Los siguientes días fueron pasando lentamente, Mauro se recuperaba a pasos agigantados, algo que me alegraba mucho, cuando no tenía que trabajar me pasaba por su habitación y charlábamos largo rato, también lo hacía Lía que cada vez se convertía en más cercana a Mauro. Poco a poco empezó a levantarse y caminar despacio fuera de aquella cueva, la gente solía ir a verlo ahora que ya estaba fuera de peligro, a pesar de que la muerte se había llevado a Kai y eran muchos los que aún se entristecían cada vez que pronunciábamos su nombre también se sentían contentos de que Mauro se hubiese salvado, en los tiempos en los que vivíamos por desgracia la gente estaba más acostumbrada a las penas que a las alegrías y morirse era algo que solía pasar muy a menudo, sobre todo por las necesidades de todo tipo que pasaban algunas personas, por la salud deteriorada por la falta de medicamentos y atención médica o por el hambre y también por lo que era más habitual, caer en manos de otra gente más desesperada que la anterior y porque sobrevivir por encima de otra vida era primordial y nada más importaba. Los organismos de seguridad no podían hacer mucho con esa situación ya que se les iba de las manos, demasiada desesperación y pobreza para hacer frente a los robos, muertes, violaciones…. Cuando la víctima era de los suburbios o barrios bajos no solían ni molestarse en aparecer y cuando lo hacían evitaban grandes enfrentamientos, no querían una nueva guerra a nivel mundial, aún estaba por arreglarse la última de la que estábamos saliendo poco a poco. Uno de esos días en el que el calor apretaba Bastian y Liam decidieron que se parase antes de trabajar, de todas maneras había ya poco que recolectar y nos dedicamos las últimas dos horas antes de la cena a aprender diferentes oficios o habilidades, Mauro había querido ayudar pero se tuvo que conformar con asistir a alguna de aquellas clases que no necesitaban hacer grandes esfuerzos. A la hora de la cena mi mejor amigo decidió acompañarnos, los del grupo estaban felices de que estuviese en mejor forma y luego de terminar de alimentarnos decidimos disfrutar un poco más de la noche maravillosa que se había quedado, agradecimos el frescor de esas horas ya que el día había sido muy caluroso, también teníamos encima de nuestras cabezas una luna en todo su esplendor acompañada por multitud de estrellas, a nadie le apetecía regresar a la cueva y meterse en sus habitaciones a pesar del cansancio del trabajo de ese día. El grupo decidió que era hora de saber más unos de los otros y de pronto se pasó a hablar de los chicos y las chicas con las que habían salido o tenido sexo. Aquella conversación me resultó un poco incómoda y decidí que tal vez fuese hora de irme, le tocaba el turno a Mauro y cuando habló de que había tenido algunas relaciones los chicos preguntaron con cuantas se había acostado, él evitó decir un número en concreto pero dijo que fueron más de cinco y menos de diez, dos de aquellas relaciones fueron largas y una de aquellas chicas fue la que más le marcó porque murió en sus manos, me dejó a cuadros, creí que lo sabíamos todo el uno del otro pero me equivocaba, yo le había hablado de mi vida pero ¿qué sabia yo de la suya?, me marché del grupo antes de que me tocase el turno con la excusa de que no me encontraba bien, yo no había pedido tener esa conversación y no pensaba seguir escuchando ni contarles mi vida. Mientras caminaba hacia la entrada de la cueva Bastian apareció frente de mí y pidió hablar conmigo, los nervios volvieron a surgir sin yo pretenderlo, en estos últimos días apenas lo había visto y tampoco me había gritado, aunque a decir verdad no tenía ningún motivo para hacerlo. Nos alejamos un poco de la gente y sentí como si muchos pares de ojos nos estuviesen observando algo que me incomodaba bastante, a la única a la que pude ver porque se encontraba al alcance de mi vista era a Debra y a una de sus amigas que me miraban como si fuese una cucaracha a la que había que exterminar, puse de nuevo mi mirada sobre Bastian. Me habló de que Mauro le había pedido regresar a las tiendas del exterior ya que se encontraba mejor y que estaría en una cerca de la de Fernando que pasaría unos días más en la tienda de enfermería, luego ya se terminaría de recuperar en su tienda junto a sus dos compañeros de habitación. Me preguntó que había decidido de lo que me había propuesto ya que era hora de regresar a mi dormitorio y que tener encendida la lámpara durante la hora del sueño tal vez fuese un problema para las demás compañeras. Sabía que aceptar dormir en una de las tiendas sería añadir un problema más a Bastian que tendría que enfrentarse a las otras chicas para explicarle porque yo si podía dormir cerca de los chicos en las casetas exteriores mientras ellas debían hacerlo en la cueva, no quería que supiesen el motivo, excepto María, Clara, Mauro y ahora Bastian nadie más sabía mi temor a la falta de luz cuando llegaba la noche y quería que eso siguiese así. Le dije lo que pensaba y que buscaría la manera de que el temor a la oscuridad no afectase a mis compañeras de habitación, me observó durante un rato pero no dijo nada y yo tampoco. Después de preguntarme si estaba segura de esa decisión se marchó y yo regresé a la sala donde pasaría mi última noche al lado de Mauro. En cuanto llegué mi amigo ya estaba en la habitación, me sonrió pero yo seguía dándole vueltas a sus palabras y casi sin pensarlo le pregunté por la conversación de antes.
_ ¿Por qué nunca me has contado lo de esas chicas?, yo te conté lo mío con Julio.
_ Nunca me has preguntado y a medida que te iba conociendo me di cuenta que hablar de relaciones pasadas te resultaba incómodo y al ver tu reacción esta noche supe que estaba en lo cierto.
_ ¿Qué le ha pasado a la chica que murió en tus brazos?
_ Ángela era una chica de mi barrio, nos conocíamos desde que éramos unos críos, teníamos amigos en común y habíamos salido con algunos de ellos, de hecho no nos dimos cuenta de lo que sentíamos el uno por el otro hasta que tuve dieciocho años y ella dos menos, éramos muy jóvenes y cometimos demasiadas tonterías, nos metíamos en líos y aunque en mi caso mis padres no pasaban de gritarme y de amenazarme con echarme fuera de casa el de Ángela era otra cosa, le golpeaba dejándole marcas, me enfrenté varias veces a él, le pedí a mi novia que abandonásemos a nuestras familias y nos fuésemos del lugar pero ella siempre se negaba, le aterraba los cambios y no le gustaba alejarse de lo que conocía, a pesar de decirle que siempre cuidaría de ella, pero como te dije éramos jóvenes y sin experiencia en la vida, Ángela se quedó embarazada y no supimos como reaccionar, no teníamos ni idea de cómo afrontar el futuro. Una noche vino en mi busca, se veía mal, con fiebre y espasmos, creí que tenía que ver con el embarazo pero me dijo que había comprado unas hierbas que decían que al tomarlas abortaría y que así nuestro problema se solucionaría, a medida que pasaba el tiempo ella se veía peor, yo también estaba asustado y la llevé a mi casa, terminé por contárselo todo a mis padres y llamaron a un médico pero ya no se pudo hacer nada, Ángela había ingerido unas plantas venenosas que acabaron con su vida. Su padre me culpó de su muerte y yo le culpé de la vida de mierda que le había dado, me enviaron a casa de unos familiares pero poco después me fui de allí recorriendo lugares y buscando a mi primo, eso es todo.
Me acerqué a él y lo abracé, le dije que sentía mucho lo que le había pasado, y le pregunté si era por eso por lo que decidió ayudarme.
_ Al principio sí, me recordabas un poco a Ángela pero me di cuenta de que tú eres más fuerte que ella y de que lo que yo siento por ti no tiene nada que ver con lo que sentía por ella.
_ Me alegro de que me lo hayas contado.
_ Yo había renunciado a dejarme llevar por los sentimientos y lo había conseguido durante los siguientes años hasta que apareciste tú y me ayudaste, te hiciste amiga mía sin saber nada de mí y luego lo abandonaste todo para poner tu vida en mis manos, ¿qué se supone que tendría que hacer con eso? Aunque mi primera opción era abandonarte no pude hacerlo, desde el primer momento has dejado una fuerte impresión en mí, creo que ya nunca podré alejarte de mi lado.
En cuanto terminó de decir aquellas palabras escuchamos un ruido y al voltearnos encontramos a Bastian en la puerta, su mirada se dirigió a las dos manos entrelazadas, ni siquiera me había dado cuenta que Mauro me había cogido mi mano mientras hablaba, inmediatamente me solté y puse un mayor espacio entre el cuerpo de mi amigo y el mío, algo en mi interior me impedía ver de nuevo el rostro a Bastian, no estaba segura de si era miedo o vergüenza. Le dijo que ya tenía todo listo para que estuviese cómodo en la tienda del exterior y que cuando quisiese podría acomodarse en ella. Mauro le dio las gracias y al levantar yo la vista me encontré con la de Bastian, estuvimos unos segundos observarnos hasta que él fue el primero quién la apartó y luego se fue.
_ ¿Te pasa algo con mi primo?
_ ¿Qué?
_ Parece que ya no discute contigo como antes, ¿ha ocurrido algo que yo no sepa?
_ No, bueno una cosa.
Le hablé de la otra noche cuando me encontraba en la enfermería y a oscuras y de que ahora mi secreto sobre mi miedo a la oscuridad lo sabían demasiadas personas y aún no estaba segura de que eso me gustase. Le conté lo que me había dicho antes de llegar a la habitación y que parecía interesado por mis miedos por eso estaba buscando una solución y puede que nuestra relación hubiese mejorado ya que no me gritaba como antes.
_ Puede que hasta le acabe gustando
Le dije a mi amigo un poco en plan broma, pero Mauro seguía viéndome atentamente buscando algo en mi reacción que le confirmase que mis palabras eran reales y que no escondía nada entre líneas.
_ ¡Qué!, ¿por qué me estás mirando de esa manera?
_ Vera, estoy aquí para protegerte y no quiero que te hagan daño así que no hagas que me enfrente a mi primo.
_ ¿Qué quieres decir?
_ No estoy seguro pero no te enamores de él, te hará daño.
_ ¡Qué!, yo no estoy enamorada de él, no necesito ninguna relación complicada en mi vida, no estoy preparada para estar con alguien que quiera algo más que mi amistad.
_ Bastian y yo hace tiempo que nos hemos alejado el uno del otro y la vida no se lo ha puesto fácil pero sé algunas cosas sobre él y sobre lo que piensa de las mujeres, no quiere ninguna relación en su vida que le ate o que sea complicada, no busca una relación seria y todas aquí lo saben, según escuché algunas lo han intentado y acabaron lastimadas, ha dejado muchos corazones rotos por el camino y al parecer no le ha importado, él jamás podrá curar tus heridas, aunque ahora te trate de una manera diferente él no es para ti, no creo que pueda darte lo que tú quieres.
_ ¿Y qué es lo que yo quiero?
Aquellas palabras fueron pronunciadas con apenas unos susurros y con algo de dolor.
_ Tú quieres a tu lado una persona que te comprenda, que te quiera por completo y te entienda, que sea dulce, delicado y que sepa esperar, que te de tu tiempo para curar tus miedos.
No sabía que contestarle porque a mi mente regresaron las imágenes de Bastian y yo besándonos y de aquellas sensaciones que me produjo cuando me tocó. Aquella noche tampoco regresaron las pesadillas pero mi sueño fue inquieto porque las palabras de Mauro aún seguían dando vueltas en mi cabeza, y a la mañana siguiente me levanté cansada ya que casi pasé la mayor parte de la noche en vela. Mauro ya no estaba en la habitación cuando me desperté, últimamente estaba frustrado por lo poco útil que se sentía y siempre buscaba la manera de compensar el tiempo que pasó postrado en la cama haciendo trabajos que aún no estaba preparado para realizar, y aunque acababan regañándolo siempre buscaba la ocasión para ayudar. Salí del interior de la cueva y me propuse ser de utilidad para los habitantes de este lugar yo también, el tiempo era bueno y eso hacía que trabajásemos con más intensidad, había mucho por hacer y por aprender, esa mañana no tuve tiempo de regresar mis cosas a mi antigua habitación pero mi amiga María prometió ayudarme al terminar las tareas. Regresar otra vez al lugar que compartí con mi amiga no me parecía malo pero saber que también estaría allí Debra hacía que mi optimismo desapareciese casi por completo. Por la tarde mientras Liam se ofreció a ayudarnos a María y a mí cuando nos vio que regresábamos mis cosas a la habitación , hacía tiempo que no hablábamos los dos, me preguntó con una sonrisa en los labios si estaba contenta de regresar al lado de mis compañeras y librarme por fin del gruñón de Mauro. Después de darle una breve respuesta y agradecerle su ayuda nos despedimos de él para caminar con María en busca de nuestra cena, yo estaba contenta con tener una amiga como María pero mi otra compañera de habitación era otro cantar, recordaba aún las palabras de Bastian cuando me había ofrecido otra posibilidad para no compartir la habitación con Debra y yo me había negado a aceptar, ahora tendría que ver como solucionaría mis noches sin luz pero de lo que estaba segura era de que no tenía ninguna intención de revelarle a más personas mi problema con la oscuridad. Una vez que terminamos de cenar me dirigí a la habitación, quería tener un poco de tiempo para poder escribir en mi diario antes de que llegasen mis compañeras, Bastian se paró enfrente de mí antes de que pudiese alcanzar la entrada de la cueva y me preguntó si me preocupaba algo y que ya había visto que mis cosas ya no estaban en la otra habitación. Le respondí que todo iba bien y que solo esperaba no tener problemas con Debra ahora que estaba de nuevo de regreso en la habitación que compartíamos. Me volvió a recordar que él me había ofrecido una segunda opción y que aún seguía en pie, se lo agradecí pero que buscaría la manera de arreglármelas con Debra. Una vez en el interior de mi habitación me puse a escribir, no pasó mucho tiempo cuando vi entrar a María, me alegré que fuese ella la primera en llegar y no mi otra compañera, estuvimos hablando durante un rato hasta que apareció Debra con una gran sonrisa en su rostro, algo a lo que no solíamos estar acostumbrados, detrás de ella venía una de sus amigas. Las dos se pusieron a recoger algunas de sus cosas después de saludarnos, María le preguntó qué era lo que estaba haciendo y Debra mirándome a mí mientras hablaba le respondió que Bastian le había propuesto dormir en el exterior en una de las tiendas que estaban destinadas a ello y que estaba contenta porque estaría aún más cerca de él. Algo en mí hizo que saltase una pequeña alarma en mi interior y me pusiese un poco furiosa, ¿qué significaba aquello? Mientras salían del cuarto me acerqué a Debra y le pregunté porque Bastian le había propuesto irse a dormir afuera.
_ Yo a ti no tengo que responderte nada.
_ Está bien tienes razón, iré a preguntarle a él.
_ ¿Quieres saber porque me ofreció dormir a su lado?
_ No vas a dormir a su lado, solo lo harás en el exterior junto con otras personas.
_ Tal vez pero voy a estar mucho más cerca de él de lo que estarás tú.
Su amiga se había alejado dejándonos a las dos solas hablando, nadie más estaba cerca de allí así que nadie nos escucharía pero Debra miró a ambos lados antes de dirigirse de nuevo a mí.
_ ¿Estás segura de querer escuchar lo que tengo que decirte?, puede que no te guste lo que vas oír. Bastian me preguntó si me sentía cómoda en la misma habitación en la que te estabas tú, aunque él sabía bien mi respuesta ya que no era la primera vez que hablábamos de ti le respondí igualmente, le dije que hubiese preferido que te quedases dónde estabas o que compartieses la habitación con tu querido amigo Mauro.
La miré sorprendida, saber que yo había sido el motivo de algunas de sus conversaciones me molestaba y a la vez me intrigaba. No podía asegurar que aquella chica me estuviese diciendo la verdad.
_ ¿Qué, no me crees? Mira tú y yo no nos caemos bien pero aún así te voy a dar un consejo, te sugiero que no pienses en Bastian como algo más que nuestro jefe, protector o como tú quieras llamarlo, aunque ahora ya no te grite como antes porque hayas traído medicinas al campamento tú no eres especial para él y deberías tenerlo en cuenta, todos aquí arriesgamos nuestras vidas continuamente. Así que si no quieres que te rompa el corazón como ha hecho con otras chicas no deberías buscarlo continuamente para que te resuelva tus problemas o para infringir algunas de las reglas que él mismo ha impuesto.
_ ¿Qué quieres decir?
_ Lo sabes muy bien, no te hagas la inocente conmigo.
_ Deberías hablar claro antes de que me largue de aquí.
_ ¿Crees que actuando ahora como si fueses una chica frágil lograrás ablandar el corazón de Bastian? Tal vez esa táctica funcione con algunos chicos o con tu amigo Mauro pero Bastian es diferente a los demás hombres.
_ No sé de que estás hablando.
Empezaba a caminar devuelta a mi habitación porque sentía como aquella chica cada vez se enfurecía más y yo ya no quería un nuevo enfrentamiento con ella, Debra caminó rápidamente hacia mí y me cogió del brazo, luego me miró a los ojos mostrando una sonrisa irónica.
_ Puede que esté dispuesto a pasar por alto ciertas normas y te deje dormir con una pequeña luz al lado de tu cama por culpa de tu temor absurdo a las pesadillas de una niñita asustada a la oscuridad pero te diré una cosa, eso no será suficiente para llamar su atención.
Aquellas palabras impactaron en mí de una forma brutal, mi cuerpo se congeló por breves momentos, creí que podría ocultar mi secreto por más tiempo pero al parecer Bastian no era la persona que yo creía y no debería confiar en él, me dolió mucho descubrir que le había contado lo que yo mantenía oculto sobre todo a Debra, me sentía engañada y humillada. Me solté bruscamente de sus agarre y caminé lastimada por aquella traición alejándome de la mujer que más odiaba en aquellos momentos mientras ella me observaba triunfal, me dijo unas palabras antes de desaparecer de su vista.
_ Te agradezco que montases todo ese circo porque gracias a ti tendré la oportunidad de acercarme un poco más a él y te prometo que no pienso desaprovecharla.
Seguí andando buscando por todas partes la silueta de Bastian, estaba enfurecida y me debía una explicación, pero en mi camino tropecé con Mauro que me miró con el rostro preocupado mientras observaba mi estado, le dije que había tenido un pequeño encuentro desafortunado con Debra y que por eso estaba de mal humor y que ahora estaba buscando a Bastian, le pregunté si lo había visto. Me miró atentamente durante unos segundos y luego dijo que tal vez debería calmarme antes de hablar con él, por supuesto no le hice caso y seguí mi camino pero luego de un par de pasos me paré y me giré hacia mi amigo.
_ ¿Sabes Mauro? tenías razón.
_ ¿En lo qué tenía razón?
_ Tu primo es un ser egoísta que no le importa hacerle daño a otras personas, yo jamás podría enamorarme de una persona así.

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TABSAVIT
Historical FictionEn un mundo de caos y de destrucción una chica lucha por sobrevivir junto a su mejor amigo Mauro y acaban en un campamento junto a otra gente que también huyen de una vida precaria, allí conoce el amor y el calor de una gran familia pero también e...