Al girarnos nos encontramos con Bastian y con el chico que había visto antes con el tatuaje del dragón, el primo de Mauro nos observaba con el rostro enfurecido, aunque aquella situación podía darse a engaño ya que mi amigo estaba solo a unos centímetros de mí y no llevaba puesta la camiseta no había ocurrido nada entre nosotros pero de igual manera yo no pensaba sacarlos de su error, me daba igual que pensasen lo que les viniese en gana. El chico que parecía tener más edad que Bastian me dijo que se llamaba Liam y me preguntó que cual había sido la impresión sobre este campamento y que parecía que me había adaptado bastante bien, luego echó un vistazo a Mauro y nuevamente a mí mientras sonreía.
_ Parece que tú y Mauro os habéis adaptado muy rápido al lugar, espero que lo estéis disfrutando.
Mi amigo solo se limitó a sonreír mientras yo me ponía colorada como un tomate, Mauro se volvió a colocar de nuevo la camiseta y yo seguía callada sin saber que contestar, bajé mi rostro al suelo cuando descubrí la mirada fría de Bastian, no dijo nada, simplemente continuó caminando al lado de su amigo en dirección a las casetas de tela que se encontraban a unos cuantos metros de dónde estábamos. En cuanto desaparecieron de nuestra vista Mauro y yo nos despedimos con un abrazo rápido y la promesa de que se cuidaría más. Cuando entré en la habitación solo estaba María remendando una de sus camisetas, me preguntó cómo había pasado el día y después de estar un rato hablando apareció Debra, un rato más tarde apagó la luz del farolillo y yo abracé mi manta mientras contaba mis respiraciones que por momentos se volvían más irregulares, sentí como alguien se movía en la habitación y después sujetaba mi mano, sabía muy bien de quien era esa mano que intentaba ayudarme a calmar mi estado de ansiedad, María y yo estuvimos un rato con las manos entrelazadas hasta que sentí como sus dedos se relajaban y luego me soltaba, supe que se había quedado dormida. Haciendo el menor de los ruidos cogí mi linterna y salí al exterior, en cuanto respiré el aire frio mis respiraciones se volvieron lentas, calmadas, adsorbí lentamente el aire limpió que entraba en mi cuerpo, se escuchaba el ruido del agua fluir por el río, el viento susurrante cerca de mi oído y la luna se veía resplandeciente en lo alto dando un poco de resplandor al lugar. A pesar de estar en completa soledad me sentía más segura y relajada que en la pequeña habitación, aunque a María la conocía muy poco ella me había dado todo su apoyo pero yo aún seguía necesitando un poco de tiempo para darle el mío. Echaba de menos a mi padre y sus consejos, a mi madre y su sonrisa, me había sentado en el suelo y ahora rodeaba mi cuerpo con mis brazos para sentir un poco de calor.
_ ¿Qué haces aquí, estás esperando a alguien?
No había escuchado sus pasos y su voz me sorprendió, luego miré hacia arriba y me encontré con los ojos de Bastian que me miraba fijamente. Bajé de nuevo la cabeza y observé el horizonte, aunque la oscuridad me impedía observar más allá de unos poco metros.
_ No estoy de humor para hablar ahora contigo, déjame en paz.
El primo de Mauro se sentó a mi lado sin decir nada más, durante unos minutos solo hubo silencio, yo seguía mirando al frente, pero aquel silencio me hacía sentir incómoda.
_ Si estás aquí esperando ver a Mauro aparecer de entre las rocas o las casetas siento desilusionarte, esta noche no tendré un encuentro romántico con tu primo así que puedes largarte.
_ Bastian seguía sin decir nada, él también miraba al frente y parecía que ninguno de los dos quería encontrarse con la mirada del otro.
_ ¿Por qué estás aquí Vera?
Me sorprendió que me llamase por mi nombre y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, creo que era la primera vez que pronunciaba mi nombre.
_ No podía dormir.
_ Al parecer no te he dado suficiente trabajo para acabar rendida como los demás, todo el mundo agradece estás horas de sueño para descansar después de un día agotador.
_ ¿Y qué pasa contigo, por lo que veo tú tampoco duermes?
_ Alguien tiene que cuidar de este lugar cuando las personas que viven en él están más vulnerables, nunca se sabe donde puede estar el peligro.
Esta vez sí que me miró directamente a los ojos.
_ ¿Piensas que yo soy peligrosa?
_ No te conozco, aun no sé de que lado estás, necesito protegerlos y protegerme de las personas en la que no confío.
_ Y por supuesto tú no confías en mí.
_ No has hecho nada para ganarte mi confianza.
_ Me da igual lo que tú pienses, el sentimiento es mutuo y mientras tenga a Mauro de mi lado para mí es suficiente, yo confío en él y él confía en mí, no necesito a nadie más.
_ Si te quedas en este lugar tendrás que aprender a poner tu vida en manos de otras personas, la gente aquí tiene que saber que pueden sentirse seguras contigo sin esperar que las apuñales por la espalda.
_ Y por supuesto tú piensas que yo podría traicionar a las personas que viven aquí.
_ Es una posibilidad, nunca conoces lo suficiente a una persona, todo el mundo tiene un precio, ¿cuál es el tuyo?
_ ¿Qué?
Me levanté rápidamente, Bastian en cambio lo hizo despacio y luego se acercó un poco más a mí, mi instinto hizo que me echase un paso hacia atrás dejando más espacio entre nosotros pero él me agarró uno de los brazos empujándome hacía su cuerpo para luego mirarme a los ojos.
_ Ya lo has oído, ¿qué precio tengo que pagar para que dejes de acosar a mi primo?
Lo miré con estupor y luego llena de ira, solté mi brazo de su agarre y le abofeteé para luego caminar deprisa hacia el interior de la cueva. No había dado más que dos pasos cuando Bastian me agarró de nuevo y pegó mi cuerpo al suyo, sus manos estaban rodeando mi cintura, su pecho apretado contra mi espalda, su aliento rozaba la parte trasera de mi oreja, sus labios acariciaban mi cuello, sentía mi cuerpo temblar.
_ Mauro es familia y no me gusta que las mujeres como tú acaben destrozándolo.
Aquellas palabras me recordaban a Julio, en ese momento mi cuerpo y mi mente entró en pánico, a pesar de su fuerte agarre conseguí poner de nuevo distancia entre los dos, yo sentía la ira recorrer mi rostro y mi piel.
_ ¡Mujeres como yo!, ¿qué clase de mujer crees que soy?, ¡eres un hijo de puta, no vuelvas a acercarte a mí!
Corrí hacia mi habitación, me limpié una lágrima que estaba a punto de resbalar por mi rostro y con el menor ruido posible me acosté en mi colchón con mi manta envolviendo todo mi cuerpo, las imágenes del día en el que Julio y su amigo abusaron de mí resurgieron de nuevo, “no eres más que una zorra que se da aires de señorita”, “crees qué podrás convencer al tribunal, nadie creerá en ti”. Mientras mis compañeras de habitación seguían durmiendo yo quería gritar, peleaba para que las lágrimas no brotasen en mis ojos, prometí no llorar nunca más, mordí con mis dientes la manta fuertemente hasta que me dolió la boca, mi cuerpo seguía temblando, “cuanto tengo que pagar para que dejes de acosar a Mauro”, “mujeres como tú acabarán destrozándolo”. No sé en que momento el sueño me había vencido pero horas más tarde sentí como María me daba un golpecito en el brazo para que despertase.
_ ¿Otra noche mala?, venga vamos a desayunar segura que después te encontrarás mejor.
Una vez en el exterior nos pusimos a la cola y luego de entregarnos la comida María y yo nos dirigimos a un grupo de chicos/as que se encontraban cerca del río, al ver entre aquella gente a Mauro mi cuerpo se paró inmediatamente, recordé de nuevo las palabras del cretino y aunque sabía que lo mejor era ignorarlas algo en mi interior impidió que siguiese avanzando, miré en todas las direcciones esperando encontrarme con el rostro enfurecido del ogro malo pero no lo vi por ninguna parte, aun así decidí poner distancia entre yo y Mauro, por lo menos en aquel momento.
_ ¿Ocurre algo Vera?
_ Yo me acorde de algo que tenía que hacer, vete tú con ellos yo regreso en un momento.
Caminé en dirección contraria para luego comer en soledad en un lugar apartado. Después fui a ayudar a lavar los platos y demás cacharros que se utilizaron para el desayuno, Mauro apareció a mi lado y me preguntó porque no le había saludado antes, después de darle una excusa tonta me despedí de él mientras le decía que nos veríamos más tarde. Debra apareció delante de mí mientras caminaba, ella sería la encargada de mostrarme el trabajo para ese día, mi compañera de habitación no solo hacía que mi trabajo fuese pesado, también impedía que tuviese un minuto de descanso, ella quería que terminase por darme por vencida, intentaba hacerme ver que no servía para estar en ese lugar, además en ningún momento escondió su desagrado hacia mi persona. A mitad de la tarde ya estaba harta de su actitud y decidí enfrentarla.
_ ¿Qué problema tienes tú conmigo?
_ No sé de qué me hablas.
_ ¡Claro que lo sabes no te hagas la tonta!
_ Está bien hablemos claro, no quiero que tú te acerques a Bastian, él y yo tenemos algo.
_ ¿Qué?, tú estás loca si crees que a mí me interesa ese cretino.
_ Conozco a las mujerzuelas como tú, a mi no me engañas, van de chicas indefensas sonriéndole a todos los hombres del campamento porque al parecer no le es suficiente con que le adore un solo hombre, ellas necesitan la atención de todos, me preguntó qué pensará tu novio Mauro sobre tu conducta, pero te lo advierto Vera, deja en paz a Bastian.
Me sentía humillada y enfurecida a la vez así que me acerqué a ella aún más.
_ ¡Tú está loca!, escúchame bien, me importa una mierda lo que ese imbécil y tú piensen de mí, yo no represento ninguna amenaza para ti, si de verdad te importa Bastian pregúntale entonces por la chica pelirroja de la ciudad.
Luego de decirle aquellas palabras me giré para seguir con mi trabajo pero Debra me cogió por un brazo y me miró interrogante y cabreadísima.
_ ¿Qué chica pelirroja?
_ La que se debe estar tirando cada vez que va a la ciudad, al parecer no eres tan importante para él como tú crees.
Al segundo de decir aquellas palabras me arrepentí pero ya no había marcha atrás, Debra se enfureció aun más de lo que estaba y con su mano me golpeó el rostro haciéndome caer de culo al suelo, sentí que me ardía la cara y mi enojo fue mayor, sentí como se tiraba encima de mí aplastando todo mi cuerpo y tirándome de los pelos, yo hice lo mismo con ella, sabía que peleando Debra era muy superior a mí pero yo no pensaba dejarme vencer tan fácilmente. Enseguida aparecieron unos chicos para separarnos, uno de los hombres que solía comer en nuestro grupo agarró a Debra por la cintura y la alejó de mí, ella seguía pataleando y gritando mientras me llamaba zorra, puta y otra clase de insultos que preferí ignorar. En aquel momento me di cuenta de que alguien me estaba sujetando, sentí sus brazos fuertes rodeando mi cuerpo, sabía que era alto y su cuerpo estaba pegado al mío, enseguida me separé de él, Liam mostraba un rostro de desaprobación mientras observaba mi rostro. Nos preguntó que había pasado para que terminásemos a golpes pero ninguna de las dos habló, Debra seguía con su mirada rabiosa fija en mí, luego se soltó del chico que aún la mantenía agarrada y se fue en dirección opuesto a donde me encontraba yo y Liam. El amigo de Bastian volvió a preguntarme pero yo no respondí.
_ Está bien pero a partir de ahora intenta pasar un poco más desapercibida o no durarás mucho aquí, al parecer consigues fácilmente cabrear a algunas personas de este lugar.
_ Supongo que soy una chica problemática, tal vez debería irme ya que hay gente que no me quiere aquí.
_ No te estoy diciendo eso pero deberías por tu bien evitar más enfrentamientos, ahora deberías ir a la enfermería y que te pongan algo en el ojo además de que te paren la hemorragia de la nariz. Cuando te vea Bastian vas a tener que explicárselo.
Me llevé la mano a la nariz antes de darle las gracias y echarme a andar, la sangre seguía goteando pero no fui a la caseta de enfermería, no quería causar más problemas ni que me viesen en aquel estado, me limpie la sangre y taponé mi nariz y mientras todos los demás cenaban yo lavé mi ropa manchada de sangre después me senté en el colchón y me puse a escribir en mi diario. Un rato más tarde apareció María, me había preocupado que fuese Debra, la tensión entre nosotras ya era de máxima alerta, miró mi rostro y silbó.
_ Uf, ese ojo no tiene buena pinta, voy a traerte un ungüento que preparan los mayores para estas ocasiones, mañana te encontrarás mejor.
Mientras iba en busca de esa pasta milagrosa yo guardaba mi diario en el fondo de la mochila. Una vez de vuelta me la colocó despacio alrededor de mi dolorido ojo, era de color amarillenta y estaba fría al contacto con mi piel.
_ ¿Seguro que esto es bueno para mi ojo?
_ Por supuesto, Debra pega muy fuerte cuando esta cabreada, no debiste meterte con ella, te lo dije, ¿por qué os peleasteis?
_ Ya no importa, me hizo ver que yo no era bienvenida en este lugar y que Bastian era de su propiedad, me insultó y yo le hablé de la pelirroja que tenía ese idiota en la ciudad, no tendría que haberlo hecho pero estaba bastante cabreada.
_ Ahora entiendo lo de tu ojo morado, tuvo que enfadarse muchísimo contigo cuando le contaste eso. Suerte que Bastian ha ido a la ciudad, Liam es más compresivo cuando se trata de una pelea.
_ Me imagino que ya todo el mundo está enterado de nuestra pelea.
_ Fueron muchos los que os vieron y aquí nunca ocurre nada interesante, así que tú al parecer le estás dando un poco de vida a este lugar, por cierto tu novio te buscaba, quería venir a ver si te encontraba en la habitación pero Liam le dijo que esperase hasta mañana para hablar contigo, que necesitabas calmarte. Esta mañana tu novio me preguntó si te ocurría algo ya que te había notado algo rara antes de esa pelea, y cuando supo que te habías agarrado a golpes con Debra fue hablar con ella, se nota que te quiere mucho.
_ No, él no, tengo que contarte algo María, Mauro y yo no somos novios, pareja o como quieras llamarlo, solo somos amigos, muy buenos amigos, él es la única persona en quién confío pero yo no lo quiero de la manera que tú piensas y él tampoco me quiere así.
_ ¿Mauro y tú no estáis saliendo juntos? Pues todo el campamento piensa que sí, que sois pareja, ¿Mauro lo sabe?, quiero decir si él sabe de tus sentimientos hacia él.
_ ¡Claro que lo sabe!, yo nunca le hice ver que lo quería de esa manera.
_ Cuando en el campamento hablan de ti y de él como novios, Mauro nunca trata de negarlo.
_ Ya te dije que Mauro es el único y mejor amigo y lo quiero de esa manera, sabe cosas de mí que jamás le he contado a nadie, María ¿tú crees que intento atraer la atención de los chicos del campamento?
_ ¿Qué?
_ Hay gente en este campamento que cree que soy una mujerzuela, una buscona.
_ No le hagas caso a Debra, ella solo está celosa, como ves por aquí no hay muchos chicos donde elegir y no solemos salir a la ciudad, algunos nos sentimos cómodos y a salvo dentro de estas rocas, por eso cuando aparece alguna chica nueva solemos ponernos celosas.
_ ¿Tú estás celosa de mí?
_ Al principio sí, eres guapa y se notaba que tenías clase, no parecía que vinieses de una situación complicada como la mayoría de nosotros, pero cuando escuchamos que eras la novia de Mauro muchas nos calmamos, pero ahora que sé que no estás interesada en tu nov… en Mauro no sé, ¿te gusta Bastian?, ¿es por él por lo que os peleasteis?
_ ¡No! Que va, ese cretino y yo nos repelemos, creo que no podemos estar más de cinco minutos sin discutir, Debra puede quedárselo todito para ella, creo que hacen buena pareja, los dos tienen el mismo carácter odioso.
_ ¿Entonces hay alguien más que te guste de este campamento?
_ ¡No, para nada! Yo no estoy interesada en tener pareja, ni ahora ni en un futuro, además no confío en los chicos.
_ Pero confías en Mauro.
_ Él es distinto, pero eso no significa que esté enamorada de él, no puedo ni quiero enamorarme de nadie.
_ ¿Qué quieres decir?
_ No importa.
_ ¿Esa respuesta tiene algo que ver con tus pesadillas nocturnas?
_ María, ¿tú crees que Debra vendrá hoy a dormir?
_ No estoy segura, además Bastian aún no ha llegado, puede que ella esté deambulando por fuera de la cueva o durmiendo con alguien, cuando Liam o Rodrigo hacen la ronda suelen ser más tolerantes que Bastian.

ESTÁS LEYENDO
TABSAVIT
Fiction HistoriqueEn un mundo de caos y de destrucción una chica lucha por sobrevivir junto a su mejor amigo Mauro y acaban en un campamento junto a otra gente que también huyen de una vida precaria, allí conoce el amor y el calor de una gran familia pero también e...