semana catorce, semana quince y semana dieciséis ( cuarta parte)

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Deberíamos ser muy observadores y estar en constante vigilancia. Una vez en el interior de aquel complejo residencial nos dimos cuenta que nos llevaría mucho trabajo adecentar aquellos edificios, puertas arrancadas y totalmente destruidas o ausentes, ventanas totalmente sacadas de los huecos o sin cristales, el ascensor había desaparecido y el hueco estaba cubierto de escombros y cables sueltos, las escaleras para subir a los otros pisos se encontraban en malas condiciones, los pocos muebles que habían en el lugar estaban destrozados y acumulando basura por todas partes, los cables arrancados del techo y las paredes, aunque no nos servirían de mucho ya que no había red eléctrica. Lo que más asco me daba eran la mayoría de bichos, ratas u otros animales que vagaban por el bloque de edificios o habían dejado huella en ellos. Por lo menos Liam agradeció que desde el edificio más alto se podía ver la llanura más allá del bosque, un camino  poco asfaltado que se escondía entre árboles, rocas y vegetación a ambos lados de la carretera y que ahora casi la cubría por completo allá a un par de kilómetros de donde estábamos, y el mar allá en el horizonte uniéndose con el cielo azul. Si alguien se acercaba a nosotros estaríamos preparados. Aquella  noche cogimos las tiendas de campaña y acampamos en lo que había sido antes un jardín enorme detrás de aquel grupo de edificios y que ahora todos los hierbajos, arbustos y demás habían crecido sin control alguno, habíamos encendido un par de hogueras para que las ratas y otros animales se mantuviesen alejados de nuestro lado. A la mañana siguiente nos pusimos en grupos para adecentar aquel lugar, nosotros éramos el grupo más numeroso, lo componíamos siete miembros, María, Mauro, yo, Lía, Miguel, Thaisa y Melisa, intentaba que esta última no hiciese los trabajos más pesados, no tenía ni idea cuanta gente sabía que estaba embarazada ni de cuánto tiempo estaba, no tuvimos la oportunidad de estar nuevamente a solas y tampoco sabía si debía meterme en su vida. Cuando llevábamos unas horas trabajando nos tomamos un tiempo para descansar, fue María la que preguntó porque yo escogía el trabajo más pesado incluso cuando se lo asignaban a Melisa y si teníamos algo así como una especie de pacto. Me sorprendió la pregunta, no pensé que mi amiga fuese tan observadora así que cuando iba a contestar se me adelantó Melisa.
_ Eso te lo puedo responder yo,  supongo que lo hace porque estoy embarazada.
Todos los que estábamos allí se sorprendieron excepto Thaisa y Lía, ¿cómo se habían enterado?, yo no se lo había contado a nadie. María entonces miró en mi dirección.
_ ¿Tú lo sabías y se lo has contado a Thaisa y a Lía pero a mí no?, ¿y qué hay de Mauro, no es tu mejor amigo?
_ ¡Yo no se lo conté a nadie!, no me corresponde a mí hablar de ello.
_ Yo se lo he contado a algunas amigas, me imagino que ya lo sabrá casi todo el campamento, da igual no es algo que a la larga se pueda ocultar y yo tampoco quiero ocultarlo.
_ Lía y yo nos enteramos esta mañana, alguien no vino a decir que tuviésemos cuidado contigo ya que estabas embarazada, nos sorprendió mucho y no sabíamos si estaban diciendo la verdad, ahora sé que sí, ¿y qué, quien es el padre?
_ ¡Thaisa!
Le había dicho yo en un tono más elevado que de costumbre, era cierto que todos o casi todos sentíamos curiosidad en saber quién era el padre pero aquella no era la forma ni el momento de preguntárselo o eso pensaba yo.
_ Perdona si he sido muy directa, ya sabéis como soy, lo que quería decir era si ha sido de forma consentida o te han obligado a…
_ ¡Thaisa!
_ ¿Qué?, si se ha acostado con alguien de forma involuntaria deberíamos saberlo, sobre todo si es alguien del campamento, no podemos tener a gentuza como esa dentro de la comuna. Además siempre puede contar con nosotras para darle una paliza si ella nos lo pide, estoy segura de que Mauro y Miguel nos echarían una mano, ¿no es cierto?, a no ser que sea uno de ellos el padre de la criatura.
_  ¡Queeee!
Dijeron los dos al mismo tiempo.
Melisa se había puesto colorada, supongo que se sentiría algo avergonzada por la forma en la que hablaba  Thaisa.
_ No, el padre es otro y nadie me obligó a nada, los dos estábamos de acuerdo en tener relaciones solo que no nos esperábamos esto.
Esta vez fue María la que habló.
_ ¿Él está aquí en el campamento?, ¿él lo sabe?, perdona si no quieres contestar lo entenderé.
_ No importa, supongo que tarde o temprano acabareis sabiéndolo.
_ Sabes que estaremos a tu lado siempre que nos necesites.
_ El padre del niño estuvo en el campamento pero ahora no está.
_ ¿Qué quieres decir, que se ha ido?, ¿pero cuándo?, ¿qué yo recuerde hace tiempo que nadie se ha largado del campamento?-
Esta vez era Miguel el que hablaba un poco sorprendido, pero nuevamente Thaisa empezó a hablar antes de que Melisa pudiese responder.
_ ¡No me jodas!, no me digas que es uno de los que no han regresado todavía, no me sorprendería que fuese Eider, es un mujeriego pero creí que le gustaba Debra, aunque veo difícil que sea correspondido.
_ ¡Basta Thaisa!, estás siendo un poco descortés con Melisa, deberías callarte un poco.
Esta vez fue María la que le gritó a Thaisa, se disculpó con Melisa y se mantuvo un rato callada, yo no dejaba de preguntarme quien de los que se habían quedado en la ciudad era el padre de ese bebé que se estaba gestando.  De nuevo todos se pusieron a trabajar y no hubo tiempo para más charla y tampoco queríamos presionarla, cuando quisiese contárnoslo lo haría. Pensé en los momentos vividos en la cueva y fuera de ella y no recordaba que Melisa estuviese con algún chico aunque tampoco le había prestado mucha atención. Había descartado a Ulmer y por supuesto a Bastian, por la reacción que tuvo antes cuando mencionaron a Eider tampoco parecía que había sido él, entonces nos quedaban tres chicos como posibles padres del bebé. El tiempo seguía caluroso, incluso en la noche corría una brisa fresca que todos agradecíamos, aún faltaba mucho que hacer en los edificios así que  volveríamos a acampar en las tiendas de campaña, todos hacíamos turnos de vigilancia, las reglas que teníamos en el anterior lugar donde habíamos  vivido seguían vigentes y aquí la mayoría también se aplicaban,  una de ellas era dormir hombres y mujeres por separado a no ser que fuesen pareja. Por la mañana nos pusimos nuevamente a trabajar con ganas de que aquel complejo de edificios se convirtiera pronto en un hogar para todos nosotros. Cuando por fin tuvimos un rato para descansar empezamos a bromear y hablar de cosas banales hasta que Thaisa volvió a sacar el tema del embarazo de Melisa.
_  ¿Entonces Melisa, nos vas a decir el nombre del padre del bebé o tendremos que averiguarlo por nuestra cuenta?
_ Thaisa, ¡basta, no es asunto nuestro!
Aunque la que había sido amiga de Debra ahora se convirtió en una más de nuestro grupo algunas maneras de comportarse o de ser me hacían sentir incómodas y una de ellas era que fuese tan directa con la gente. Vale que todos especulásemos sobre quién la había dejado embarazada pero muchos respectamos su privacidad y era decisión suya contárnoslo o no, Thaisa volvió a la carga.
_ Siento que os moleste que sea tan directa pero me gusta que la gente sepa lo que se espera de mí y no cotillear por detrás como hace algunas, ¿sabéis que algunos están apostando para descubrir quién fue el que la dejó preñada?, hace un momento casi me peleo con una de ellas, me molesta que Melisa empiece a ser el nuevo entretenimiento de la gente que se aburre en este lugar, deberíamos hablar con Liam o Rodrigo para que terminasen esos cotilleos.
_  Sí, yo también escuché algo, no solo las chicas hablan de ese asunto, algunos chicos se divierten a tu costa, creo que deberías acallar esos rumores Melisa antes de que sigan propagándose o inventen más cosas sobre ti.
_ Gracias a todos por preocuparse pero no me importa que hablen sobre mí aunque supongo que lo mejor es que sepan quién es el padre de mi hijo, no quiero tener secretos con vosotros, además él no va a regresar.
_ ¿Qué significa que no va a regresar?, ¿sabe él que estás embarazada verdad?
_ Cuando se lo conté aún no estaba segura de ello pero da igual, él no va a estar aquí cuando el bebé nazca, ha decidido alejarse del campamento, él es Bastian.
Nadie se esperaba que aquella fuese la respuesta por las expresiones de nuestras caras, como siempre fue Thaisa la que habló primero.
_ ¿Bastian, el Bastian que todos conocemos?
Melisa lo afirmó con un movimiento de cabeza, parecía avergonzada y había bajado su mirada hacia el suelo.
_ ¡Joder, nadie se esperaba eso!, el único hombre del campamento que no quería tener nada que ver con las chicas con las que convivía, bueno a excepción de Vera, sorprendentemente deja embarazada a una de ellas.
Eso no era de todo cierto y mis mejillas se volvieron coloradas, vi como Lía le daba un codazo a Thaisa y luego mi mirada cayó en Mauro, él me observaba atentamente.
_ ¡Qué!, todos nos hemos dado cuenta de ello, o casi todos, Bastian se comportaba contigo Vera como no lo había hecho con ninguna otra chica por eso los  celos de Debra, si tuviese que apostar por alguien a quien dejase preñada Bastian serías tú Vera.
Sentí varios ojos puestos en mí, mi mirada se posó nuevamente en Melisa, tenía los ojos tristes y parecía avergonzada, escuché la voz enfadada de Mauro.
_ ¡Ya basta Thaisa!, te estás pasando con tu sinceridad.
_ Lo siento Vera pero si te digo esto es porque ahora te considero mi amiga, si no fuese así ahora estaría riéndome y burlándome de ti con Debra y las demás chicas, pero tenéis que estar de acuerdo conmigo que resulta sorprendente que Melisa y Bastian estuviesen liados, no digo que no te crea Melisa pero es que es un poco chocante.
_ Lo sé pero Bastian quería que llevásemos lo nuestro en secreto, por eso siempre nos veíamos a escondidas y nos comportábamos con indiferencia a ojos de todos.
Todos nos levantamos para seguir con el trabajo y en aquel momento agradecí que terminase la conversación, seguía en estado de shock, aún no me podía creer las palabras de Melisa. Alguien me había tocado el brazo, María estaba a mi lado y me miraba a los ojos mientras me preguntaba si estaba bien, de mi boca no salió palabra alguna, la tenía demasiado seca y asentí con la cabeza, mi amiga se acercó un poco más y me abrazó, le di las gracias, mi voz sonó ronca. Luego regresamos al trabajo, no quería pensar en la conversación de antes y trabajé con ahínco, cuando volvía de tirar unos escombros más allá de los muros del complejo Mauro agarró mi brazo y me llevó con él, nos alejamos un poco de la gente y miró mis manos, tenía algunos rasguños y empezaban a aparecer las primeras callosidades.
_ ¿Qué estás haciendo, Vera?
_ Trabajar como todos.
_ Ja, te estás matando a trabajar para no pensar en ese cabrón, no hay más que ver tus manos y tu cuerpo sudoroso.
_ No estoy haciendo más que cualquier otra persona.
_ ¡Mentirosa!, ¿crees que Melisa dice la verdad?
_ No lo sé pero su versión se parece mucho a lo que he vivido yo con Bastian. Supongo que nos quería ver a todas en secreto, ¿a cuántas más engañó?
_ No te tortures así, me gustaría tenerlo ahora delante.
Una lágrima resbaló por mi rostro, no quería derramar ninguna más por aquel hombre que no se las merecía, la limpié con brusquedad, Mauro me miró durante unos segundos y luego me abrazó con fuerza.
_ Yo siempre estaré contigo Vera, jamás te haré llorar de esa manera, yo cuidaré de ti si me lo pides.
 
 
 
 
 
 
 

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