Tan pronto Hazel liberó a su madre e intentó convencerla de irse con ella, Mary se negó.
—Mamá-
Mary Levesque le acarició la mejilla. —Mi tiempo en tu mundo ha pasado, Hazel. Tu pagaste por mis errores demasiado tiempo, ahora, déjame pagar por todo lo que te he hecho.—
Las lágrimas corrían sin parar por las mejillas de Hazel haciendo que sus heridas ardieran. —Mamá, no...— decía ella tomándola por la muñeca.
Mary se detuvo tan pronto llegó al puente. —Hazel, no puedo. Mi lugar está en los Campos de Asdófelos, no en tu mundo. Por una vez en mi vida déjame hacer lo que es correcto.—
—No estarás bien ahí abajo.— Le dijo Hazel. El puente se comenzaba a destruir, si ambas no cruzaban a tiempo...
Mary la empujó al puente. —Lo que importa es que tú estés bien. Hazel, no puedo hacerte esto.—
—Yo te he perdonado, mamá.— Dijo Hazel jalándola por la muñeca.
Mary se detuvo y la miró a los ojos. —Pero yo no me he perdonado a mi misma. Ve antes de que el puente se destruya.—
Hazel parpadeó varias veces y se aferró a su espada y comenzó a correr. Quíone había ganando este juego.
•••
Cuando Leo observó a su madre no pudo contener las lágrimas. Con una cuchilla rompió las sogas y corrió a sus brazos. Esperanza estaba tal como el la recordaba la última vez que la vio.—Mamá...— sollozó Leo.
—Dios Mío, Leo, que grande estás ¿Qué ha pasado aquí?—
Leo estaba mucho más alto que su madre, lo que significaba tener que bajar su mirada para poder observarla a sus ojos color café.
—Muchas cosas han pasado, ma', pero tenemos que irnos. Te contaré todo, lo juro por el Estigio.—
Leo la tomó de la mano y comenzaron a correr por el puente de piedra, pero el mismo estaba demasiado débil.
—¡No lograremos pasar, Leo!— Exclamó su madre.
Leo sabía que ella tenía razón. De repente escucharon el inconfundible sonido del suelo rompiéndose.
—Ma, corre hacia el otro extremo, yo te alcanzaré.—
Esperanza lo observó con una mirada severa. —No.—
—Mamá es el único modo.—
—¿Y tú qué?~—
Leo observó que el acantilado sobre el cual ellos se encontraban era irregular, habían pequeñas cuevas y peñascos de donde él podría aguantarse.
—¡CUIDADO!—
Por sus excelentes reflejos Leo pudo proteger a su madre e incinerar a la espantosa furia al mismo tiempo. El puente de piedra no aguantaría mucho, ellos debían pensar algo. Observó una furia venir en su dirección y se le encendió el bombillo de ideas.
—Mamá, sostente de mi fuertemente.—
Su madre lo observó confundido. —¿Qué planeas?—
—Nada bueno, pero eso es lo único q me ha sacado de aprietos en estos últimos años.—
Esperanza lo abrazó y una vez la furia se abalanzó sobre Leo este de aferró a sus espantosas patas de reptil. Los gritos de ambos no se hicieron esperar.
—¡LEO, TE CASTIGARÉ UN MES POR ESTO!— Gritó Esperanza.
Leo rió, pero no sabía si era de miedo o porque el comentario de si madre le dio risa. La furia voló descontrolada por todo el lugar y cuando estaba cerca de la tierra Leo se soltó sin advertirle a su madre de la aparatosa caída.
Leo se dio un golpe tan fuerte en la cabeza que juró que todo lo que había pasado con su madre él lo había imaginado, pero no. Esperanza estaba tendida en el suelo.
—¡Mamá!— Gritó Leo y corrió a socorrerla.
Cuando el la volteó ella comenzó a reírse. Realmente no había cambiado en nada. Leo no había encontrado sentimiento de felicidad inigualable al que sentía en estos momentos. Cuando Esperanza se sentó en el suelo él la abrazó con fuerza antes de notar que alguien venía caminando en su dirección.
A primera vista parecía El Jorobado de Notre Dame, pero al enfocar su visión Leo vio que era Sally Jackson quien arrastraba a un muy mal herido Percy.
—Ven, ma', hay que ayudar a Percy.—
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Nobles Almas
FanfictionDespués de la guerra contra Gea, los siete semidioses tienen una gran duda: ¿Qué sucedió con el ridículo, valiente y noble Leo Valdez? Carter Kane se encuentra deprimido por la muerte de su único amor, Zia Rashid. Para animarlo, su hermana Sadie dec...