Capitulo XLIII

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La luz del dia se colaba tímidamente por los ventanales de la oficina, iluminando los documentos apilados sobre la mesa de madera oscura

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La luz del dia se colaba tímidamente por los ventanales de la oficina, iluminando los documentos apilados sobre la mesa de madera oscura. En el aire flotaba una tensión palpable, un peso que parecía haberse instalado en cada rincón del Enigma.

Minho con el ceño fruncido y los labios apretados, hojeaba los papeles como si en ellos pudiera encontrar un respiro a las preocupaciones que lo atormentaban. A su lado Chan mantenía una postura firme, pero sus ojos denotaban una mezcla de concentración y cautela.

Era evidente que aquella mañana no sería como cualquier otra. Con el nacimiento de los cachorros acercándose rápidamente, cada decisión, cada movimiento, parecía más crítico que nunca.

En medio de las sombras que el poder y el legado proyectaban sobre ellos, una conversación se gestaba, una que desvelaría los miedos más profundos de un hombre acostumbrado a controlar hasta lo incontrolable.

— Nuestro contacto en la policía confirmó que abrirán el paso en la carretera cuando vayan de camino al hospital — informó Chan, rompiendo el silencio.

Minho asintió sin levantar la vista del papel que tenía delante, aunque sus dedos firmes sobre el bolígrafo se crispaban ligeramente.

— Necesito que te encargues personalmente de la seguridad en el hospital ese día — añadió con su voz firme, cargada con el peso de una orden que no aceptaría discusiones.

Chan lo observó por un momento, notando el leve temblor en sus manos al pasar a la siguiente hoja.

— ¿Ya tienen fecha para el nacimiento? — preguntó, intentando suavizar el ambiente.

Minho suspiró y dejó el bolígrafo sobre la mesa. Su mirada se alzó hacia el techo, buscando en las sombras una respuesta que no encontraba.

— Esta semana iremos a la cita — respondió finalmente con su tono más bajo — Nos dirán la fecha exacta para la cesárea, pero… no sabemos si ellos esperarán hasta entonces.

Chan dejó el documento que tenía en las manos y se levantó. Sus pasos eran firmes pero calmados mientras rodeaba el escritorio, acercándose a su primo.

— Hay algo más que te molesta — dijo inclinándose ligeramente para buscar el contacto visual que Minho evitaba.

Por un instante solo hubo silencio. Minho se quedó inmóvil, observando el techo como si las palabras fueran demasiado pesadas para decirlas en voz alta. Pero finalmente habló.

— Ayer Jisung me dijo que… si algo llegaba a pasar durante la cirugía, quería que eligiera salvar la vida de los cachorros — murmuró con la voz quebrada, como si cada palabra le costara un pedazo de sí mismo.

Chan se quedó sin palabras. La confesión pesó en el aire, llenando la sala con una angustia palpable.

— Minho… — empezó Chan, pero dudó intentando encontrar las palabras adecuadas. Dio un par de pasos hacia él y colocó una mano firme sobre su hombro — Escucha, has contratado al mejor personal médico para que lo atienda. Durante todo este proceso, no has escatimado en nada. Y el día de la cesárea habrá más personal del necesario, preparado para cualquier situación. Todo saldrá bien. No tienes de qué preocuparte.

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⏰ Última actualización: 18 hours ago ⏰

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𝐂𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚 ~ 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora