Diablillos invisibles

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—¿Y las estructuras eran hermosas antes?— Preguntó Annabeth.

Calipso agarró con más fuerza el timón.

—Dioses, Annabeth. Hermoso es decir poco. Creo que te hubiera gustado vivir hace tres mil años atrás.—

Annabeth estaba en shock. No todos los días tenías la oportunidad de hablar con una diosa amigable. La hija de Atenea observó la borda. Piper y Jason charlaban con Leo, Grover y Percy. Carter, Sadie y Reyna jugaban con Aurum y Argentum.

—Pero eso sí, los Titanes— Calipso sintió escalofríos —, eran unos ineptos.—

Annabeth soltó un resoplo. —Dímelo a mi. El único titán amigable era Bob.—

De repente Annabeth se maldijo así misma por haberlo mencionado.

—¿Bob?

Dile a las estrellas que Bob dice hola, pensó Annabeth. —Iapeto. Ese era su verdadero nombre.—

Annabeth se maldijo dos veces más al ver los ojos cristalizados de Calipso. A ella se le había olvidado por completo que en la mitología Iapeto era el abuelo de Zoë Belladona y Calipso. Por eso Iapeto dijo 'dile a las estrellas que Bob dice hola' ya que Bob/Iapeto era el abuelo de Zoë, que se había convertido en las estrellas. Él le enviaba saludos a la cazadora.

—No sabía que él se había cambiado el nombre...— Susurró la ninfa.

—Su memoria fue borrada, él se había olvidado por completo de quien realmente era.—

—Oh.—

Annabeth alzó la vista y notó como como una extraña nube desaparecía.

—Esto no me gusta, Caly ¡Todo el mundo aden-

En ese momento extraños seres de viento comenzaron a atacarlos.

—¿Ventis?— Annabeth preguntó desenvainando su daga.

—No. ¡No sé lo que son!— Gritó Calipso.
•••

El ataque los había tomado tan de sorpresa que esas cosas expulsaron a Percy al agua. Ha, ha, que brutos. Pensó Percy y rápidamente salió del agua formando un torbellino a su alrededor.

—Hola, hola, bitches.— Dijo Percy y atacó a los monstruos del aire con forma de dragones.

Hazel y Nico se encontraban luchando codo a codo. Frank ocasionalmente se transformaba en un águila gigante o en un león, pero lo que más hacia era lanzar flechas junto a Will Solace. Quien con su ballesta era la versión joven de Hawkeye.

—¡¿Porqué no avisaste?!— Gritó Sadie Kane a Calipso.

Calipso la ignoró y disparó una flecha a uno de esos monstruos, pero no fue lo suficientemente rápida para evitar que otro entrara por la nariz de Annabeth, quien se recuperó fácilmente de eso.

Jason intentaba controlar el viento, pero este no lo quería escuchar. Inclusive Tormenta, su fiel caballo se había rebelado en su contra.

—¡Percy, un poco de agua por aquí!— Gritó Annabeth, pero Percy no se hallaba por ninguna parte. De repente lo vio intentando socorrer a Piper, quien se hallaba convulsionando cerca del timón.

¿Qué diablos pasa? Se preguntaba Chase. De repente el sonido de una explosión le caló los huesos. Eran Leo y Calipso con unas granadas.

—¡LEOOOO!— Gritó Calipso al ver como Leo convulsionaba violentamente. Ella arrastró su cuerpo hasta una esquina y lanzó una flecha que hizo explotar a uno de esos demonios.

Percy cayó de bruces al ser poseído, lo que hizo a Annabeth reaccionar con más rabia que antes. De repente sintió como alguien luchaba a su lado.

—Agáchate, Chase.— Ordenó Reyna, y Annabeth la obedeció.

Reyna dio un salto monumental y cayó al estilo ninja para deslizarse bajo uno de esos demonios y despedazarlo en miles de esporas de monstruos. Annabeth corrió tras ella y junto con su daga de bronce celestial hizo trizas a varios diablillos invisibles. Ella comenzó a sentirse desorientada, pero como una vez había dicho el sabio Quirón: 'Cuando combatas, piensa en lo que realmente importa y eso te dará fuerzas para vencer todo el dolor que sientas.'

Antes de darse cuenta ya el ataque había terminado, todos los semidioses que se habían desplomado junto a ella durante la batalla (Véase Percy, Piper, Jason, Leo y Reyna) habían despertado segundos luego de caer, pero al igual que Annabeth, todos estaban desorientados. Los chicos se encontraban preguntándose unos a los otros que había sido eso.

—Una prueba.— Susurró Calipso para sí. —Deben probar su amistad.—

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