondía con una sonrisa.
_ Claro que sí, he tenido relaciones con mujeres y con hombres  dependiendo del tipo de atracción que me inspiraba algunos de ellos, no todos me atraían sexualmente.
Hunter se había despertado y se unió a nuestra conversación, pronto amanecería y tendríamos que irnos de aquel lugar, el chico más joven fue el último en decirnos como lo capturaron los policías.
Hunter tenía diecisiete años, aunque no los aparentaba, su piel era de color canela y tenía el pelo negro rizado, sus ojos eran grandes, marrones y muy expresivos, su estatura sobrepasaba la  mía unos centímetros y estaba delgado. Él y su hermano mayor vivían en la ciudad donde nos arrestaron, habían salido a la calle en busca de medicinas para sus padres enfermos pero con la revuelta que se formó los dos hermanos se habían separado, a Hunter lo capturaron pero su hermano logró escapar, él estaba seguro que su hermano no dejaría de buscarlo. En cuanto se levantó el día nos pusimos de nuevo nuestras ropas ya secas, buscamos cualquier cosa que nos fuese útil para llevarnos, aunque prácticamente ya todo se lo habían llevado, yo había buscado algo con lo que poder escribir y dejé escritas en una de las paredes unas palabras codificadas por sí alguien nos estaba buscando, quería que supiesen que habíamos pasado por allí. Liam había escuchado de Mauro mi método Tabsavit pero no sabía de que se trataba, aunque había sido un secreto entre mi padre y yo ahora ya no lo era tanto, él había muerto y ahora yo tenía una nueva familia en la que confiaba, Mauro no estaba aquí conmigo y era la persona a la que le había contado todos mi secretos ahora ya era hora que otros supiesen como poder comunicarnos en caso de necesitar ayuda o separarnos forzosamente así que se lo conté a Liam que le pareció una buena idea aunque aún no entendía de todo mi escritura codificada, luego nos pusimos en marcha, aunque antes de irnos enterramos al hombre que encontramos muerto en la granja. No era fácil caminar deprisa con una persona que llevaba como muletas dos tablas pero Alexis hacia lo que podía mientras Bruno no paraba de quejarse a todo rato. Yo me había hartado de su comportamiento y le dije que en vez de tantos reproches porque no ayudaba a Alexis como hacia Hunter y Liam. Pasó de mis palabras y siguió quejándose durante todo el  día, sobre todo porque de vez en cuando hacíamos pequeñas paradas para que el pie de Alexis descansara y no se hinchase tanto al mantenerlo casi sobre el suelo. Lo único positivo que podía decir de Bruno era que por lo menos se mostraba atento con las mujeres. A Valeria le preguntaba cada rato si necesitaba ayuda o si quería la piel de vaca para abrigarse que nos habíamos llevado ya que hacía un montón de frio, ya no llovía pero empezaron a aparecer los primeros copos de nieve y nuestra ropa y calzado no estaban preparados para el frio invierno. También él había sido amable conmigo y me ofreció su ayuda pero Liam se mostró serio con Bruno y la rechazó en mi lugar diciendo que ya se valía él solo para ayudarme, aunque al parecer ahora tenía un nuevo caballero de brillante armadura que mostraba interés en ayudarme en cualquier propósito después de que nos conociésemos en la jaula y le diese de mi comida. Yo le había dicho amablemente que no necesitaba su ayuda, que tendría que ser yo quien se preocupase por él y no al revés ya que yo era la mayor.
_ No te creo, no tienes pinta de ser mayor que yo.
_ Pues lo soy, la semana que viene cumpliré diecinueve años.
Hace unos meses estaba celebrando mi cumpleaños con los que consideraba mis amigos aunque luego algunos de ellos resultaron ser lobos disfrazados de corderos y ahora estaba aquí en una situación muy diferente, distinta y complicada pero con amigos de verdad, por lo menos uno de ellos, los demás lo diría el tiempo. Durante dos días largos caminamos sin acercarnos a la ciudad, no queríamos acabar encerrados de nuevo pero necesitábamos comprar algo de comida y puede que vendiendo una de las pieles conseguiríamos algo más, nuestra otra opción era robar lo que necesitaríamos para seguir nuestro viaje hacia el campamento. La siguiente noche tuvimos suerte y encontramos un camión abandonado, eran muchos los transportes de motor que acababan abandonados por la escasez y el alto coste del combustible, en estos momentos eran más útiles los caballos, las bicicletas, canoas… o cualquier medio que sirviese para desplazarse y no necesitase motor. El camión estaba medio oculto por la maleza, pero nos servía para pasar ahí la noche en vez de a la intemperie y pasando frio. El primer turno de guardia lo hacia Liam mientras los demás nos quedábamos en la parte trasera, en el remolque del camión  durmiendo, había colocado el candil a mi lado para que la luz fuese lo más tenue posible, la primera noche que la había encendido Bruno se quejó pero Liam no le contó mi secreto simplemente dijo que era lo mejor y más seguro para ver cuando algunos animales se acercaban a  nosotros, que estar totalmente a oscuras era peligroso y además quería ver al grupo ya que no tenía porque  fiarse de ellos, aún no los conocía como para hacerlo, así que si a alguien le molestaba podía alejarse de la luz y listo. Nadie discutió su decisión y durante las siguientes noches el candil formó parte de nuestras horas nocturnas. Conciliar el sueño era algo difícil para mí, aunque mantenía casi siempre el control de mis pesadillas, ya no solo tenía que ver con lo ocurrido con Julio y su amigo, ahora las imágenes que aparecían en mi mente eran mucho más amplias y horrorosas.  Escuché como Valeria se movía a mi lado, normalmente cuando tenía ganas de orinar en la noche me despertaba e íbamos las dos juntas mientras avisábamos al que estuviese de guardia por si hubiese algún problema pero esa noche no fue así, se había levantado y se movió en silencio hacia la parte de la cabina del camión mientras los chicos que estaban los tres juntos pero en el otro lateral del remolque seguían durmiendo plácidamente. Escuché  murmullos, una de las voces era la de Liam, silenciosamente me acerqué un poco más a ellos, Valeria estaba coqueteando con él mientras Liam se negaba a mantener relaciones sexuales con ella en aquel camión.
-¿Cuál es tu problema?, ¿tienes miedo de que tu chica se entere?, puedo ser muy silenciosa.
_ Estoy de guardia, deberías irte a dormir, mañana nos espera un largo camino.
_ No sé qué rollo os traéis vosotros dos pero os he visto juntos y ella no te mira de la misma manera de la que tú la miras.
_ Eso no es asunto tuyo Valeria.
Las palabras fueron silenciadas con el sonido de un jadeo.
_ ¡Basta Valeria!, será mejor que salga a vigilar la zona.
_ No me digas que no te ha gustado porque no me lo creo, sé como complacer a un hombre y estoy segura de que tú no eres diferente.
_ Vuelve al remolque.
_ ¡Está bien me largo pero has perdido tu oportunidad!, seguro que Bruno es mucho más hombre que tú, no pienso rogarte de nuevo.
Valeria regresó a mi lado y terminó por dormirse, un rato después fui yo la que se levantó y se acercó a Liam, me miró sorprendido. No le dije que estaba despierta y lo había escuchado todo, simplemente le conté que acababa de despertar y ya no podía dormir.
_ ¿Piensas en la gente del campamento Liam?
_ Sí, constantemente, cuando nos fuimos a la ciudad había bastantes personas enfermas, espero que las pocas medicinas que conseguimos comprar les hallan bastado para sobrevivir.
_ Yo también estoy preocupada, María estaba enferma cuando salimos del campamento.
_ Estoy seguro de que estará bien, ella es fuerte.
_ ¿Crees que Mauro y los demás estarán ya en el campamento?
_ No lo sé, últimamente las cosas se han puesto difíciles con los cuerpos de seguridad, ya ves donde terminamos nosotros pero espero que lo hayan conseguido y estén ya en el campamento, eso me haría sentir más tranquilo.
_ Lo que nos ha ocurrido no ha sido culpa tuya, y no deberías sentirte responsable  de lo que pase en el campamento.
_ ¡Pero me siento joder!, eso es lo que implica ser el dirigente de un gran campamento, que te sientes responsable de cada uno de ellos y que sus problemas los haces tuyos, he sentido frustración cuando la gente empezó a enfermar, miedo cuando no tenía ni idea de cómo afrontar la situación y dolor cuando algunos  empezaron a morir, sentía que debía hacer más, como si todos pensasen que  no hubiese hecho suficiente.
Me había acercado más a él, yo veía a Liam invencible, igual que había visto a Bastian y escuchar que era tan humano como nosotros y que sentía de la misma forma que todos nosotros me hizo entender que dirigir a un grupo tan grande de personas que confían en él tenía que ser sumamente difícil.
_ ¿Por qué no nos has dicho que te sentías así?, te hubiésemos ayudado, no siempre tienes que hacerte el fuerte, también puedes pedir ayuda cuando la necesitas, para eso estamos los amigos y la familia, porque la gente del campamento se ha convertido en nuestra familia, y  yo al igual que muchos sentimos dolor cuando se murieron la gente que queríamos pero tú no tuviste la culpa de eso y nadie te culpaba, porque todos al igual que tú hicimos  lo que estaba en nuestras manos para salvar a cada uno de ellos.
Liam me miró y me enseño una pequeña sonrisa.
_ Quién iba a decirte a ti que nuestra pequeña comunidad se convertiría en tu familia, cuando llegaste parecía que no querías saber nada de cada uno de nosotros, para ti solo existía Mauro y mírate ahora, llamando familia a la gente del campamento.
_ Supongo que he madurado.
_ Puede ser, si Bastian te viese ahora no se lo creería, la chica problemática que no paraba de meterse en problemas ha madurado.
_ No quiero hablar de Bastian, para mí él es pasado.
_ Sé que piensas que te ha fallado, pero yo no lo creo, desconozco lo que ha pasado entre él y Melisa pero sé lo que siente por ti, porque aunque me pidió que cuidara del campamento, también me encomendó un favor personal y ese era que cuidase de ti y que no dejase que te metieses en problemas, aunque ya ves, en eso también he fallado, mira donde nos encontramos ahora.
_ ¡No ha sido tu culpa, así que deja de echártela siempre!, además él no tenía que pedirte algo así, Bastian y yo no tenemos nada, si algo había entre nosotros es pasado, no solo se trata de Melisa, también está Debra y quien sabe cuantas más, no pienso ser una más de sus conquistas.
_ ¿Y qué hay de Mauro?
_ ¿Qué quieres decir?
_ ¿Qué sientes por él?

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