Afrodita vuelve cherokee

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Piper realmente estaba muy confundida. Ella no podía creer como Leo había sobrevivido a esa explosión nivel Zeus. Eso la traía loca durante todo el viaje.

—¿Qué te pasa?— Reyna preguntó.

—Esto es tan confuso, desearía poder comprender.—

—¿Te refieres a la razón de porqué Leo hizo lo que hizo?— Preguntó Reyna mientras vaciaba Coca-Cola en un vaso.

Piper asintió.

—¿Crees que me deba sentir como una horrible amiga por no verlo venir?—

Reyna asintió.

—Sí. Deberías sentirte así.—

El sarcasmo de la Pretor era tan elevado que Piper no sabía si lo decía enserio o si bromeaba. Ella decidió irse por la opción de que lo decía enserio. Piper apreciaba muchísimo la extrema honestidad de Reyna. McLean se quedó dormida en el hombro de Reyna, quien quedó perdida en pensamientos. Reyna observaba con suma atención el sol que se escondía entre las nubes. Enorme y brillante. Ra es el dios egipcio del sol. Carter es egipcio. El sol es tan caliente como- Reyna, para de ligar y comienza a pensar en cosas productivas. Decidiendo que tal vez un descanso le iría mejor para llegar con la mente fresca y descansada a Long Island, ella cerró los ojos y se sumió en un profundo sueño.

•••

Tan pronto llegaron al Campamento Mestizo, Quirón llamó a los Pretores para tener una reunión secreta, Piper fue directo a su cabaña. Piper McLean era amada por todos sus hermanos, inclusive por la muy engreída Drew Tanaka, con quien había formado un extraño lazo de amistad. Drew pidió un tiempo a Piper para hablar con ella en privado mientras daban una caminata por el lago de las canoas.

—Mamá estuvo aquí.— Dijo Drew, después de un largo silencio.

—¿De veras?

La asiática asintió.

—Habló conmigo en privado y me pidió que te diera este sobre tan pronto te viera.—

—¿Sabes lo que contiene?— Preguntó Piper, tomando el sobre en sus manos.

Drew negó.

—El sobre está encantado, solo tú puedes abrirlo. Todo lo que sé es que te ayudará en tu misión.—

Diciendo eso Drew fue corriendo con una ninfa amiga suya para el bosque. Piper se sentó frente al lago donde el agua no mojara sus pies y abrió el sobre. Ella se arrepintió de haberlo hecho. Piper se sentía que viajaba en el tiempo hasta que se halló en un campamento Cherokee. Una hermosa mujer nativa se encontraba al lado de una gran fogata. —Ya era hora— Dijo la mujer, aliviada. —, pensé que nunca abrirías el sobre, querida.—

—Mamá.— Suspiró Piper sin emoción alguna.

Afrodita sonrió y dijo:

—Bueno, siéntate, nena. No tenemos todo el tiempo del mundo.—

En ese momento Piper supo que algo malo sucedía. Afrodita sonaba bastante preocupada.

—¿Qué sucede?— Piper preguntó, abrazando sus rodillas.

—Zeus se ha vuelto loco, Piper.—Afrodita susurró. —Después de la guerra contra Gea Zeus y Apolo parecían estar bien. Apolo cumpliría cien años en el Campamento Júpiter, pero de la nada...comenzó a escuchar voces, susurros. Un día Apolo ya no se encontraba en su trono, Apolo no se encontraba en ninguna parte. Tántanos lo encontró en las profundidades del Tártaro. Piper, estamos atrapados en el Olimpo. Todos los dioses, incluso los menores. No podemos ayudarlos como antes, intentaremos hacer todo lo posible. Ustedes están completamente solos.—

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