Nobles Almas

Decisión final

Nico caminaba con los hermanos Kane y con Will por los pasillos del laberinto cuando lo sintió. Sintió una presencia indecisa que vagaba entre el mundo de los vivos y de los muertos, como si no supiera si morir o seguir viviendo. Oh no, Percy, pensó Nico. Él tenía que tomar una decisión rápida. Ya él era un dios, al menos casi. Nico le había dado su corazón a Reyna, todo lo que lo mantenía anclado al mundo mortal era su alma de humano (semi humano), si se la entregaba a alguien el pacto estaba sellado, Nico di Angelo, guiador de las almas.

—¿Lo sentiste?— Preguntó Nico a Sadie.

La rubia asintió lentamente, ella había perdido su color.

—¿Qué pasó?— Preguntó Will al ver a su novio tan preocupado.

Nico se detuvo y se sentó con la espalda a la pared. Se quitó el casco negro y lo lanzó hacia el pasillo. Demasiadas cosas pasaban por su mente ahora mismo.

~Will, Percy está en un duelo con la muerte. Si no hago algo morirá.~

Will quedó pensativo por unos momentos. Ya él y Nico habían discutido el tema de la inmortalidad...y Nico no quería ser inmortal.

~Sadie, Carter, ¿Nos excusan por unos segundos?~ Dijo Will.

Los hermanos presentían que él no les estaba pidiendo permiso, así que caminaron unos pasos más adelante donde no pudieran escuchar la conversación de la pareja.

Will notó el nerviosismo en Nico. Él podía sentirlo.

—No sé que hacer, Will.— Dijo Nico. —Sé que debo salvarlo, pero, pero-

—Sálvalo.— Imploró William.

Nico lo miró a los ojos con una mirada casi imposible de descifrar. —¿Porqué? O sea, pensé que te interpondrías. Que no querrías que-

—Tu harías lo mismo por mi. Hazlo, menso. Hazlo por Annabeth, por Grover, por los demás.—

Nico bajó la mirada, el tono de su voz era deprimente.

—Te veré morir...—

William sintió el sollozo acumulándose en su garganta. —Nico, juro por el Rio Estigio que cuando muera no reencarnaré.—

Nico sonrió y lo besó en los labios. Era ahora o nunca.