Cambiando el futuro (James Potter y tu)

capítulo 29

La biblioteca estaba ocupada por chicos de Ravenclaw y Slytherin, uno que otro león se encontraba de largo y se podía ver a dos pelirrojas, una morena y una rubia sentadas al lado de la sección prohibida, mientras hacían su tarea de Runas Antiguas

—odio esta clase... espero no pasar los TIMOs de Runas y no tener que verla nunca más— se quejaba Marlene una y otra vez mientras escribía en su pergamino

—Marls... no sabía que te llamabas <Marl Mackanon> —le dijo ___ viendo el escrito

—¡oh mierda! El auto corrector de la pluma ya no funciona

—y veo que hasta tu nombre te da pereza escribir McKinnon— le respondió Lily viéndola

—cállate Evans, sigue con tu tarea de pociones

—no puedo creer que salgas tan bien

—ya, Severus me ayuda un poco—les responde sonriendo

—Snape te hace las tareas—le respondió ___ burlona, ganándose un golpe en el hombro—¡hey! Sin violencia física.

—él solo me ayuda—se defendió Lily un poco roja—vamos, ya es tarde.

Las chicas se levantaron y se encaminaron a la sala común cuando de pronto en uno de los pasillos se encontraron a los merodeadores que traían dos grandes y sucias bolsas cafés. Sirius las vio y le hizo señas a los chicos de que caminaran más rápido.

—¡Black! —le gritó Marlene haciendo que todos se detuvieran

—¿Qué? —gritó Sirius mientras caminaba más rápido

—¡deténganse! —gritó ____

Los chicos se vieron entre ellos y salieron corriendo, haciendo que las chicas se miraran una a otra y resignadas caminaron hacia la sala común.

—Mañana tendrán detención—dijo Mary resignada.

—ni que lo dudes amiga—respondió Dorcas con la mirada fija en el lugar donde antes estaban los chicos.

Minutos antes...

Los cuatro merodeadores estaban sentados en su habitación, aburridos viendo como Remus terminaba sus deberes de Runas, Sirius vio a James y sonrió malévolamente, tenía una idea.

—¿Qué les parece si ponemos mandrágoras en el despacho de Slughorn? —pregunto Sirius mientras miraba a sus amigos

—No—¡Si! —respondieron Lunático y cornamenta al mismo tiempo

—bueno... si ustedes lo hacen yo me uno—dice Peter encogiéndose de hombros y viendo a Lunatico.

—lunático... por favor—Sirius se acerco a Remus y puso su mejor mirada de ternura, sonrió y sus ojos grises brillaban

—no

—lunático... ¿si? —la mirada de Sirius daba demasiada ternura para Remus, dando un gran suspiro asistió y los cuatro, con una pequeña ayuda del mapa del merodeador, llegaron al salón de herbologia.

—Sostengan esto, pónganselos—dijo Remus mientras pasaba las orejeras—no quiero que alguno se desmaye.

—Acabas de sonar como un profesor...—le reprocho Peter viéndolo mal.

Luego de sostener unas grandes y sucias bolsas cafés salieron del salón encontrándose a las chicas, Sirius fue el primero en verlas, obligando a los chicos a correr e ignorarlas, llegaron al despacho del profesor favorito de las sepiertes.

—bien, ¿Qué haremos? —pregunto James emocionado

—pónganse las orejeras y dejamos las mandrágoras chillando, con un hechizo evitaremos que se escuchen los gritos fuera y listo—dijo sonriendo Sirius.

—que aburrido... —dijo James dándose cuenta que lo más emocionante fue entrar al salón de herbologia sin permiso—pero la cara de Slughorn no tendrá precio.