LXXIII: Fatídica Repercusión. [GRAN FINAL PT2]

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Al día siguiente.
Ethan.

¿Qué fue lo que pasó?

Parpadeo un par de veces para adaptarme a la luz, creo que estaba dormido, realmente no lo sé.

Abro mis ojos del todo, echo un vistazo a mi alrededor, estoy recostado sobre una camilla, vestido con una bata blanca, creo que estoy en un hospital. Sí, eso parece.

¿Cómo llegué aquí?

El pitido intermitente que emiten los monitores de signos vitales es realmente molesto y tengo uno conectado a mí.

Bufo viendo la sonda en mi brazo, la sigo con la mirada hasta llegar a la bolsa de sangre a mi lado.

Transplante de sangre.

¿Qué carajo me...?

No termino de cuestionarme, los recuerdos responden mi duda.

"Es Ángelo, no puedes confiar en su palabra."

"¡Dame la revancha, Ethan Quinn!"

La navaja.

"¡Sólo acepta la maldita revancha! ¡¿Qué no ves que lo que tiene en sus manos?!"

Miedo.

"No lo hagas, es en serio, será mejor para los dos."

Súplicas.

"Pelea, Ethan..."

Sangre.

"¡Si no lo haces tú, lo haré yo!"

Dolor.

"Tic tac, Ethan, tic tac..."

Abro mis ojos en grande.

¡Spectro!

Llevo mis manos a mi cabeza.

—¡No puede ser, lo hizo otra vez! ¡Agh!—suelto un quejido de dolor al mover mi boca.

Es verdad, las heridas.

Rozo con cuidado una de mis mejillas, sintiendo la rugosidad de la piel suturada.

Suspiro, reposando mi cabeza en el respaldo de la camilla.

Cedí, ¿en qué estaba pensando?

Sólo espero que no haya causado un problema mayor.

—Veo que ya despertaste, Ethan.—habla una voz masculina, me enderezo para ver al hombre que entra en la habitación.

No parece ser muy viejo, pero las leves arrugas en su rostro me dicen que tampoco es joven. En una mano sostiene un maletín, mientras que con la otra acomoda ligeramente su corbata.

Frunzo el ceño con cada paso que da hacia mí.

—¿Quién es usted?—pregunto y de inmediato mi rostro se contrae con dolor.

—Uh, eso debe doler.—comenta, aunque se escucha un poco burlista su comentario—Soy el Agente Marcus Hodgson del FBI.

Saca una placa del bolsillo interno de su traje, la muestra y vuelve a guardarla.

Lo miro un poco incrédulo.

—¿Tienes alguna idea de por qué estoy aquí?—cuestiona.

Bufo.

¿Una? Tengo muchas posibles ideas.

No respondo a su pregunta, él se sienta a mi lado en un silla, coloca su maletín sobre sus piernas, lo abre y de él saca una carpeta.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora