28 - El pasado y el futuro.

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Katniss y Peeta se abrazan antes de que ella partiera a la junta a la que la citó Coin.

-No la vayas a ahorcar, o a golpear, o tirar del cabello ¿De acuerdo? Aún no, cariño -le pidió Peeta, acariciándole su oscuro y brillante cabello.

Ella asintió.

-¿No lo harás, verdad? -le preguntó Peeta.

-No -respondió Katniss- Lo prometo.

Peeta sonrió con ternura y le dejó un besito en la mejilla.

Beetee guió a Katniss hasta la nueva oficina de Coin. Él tocó tres veces, y entraron cuando escucharon un "Adelante".

Al pasar, Katniss vio a Coin portando unos lentes con la vista pegada a unos papeles, en los cuales escribía con un lápiz y borraba cuando algo no le parecía. Beetee se fue, dejándolas solas.

-Ya estoy aquí -Katniss no pudo reprimir su voz llena de odio.

Coin levantó la vista de los papeles. Dejó el lápiz a la derecha de ellos, se quitó los lentes y los acomodó al lado del lápiz. Después, miró a Katniss.

-Señorita Mellark -comenzó- Me complace verla sola, sin su pareja. Quería tratar algunos temas delicados con usted. Pero primero, necesito que tome asiento.

Katniss frunció el ceño, sacó la silla que estaba frente a Coin y se sentó, sin apartar la mirada de ella. Sintió que era el mismo gesto que le había hecho a su padre cuando todavía no se había escapado: Retar con la mirada.

-Primero que nada, que bueno que le complazca verme sola, porque no me verá lejos de mi pareja más, aunque no le parezca.

-Eso me queda claro -respondió Coin con detenimiento.

-¿Qué quería hablar? -preguntó Katniss en un tono duro.

Coin se inclinó hacia adelante y puso sus manos sobre el escritorio, con los codos en las hojas.

-Lo principal: Estoy muy enojada con ustedes por intervenir en el plan de La Ciudad, y aún más contigo señorita Mellark, ya que tú eras una de las que dirigía y me parece una traición que tú, siendo el Sinsajo, hayas hecho tal cosa -dijo Coin.

Katniss apretó los puños. Pensó en la promesa que le hizo a Peeta.

"No la ahorques, Katniss, no la ahorques", se decía a sí misma.

-Tendría que quitarte de tu puesto de Sinsajo, pero, como a ti te sigue mucha gente, no lo haré.

Katniss juntó las cejas.

-A mi no me sigue nadie -dijo.

-Claro que lo eres -la interrumpió Coin- Eres un símbolo de poder y rebeldía, eres lo que necesita esta revolución, Katniss.

Katniss no creía lo que le decía esa mujer.

-Bueno, luego de eso -continuó Coin- Necesitamos empezar a grabar propaganda. Lo he pensado mejor: Se retomará la misión de La Ciudad, la que interrumpiste, sólo que en la próxima ocasión mandaremos a todos los rebeldes a vivir al 12 o al 13, depende de qué lugar elijan. Eso incluye a Gale, Finnick, Annie, Cato, Haymitch, Effie y Cinna. Por Madge y por Rue no hay problema, ya que ellas estarán en sus respectivos distritos. Sólo que, el plan de salve no incluye a los Everdeen, ya que ellos son parte importante del problema en el que vive Panem.

Katniss asintió. No sintió deseos de abogar por la vida de los Everdeen.

-Después de ello, la gente se irá uniendo y la revolución comenzará -terminó Coin.

"Después de ello, la gente se irá uniendo contra usted y los demás, y la revolución comenzará", pensó Katniss.

Katniss y Peeta estaban en la cama, ambos despiertos y mirando al techo sin decir nada. Katniss estaba apoyada en el pecho de Peeta, y desde esa postura podía oír los latidos de él, que la relajaban y hacían sentir mejor, la hacían sentir protegida.

Por la mente de ella, pasaba que cuando se retomara la misión de La Ciudad, cuando murieran los Everdeen, no sabría que sentir. Por una parte no le afectaba en lo más mínimo: No eran sus padres de verdad, y la misma señora Everdeen la había negado cuando la llevaban presa, mientras que el señor Everdeen no hizo nada por evitarlo. Y por la otra parte estaba su cariño: Ellos la habían criado, le habían dado techo, educación -que ahora no es más que nula, después de todo-, de beber y comer, le habían dado amor en cierto modo, la habían arropado en sábanas de seda y dado una vida digna el tiempo que estuvo con ellos, a pesar de la frialdad que demostraron en los últimos momentos. Y también eran los padres de Prim, se sentiría mal junto con su hermana por el fallecimiento de sus progenitores. Pensó que Prim la odiaría por no pelear por la vida de sus padres.

Realmente quería más a sus verdaderos padres que a los Everdeen, más que nada por la cercanía de Haymitch y Effie toda su vida. Pero ahí seguía el afecto hacía sus padres adoptivos. Se puso un propósito: Ir a despedirse de ellos antes de que pasara lo inevitable, su muerte...

La mente de Peeta viajaba por varios rumbos. Pensaba en cómo sería su vida cuando tuviera a su familia con la mujer que ama, pensaba en su familia en La Ciudad, en sus hermanos y en sus padres.

Recordó el día antes de escapar con Katniss.

Flashback

Peeta abrió su maleta y comenzó a sacar y a empaquetar ropa en ella: Se iría con Katniss, luego de todo, a otro lugar, a hacer su vida. Estaba que brincaba de la felicidad, no podía dejar de sonreír.

Su madre entró a su habitación y lo vió guardando sus pertenencias en la que era su mochila de la universidad.

-¿Peeta? ¿Qué estás haciendo? -preguntó ella.

Él sonrió sin poder evitarlo.

-Empaco mis cosas, mañana me iré junto con Katniss a otro lugar a comenzar nuestra vida juntos, madre. Ya tendrán menos gastos por mí, podré poner una panadería ahí, tendré hijos con ella y una casa muy hermosa, y pronto los podré visitar al lado de mis hijos y mi esposa... -dijo él, alegre.

-¿Con que permiso? -su madre lo bajó de su nube de felicidad.

Él frunció el ceño.

-Madre, ya soy mayor de edad, puedo tomar mis propias decisiones... -respondió, bajando la mirada.

-¿Con la niña mimada de Katniss Everdeen? -preguntó ella, histérica- Hijo mío ¡Ella es una niñita de papi y mami! ¡No vale la pena!

-¡Si lo vale! Madre, tú no la conoces, ella es una persona increíblemente humilde y educada, jamás le falta el respeto a nadie, es preciosa y no es una niñita mimada -dijo él- Y estoy enamorado de ella.

Su madre se puso roja de furia, y comenzó a gritar cuanta cosa ofensiva hacia su amada.

-¡Ya basta! -gritó por fin él después de numerosos insultos. Su padre ya había llegado a la habitación producto de los gritos- ¡Entiéndelo, me voy con la mujer que amo!

Pasó por su lado, le dio una palmada en la espalda a su padre, un abrazo de despedida y después se dirigió a la salida junto con sus cosas.

-Peeta -lo llamó su padre. Él se giró- Mucha suerte, hijo.

Se sonrieron y luego, Peeta cerró la puerta detrás de él.

Fin flashback.

Sintió que Katniss se dormía, y cuando la miró, lo comprobó. Su preciosa princesa había sido tomada por morfeo.

Peeta hizo una nota mental: Escribir a su padre.

Pensó en su futuro al lado de la mujer que tenía entre sus brazos, al amor de su vida.

Estaba ansioso de sacar sus planes a relucir una vez llegados al 12.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora