Nobles Almas

Bronce y Petroleo

Sé que se estarán preguntando: ¿DÓNDE RAYOS ESTABAS? ¿PORQUÉ DIANTRES NO ACTUALIZAS?
(En la historia Las Crónicas de Percy Jackson y los Héroes del Olimpo está la explicación completa)
Resumen: Estuve en un mega súper divertido campamento. ¡Pero ya estoy de vuelta! Y con nuevos capítulos ☺️☺️☺️
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—Las personas acabaron con todo aquí. Es normal durante los desastres.— Reflexionó Calipso observando la estación de gas. De repente observaron a una pareja caminar en su dirección. Los puños de Leo cobraron llamas y Calipso se armó de su arco y flechas.

—Cálmense, chicos. Solo somos nosotros.— Dijo Hazel.

Leo dejó salir un suspiró. —Que bueno, de repente pensé que eran bestias.—

—Gracioso.— Dijo Frank con mirada seria. —Necesitamos hallar refugio. Esa tormenta que se avecina no me gusta para nada.—

—No hemos podido conseguir nada.— Dijo Hazel.

Calipso negó. —Tampoco nosotros, pero creo que Frank tiene razón, Leo.—

Leo entornó los ojos y observó las nubes. —Sí. Definitivamente tiene razón.—

Entre los cuatro lograron abrir la estación de gas y encontrar refugio ahí.

—¡Comida!— Exclamó Hazel al ver una caja llena de paquetes de galletas Chocolate Chips.

Los chicos tendieron sábanas en el suelo y cerraron la estación. Leo comenzó a jugar con una llama de fuego entre sus manos mientras Hazel y Calipso dormían a un lado cerca de los chicos. Leo no podía quitarle los ojos a Calipso.

—Veo como la observas.— Dijo Frank. —Realmente la amas.—

Leo se sonrojó al punto que su cabello cobró llamas. —Sí. Es perfecta.— Él comenzó a pensar en muchas cosas. Como Afrodita había hecho todo a la perfección con todas las parejas que estaban a bordo del Argo II. —¿Y tu y Hazel? ¿Cómo van?—

Frank abrazó sus rodillas, cosa que hacían que sus músculos se vieran más grandes. —Vamos bien. Eso sí. Hemos tenido que hacer arreglos.— Dijo Frank, un poco preocupado. Como si las cosas de repente no estuvieran bien.

—¿Arreglos?— Preguntó irritado. La sola idea de que Frank le rompiera el corazón a Hazel era suficiente para que Leo sintiera rabia.

—Woah, no te enojes, hombre. Es solo...hemos estado bastante ocupados con nuestros respectivos trabajos últimamente. Y me pongo muy nervioso en las citas.—

Frank se había sonrojado del bochorno. Ellos no podían creer como habían salido hablando de sus novias y de amor.

—¿Acaso me estás pidiendo un consejo, Zhang?— Preguntó Leo con su usual actitud de payaso.

Frank lo observó con la mirada mortal.

—Leo...

—Porque eso sonó a un: NECESITO UN CONSEJO DE AMOR, TÍO LEO.—

—Leo Valdez.

Leo comenzó a reír a carcajadas.

—El panda grandulón necesita un consejo de amor del duende.—

Frank le dio un tortazo en la cabeza. —Vale, necesito un consejo pero deja de burlarte.—

—¿Porqué no le preguntas a Piper?—

Frank lo miró en plan: ¿Enserio?

—¿Acaso Piper se encuentra con nosotros ahora?—

—No.— Dijo Leo, un poco avergonzado.