No soy la típica damisela en aprietos

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Calipso le oró a todos los dioses por paciencia.

—Tienes treinta segundos para hablar, Odiseo, a menos que quieras una flecha enterrada entre tus ojos.—

Odiseo rió. Ella se sintió asqueada de como alguna vez pudo sentir atracción por tal bestia.

—¿Acaso eres una Amazona, o una Cazadora? Es muy raro ver a una mortal amenazándome de tal manera.—

Nico la observó, esperando tal vez alguna orden de ataque.

—No soy una mortal, y lo sabes. Intenta matarme y sabes que no funcionará.— (mentira)

De repente un gran respiro interrumpió el momento. Carter había vuelto de las profundidades con Sadie. Ambos se acostaron en la fría nieve. Calipso soltó todo y corrió a ayudarlos. Los Soldados de Niebla intentaron atacarlos, pero Odiseo se interpuso.

—No ataquen todavía. Ella simplemente no puede contenerse de ayudar a los pobres héroes mediocres del presente. Damas y caballeros, les presento a ¡Calipso, la diosa más inservible del
Olimpo!—

Sadie escupió agua, y Calipso -ignorando todos los comentarios de Odiseo- prosiguió en ayudarla.

—Dioses— dijo Nico ~, si tan solo escucharas lo estúpido que suenas.—

Nico observó a Calipso, su rostro se encontraba rojo de la vergüenza y la ira. Carter rápidamente se recompuso y caminó hacia su lado desenvainando su kopesh.

—¿Y este quién es?— Preguntó Carter, observando al corpulento soldado de cabello rubio grisáceo, ojos verdes.

—Odiseo. Uno de los más importantes y poderosos héroes griegos.—

Los Soldados de Niebla los rodeaban y los superaban en número, además de que Odiseo era bastante fuerte en sí. Las únicas opciones de los chicos eran intentar oponerse a Odiseo y su ejército, o caer al lago. Ninguna de las dos opciones era prometedora.

—Y ustedes son...—preguntó Odiseo con arrogancia.

—Nico di Angelo, Hijo de Hades, Embajador de Plutón, y dios de las almas perdidas.—

—Carter Kane, Faraón del Primer Nomo de Nuevo Egipto.—

Nico miró al cielo. Las nubes se arremolinaban...¿tormenta eléctrica? Se preguntó así mismo. Tal vez los chicos venían al rescate. Sadie se levantó del suelo com dificultad y tomó su báculo. En ese momento una pequeña explosión provocó que Carter casi cayera nuevamente al lago. Odiseo observó con confusión toda la escena.

—¿Y este quién es?— Preguntó Hazel Levesque, recomponiéndose rápidamente.

—¿Dónde diablos andabas— Preguntó Nico, ignorando completamente al ejército fantasma.

Hazel se arregló un poco el cabello y desenvainó su spatha. Siento tardarme tanto, chicos. El tráfico de muertos que quieren volver a la vida retrasó todo el proceso, además de que Belona le dio mucha lata a Reyna.—

De repente Hazel observó a su alrededor y vio que se encontraba en medio de una batalla que estaba por empezar.

—Y este es-

—Odiseo.—Respondió Nico.

—¿En latín?

—Ulises.—

Hazel miró a Calipso, quien bajó la mirada.

—¿Qué es lo que quieres, Odiseo?— Preguntó Sadie.

—No es qué quiero, Señorita Kane. Es a quién necesitamos.— Diciendo eso miró a Calipso.

—Dile a tu maldita jefa que no pienso unirme a ella jamás. Ahora largo.—

—Pensé que te interesaría saber algo de información acerca de tu padre Atlas. Ella lo ha liberado. Quíone ha liberado a todos los Titanes.—

Calipso, Nico y Hazel intercambiaron miradas.

—Los Kane, abran un portal, Hazel y Cal, ¡Ataquemos!—
•••
Hazel y Nico atacaron disparó a los soldados fantasma y mientras Calipso se ocupaba de Odiseo. Calipso intentó dispara una flecha, pero aquel hombre era demasiado rápido. Odiseo tomó a la ninfa por las muñecas y la lanzó contra el suelo. Calipso activó su reloj de muñeca para que se convirtiera en una cuchilla y combatió contra el ahora ex-héroe.

De repente, inexplicables explosiones en el suelo ayudaban a los jóvenes a derrotar a esos enemigos fantasmagóricos. Cuando Hazel alzó su vista vio como Jason Grace y Leo Valdez los ayudaban a derrotar a aquel ejército.

—Se te han acabado los juegos, ninfa.— Dijo Odiseo mientras agarraba a Calipso por el cuello.

Calipso observó como Leo y Hazel se acercaban corriendo, utilizó su anillo de bronce para convertirlo en una pequeña aguja y poder golpear al griego en el rostro. Ella cayó al estilo ninja y mientras se arreglaba el abrigo dijo:

—La guerra nunca ha sido un juego.—

El soldado se puso de pie y atacó. Calipso esquivó una muerte por espada. Odiseo, con voz arrogante dijo:

—¿Quiénes son estos semidioses mediocres? Ya que, obviamente, la era de los buenos héroes acabó con la caída de Roma. Y más aún, ¿Quién fue el mediocre que te sacó de la isla?—

Calipso localizó a Leo con la vista, pero él estaba demasiado ocupado combatiendo junto a Hazel.

—¿Acaso es él?— Preguntó Odiseo apuntando a Carter, quien entre peleas se las arreglaba para abrir un portal. El afroamericano observó al soldado tanto confundido.

—¿Me buscabas, cara de
músculos?—

Calipso y Odiseo observaron a Leo. El soldado comenzó a reír.

—Tu no luces como un héroe.—

Leo lanzó una bola de fuego, haciendo a todos brincar.

—Creo que eso es lo que me hace un héroe, ¿no lo crees? El hecho que no luzco como uno.—

Se volvió hacia su novia, quien ya había recuperado su arco,  y preguntó:

—¿Te molestaba, nena?—

Calipso notó como Leo observaba para diferentes puntos de aquella laguna congelada, como si esperara por algo. Ella sonrió. Sabía lo que él planeaba, pero aun así siguió con su juego:

—Sí, pero lo tenía todo bajo control.—

Disparó una flecha que se enterró en un árbol cercano. Desde el punto de vista de los enemigos árbol inexplicablemente, pero la realidad era que había una explicación; Hazel había causado la explosión con magia.

Odiseo y varios enemigos salieron expulsados por los aires, el héroe rompiéndose varios huesos. Leo sacó una granada de su cinturón porta-herramientas y la lanzó a Odiseo antes de que él pudiera levantarse.

—¡Nico, sácalos de aquí!—Gritó Calipso.

Nico se desvaneció en las sombras con Hazel y Jason. El portal de los hermanos Kane se abrió justo a tiempo para que ellos, Calipso y Leo pudieran escapar a tiempo.

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