Semana de la veintisiete a la treinta y dos

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El tren había salido de aquella ciudad una hora después, era media tarde y atrás dejábamos, nuestro hogar, nuestra vida, nuestra familia y nuestras esperanzas frustradas, mientras nos enfrentábamos a un futuro incierto. Nos hicieron sentar en el suelo y nos obligaron a mantenernos callados si no queríamos ser golpeados o en el peor de los casos acabar muertos. A través de las pequeñas ventanas pudimos ver como la noche empezaba a cubrirlo todo y las gotas golpeaban los cristales. De pronto a lo lejos sentimos el chirriar de los frenos del tren, notamos como se movía hacia los lados para luego descarrilar y salirse de las vías golpeando y arrastrándose por el suelo varios vagones. La presión de las cuerdas arrastrándonos de un lado a otro hizo que quedase durante unos segundos sin respiración, me golpeé la cabeza contra  el suelo y Liam evitó que mi cuerpo se lanzase hacia afuera por las ventanas rotas al cogerme fuertemente y enrollándonos contra uno de los barrotes centrales, Hunter como iba a su lado tampoco fue expulsado del tren, pero la presión que sentíamos por la fuerza que ejercían los otros cuerpos que estaban a nuestro lado y tiraban hacia la dirección contraria a nosotros era doloroso. Cuando el tren se paró no había  ninguna luz que iluminase el vagón, solo una pequeña claridad que provenía de la media luna que se dibujaba en el cielo, la gente gritaba, una parte del otro vagón trasero había golpeado al nuestro, dejando cristales de las ventanas esparcidos por todas partes, encogido el vagón en uno de los laterales y haciéndolo más pequeño, aplastando a algunas personas y con varias partes  del vagón arrancadas. Liam había cogido un cristal y cortado las cuerdas, luego cortó las mías, me miró un instante, no había mucha luz pero logró ver la pequeña herida que tenía en mi frente y de la que escapaba un poco de sangre, me la limpié y le dije que estaba bien, Liam también se había golpeado un brazo haciéndose una brecha mayor que la mía pero no eran importantes, ahora lo que necesitábamos era huir de allí, ayudé con las de Hunter, por suerte él estaba bien, no había sufrido daño alguno, solo algunas magulladuras como todos, había gente que nos pedía que lo ayudásemos, quise hacerlo, no podía dejarlos allí aplastados entre otros cuerpos y  metal pero Liam me dijo que los dejase, que teníamos que irnos antes de que los policías nos capturasen de nuevo, se acercó a uno de los agentes y buscó las llaves pero no hubo suerte, luego salimos al exterior y buscó entre uno de los policías que estaba medio desfigurado, encontró las llaves que abrían prácticamente todas las esposas, una vez liberados escuchamos disparos y nos escondimos. Cogimos unas armas y nos movimos entre  los vagones destrozados y alejados de las vías, alguien nos gritó que  agachásemos nuestras cabezas y luego disparó al policía que nos estaba apuntando.  Había gente por todas partes, muertas, agonizando, pidiendo ayuda, aplastadas, sangrando…. Ver aquello era una de las cosas peores que había visto, el chico que llevaba de mi mano estaba en shock,  Liam le dio las gracias a aquel hombre de unos treinta años, algo más bajo y delgado que él, con el pelo largo y un aro en la nariz. Había personas que estaban huyendo aterradas y alejándose de lo que quedaba del tren, los disparos no cesaban y vimos como varias personas caían al suelo por las balas recibidas. Una chica rubia que me recordaba a Debra empezó a correr, quería alejarse de allí a toda prisa, delante de ella iban varias personas a las que dispararon, aquel hombre que nos salvó corrió hacia ella ya que se había quedado quieta, inmóvil sin saber como reaccionar y luego de cogerla por el brazo corrió hacia nosotros y se escondió. Caminamos lentamente y vigilando la zona para no llamar la atención y así alejarnos de allí, eché mi mano al cuello buscando mi cadena con la llave colgando que llevaba siempre conmigo y no la encontré, eché un vistazo al suelo intentando dar con ella, antes de que sucediera el accidente estaba segura de que la llevaba porque cuando me sentía un poco nerviosa la tocaba como si de alguna manera supiese que mis padres estaban allí conmigo, quise volver sobre mis pasos, necesitaba encontrarla pero Liam me lo impidió, nos tenía que ir de allí inmediatamente, un chico gritó desde unos metros atrás para  que lo ayudásemos, giramos nuestras cabezas, era un chico rubio que tendría más o menos la edad de Mauro e intentaba alcanzarnos, estaba cojeando y tenía sangre en la frente, el hombre que nos había salvado del guardia se giró nuevamente y nos dijo que siguiésemos andando, que ayudar a aquel chico nos retrasaría y no quería regresar de nuevo al tren, yo ya había abandonado a suficiente gente a su suerte por el camino  y no pensaba abandonar a nadie más, las pesadillas aún seguían muy presentes en mis noches y también a veces en mis días, corrí hacia él a pesar de que Liam había gritado mi nombre y me acerqué para que se agarrase a mi hombro, era más alto que yo, me agradeció mi ayuda y caminamos juntos unos pasos hasta que Liam ocupó mi lugar, el otro hombre siguió caminando pero la chica nos miraba indecisa y parada sin saber a quién seguir, el chico joven de color se acercó a Liam y ayudó al joven que nos pedía ayuda también, al final el hombre de más edad y con el piercing en la nariz  decidió caminar a nuestro lado, aunque le molestaba tener que bajar la intensidad de la caminata, respiramos un poco más tranquilos y  ni siquiera miramos atrás cuando ya estábamos lejos moviéndonos entre rocas altas y vegetación que cubrían nuestros cuerpos, seguíamos escuchando los gritos y disparos en nuestras cabezas o por lo menos yo,  pero nosotros habíamos tenido suerte y ahora éramos seis los que huíamos de aquel horror, aunque otros también se habían escapado y buscaban la mejor manera de salvarse a sí mismos y huyeron por diferentes caminos, eso significaba que la posibilidad de cazarnos a todos se había vuelto más difícil para la guardia. Liam a pesar de ayudar a aquel chico se mostraba callado, cauteloso y no dejaba de escuchar y observar a todos lo que componían el grupo, no era una persona que se fiase de la gente tan fácilmente pero sabía que era mejor viajar en equipo que en solitario ya que así aumentaría nuestras posibilidades de sobrevivir. La lluvia caía con intensidad y el frio se hacía notar más con cada hora que pasaba, necesitábamos descansar y a ser posible comer alguna cosa pero acercarnos a una ciudad por ahora era algo impensable, no podíamos arriesgarnos a que nos volviesen a encarcelar. Después de recorrer una extensa llanura descubrimos a lo lejos una granja, nos acercamos a aquella vivienda con precaución y a medida que avanzábamos hacia ella nos dimos cuenta que estaba abandonada. Descansar en aquel lugar era algo peligroso porque era un blanco fácil para ladrones, bandidos… e incluso para que la policía encontrase a fugitivos como éramos ahora nosotros.  Liam y el otro hombre entraron en aquella granja que parecía abandonada con las armas preparadas mientras los demás esperábamos una señal para que los siguiésemos, una vez dentro inspeccionaron el lugar, yo había recogido unos cuantos troncos que se encontraban al lado de la chimenea de ladrillo e intentaba hacer fuego, ya que Hunter empezaba a temblar de frio, al final fue el chico herido quien  consiguió que la leña ardiese. Me acerqué a él y le pedí que me dejase ver sus heridas, el corte en la cabeza era pequeño y no revestía gravedad, el tobillo lo tenía hinchado porque se lo había dislocado cuando el vagón se salió de la vía, al igual que la herida de la cabeza, Liam apareció un rato después, les pidió a la gente que se sacase la ropa mojada y se cubriesen con las mantas desgastadas que había encontrado y dos trozos bastante grandes de piel vacuna. Hunter me preocupaba porque tenía los labios morados y no paraba de temblar, el otro hombre había llegado con lo que parecía un caballo muerto y destripado, la sangre aún chorreaba por el suelo de aquel cuarto. Se acercó al chico de color y le pidió que se metiese en el interior de aquel animal si quería sobrevivir, ya que le mantendría en calor, Hunter no estaba muy seguro y miró hacia Liam que le hizo un movimiento de cabeza para confirmar lo que el otro le había dicho. A los pocos minutos su color de labios empezaba a ser normal y el temblor iba a menos, mi amigo Liam le había preguntado de donde había sacado aquel caballo y le dijo que estaba en la parte de atrás, atado y hambriento y en muy mal estado, darle la muerte había sido lo mejor para él y había ayudado a aquel chico, era lo único útil que podría hacer el animal, dejarlo vivir y que sufriese por más tiempo sería una crueldad. Liam no dijo nada , se acercó a mí y revisó mi estado, el corte en la cabeza había parado de sangrar, aunque tenía algunos moretones que empezaban a ser visibles me sentía bien, pero a mí me preocupaba él, volví a echarle un vistazo a su brazo, la herida que tenía cerca de su tatuaje del dragón aún sangraba un poco, quise limpiársela pero el chico que tenía la cojera nos dijo que lo haría él, que aunque no terminara la carrera de medicina podía arreglárselas con ese corte. Liam le dijo que no hacía falta, que lo haría él y se fue de nuevo, antes de dar varios pasos el hombre de más edad le dijo que también había encontrado a una persona muerta en una de las habitaciones, mi amigo le preguntó si lo había matado él y algo sorprendido le dijo que no, aquel hombre llevaba varios días muerto por varios disparos. Buscaron algo de comer y encontraron una gallina deambulando por los alrededores, seguramente a los ladrones se les había escapado mientras se llevaban el resto de los animales y matado posiblemente al dueño de la granja. Ayudé a limpiar la herida al chico rubio mientras me daba  instrucciones  de cómo hacerlo bien, con una tela de una camisa hice varias tiras de esa prenda  y Liam revisó mientras tanto revisó su pie. Al parecer el chico estudió medicina pero no pudo terminar la carrera por culpa de la guerra pero estaba seguro de que era una dislocación de tobillo y le dijo lo que tenía que hacer luego de colocarle el hueso en su sitio, hacer una compresión con un vendaje a ser posible elástico y movilización del pie con una tablilla para no moverlo durante al menos tres días. Liam consiguió hacer con la madera que había en la granja un par de muletas que les serviría para caminar. Después de terminar con él, limpié y le puse un vendaje a la herida del brazo de Liam, aunque mi amigo había insistido en hacerlo él mismo. Habíamos dejado nuestras ropas húmedas cerca de la chimenea para que se secasen y nos envolvimos en las mantas que nos dieron, los chicos se tapaban con la piel de animal que encontraron, yo me sentía un poco incómoda así sin ropa y envuelta en una manta mientras me rodeaba de hombres también desnudos y cubiertos por una sola tela. Hunter se había quedado dormido dentro del estómago del caballo luego de comer un poco de la gallina que habían atrapado y cocinado los más adultos del grupo, ya no temblaba y se veía con mejor rostro. Los demás también nos habíamos alimentado e intentábamos descansar aunque en algunos rostros se veía la preocupación, además querían que nuestras ropas se secasen cuanto antes para seguir caminando y alejarnos del lugar en el que estábamos. Mientras algunos descansaban otros vigilaban la zona, estaban inquietos y atentos a cualquier movimiento, por lo menos llevábamos con nosotros varias pistolas y rifles, además de otras armas  blancas. Durante el tiempo que estuvimos en la granja nos pudimos conocer un poco más lo unos a los otros. La chica  rubia de pelo castaño, rizado y largo se llamaba Valeria, tenía los ojos marrones y la piel bronceada, su estatura era unos centímetros más baja que la mía, tenía unos pechos grandes y un trasero voluminoso pero de cintura estrecha y al parecer no era nada tímida ya que no le importaba mostrar un poco de desnudez a los que allí estábamos mientras sonreía coquetamente. Según nos dijo la habían cogido en una de las ciudades del norte mientras intentaba vender junto a su madre en el mercado varios alimentos que cultivaban en su huerta, eran ellas dos solas ya que su padre murió unos años atrás por una infección interna. El chico mayor que ahora hacia vigilancia y estaba mirando por una de las ventanas que daban al este se llamaba Bruno, tenía treinta y un años, el pelo largo algo ondulado y negro le caía sobre los hombros, era un poco más bajo que  Liam  y también menos cachas, sus ojos eran negros y los adornaban unas largas pestañas, llevaba un pequeño aro en la nariz, por lo que nos contó huyó de su casa y lejos del alcance de su mujer y del amante de ella. Al parecer su familia tenía dinero pero se enfrentó a ellos por la mujer que amaba, se casó con ella y empezaron de cero, todo fue bien durante los siguientes cinco años, él era un hombre inteligente y pronto hizo dinero  pero cuando le tocó elegir bando en la guerra todo se torció y empezó a perderlo todo, luego se enteró que su mujer lo engañaba con un guardia fronterizo y tenían planeado acabar con su vida para robarle lo que aún poseía, tuvo que huir y vender todo lo que tenía de valor, de eso hacía un par de años y aún seguía sin encontrar su destino, aunque ahora que le habíamos hablado del campamento aquel lugar le parecía un buen lugar donde echar raíces. El chico rubio que se llamaba Alexis y tenía un año más que Mauro había estudiado medicina pero no terminó la carrera por culpa de la guerra.

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