26 - Lo que amaban...

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-¿Entonces que se perdió? -preguntó Peeta con un poco de desesperación y miedo.

-Cuando te caíste, te dolió la parte baja de tu estómago ¿No? -le preguntó Finnick a Katniss. Ella asintió- Fue demasiado fuerte el golpe, estaban muy cerca... No se puso hacer nada.

-¿No se pudo hacer nada? -el miedo en la voz de Katniss era palpable.

Finnick suspiró.

-Lo siento, chicos -dijo Finnick. Katniss de pronto sintió dolor en su corazón - Pero,... perdieron a su bebé.

Katniss se llevó la mano a la boca, con sus ojos llenándose de lágrimas. Miró por su borrosa vista cómo Peeta derramaba su primera lágrima, y, cómo ésta, fue seguida por innumerables de ellas. Al bajar la mano, sintió su rostro húmedo.

Se abrazaron, ambos caídos en un llanto irreparable.

Ya no serían padres...

Finnick oía sus desgarradores sollozos con dolor. Se pasó las manos por el cabello, frustrado, odiando a Alma Coin por ser la causante de tal tragedia. Se propuso que, llegado el momento, iba a desatar la furia de todos los rebeldes contra ella hasta acabarla.

Salió de la habitación para dejarle a ambos un momento de privacidad a tal situación.

-Muchacho -lo paró Haymitch en su camino a la habitación de Annie- ¿Cómo está Katniss? ¿Está bien?

Iba de la mano de Effie. Decidió no darles vueltas.

-Cuando cayó, el impacto le hizo perder a su bebé, lo siento -dijo, cuidadoso de sus palabras.

Ambos fruncieron el ceño.

-¿Perdió el bebé? ¿Katniss estaba esperando un hijo? -preguntó Effie, sin creer lo que escuchaba.

Finnick asintió.

-Lo siento -les dijo.

Effie fue la primera en llorar.

-Gracias por la... información, Finnick -le agradeció Haymitch, antes de abrazar a su esposa y llorar en silencio junto con ella.

Katniss, acompañada de Prim y Peeta, entraba a su casa. Por fin habían llegado al Distrito 12.

Cenaron los bollos de queso que hizo Peeta junto con un café.

-La voy a matar -dijo Katniss, mientras tomaba otro bollo.

Peeta y Prim la miraron.

-¿Lo sabes, cierto? Lo haré.

Peeta asintió.

-Lo sé, y yo también quiero hacerlo. Pero primero debemos organizar un levantamiento en su contra antes que llegar a matarla. Recuerda también que, aunque a la realeza les salvamos la vida nos siguen buscando.

Katniss mordió su bollo, pensando en un plan.

-Bien -terminó diciendo- Me voy a servir más café.

Se levantó y llenó su taza de nuevo. Cuando regreso, clavó su mirada en el oscuro líquido.

Katniss sabía que, la Katniss que había entrado por la puerta de la universidad por primera vez, la que no chocó los puños con el guardia de la entrada, la que le hablaba de "usted" a todos, sabía que, aquella antigua Katniss ya no existía más. Una nueva esencia ahora existía dentro suyo, deseosa de venganza, fuerte inquebrantable.

Katniss Everdeen estaba enterrada en lo más profundo del suelo para darle paso a Katniss Mellark.

Peeta le extendía un teléfono.

-Amor, Gale quiere hablar contigo -le avisó.

Ella le sonrió y asintió, tomando el teléfono y pegándoselo al oído.

-¿Si?

-Katniss -la saludó él.

-Gale -saludó ella también.

-¿Cómo estás? -le preguntó.

-Ni yo lo sé -respondió ella.

Gale suspiró.

-Bueno, quería llamarte para saludarte. Madge también te manda saludos -dijo él.

Katniss rió, cosa que no había hecho en mucho tiempo.

-¿Por qué son pareja? -preguntó Katniss- Nunca me lo dijiste.

Gale también rió.

-Cuando me arrestaron, Madge supo que yo era un rebelde. Así que, bajó a verme y me preguntó si ella podría ser una rebelde igual. Y bueno, desde ese día casi todo el tiempo estaba conmigo, platicando. Hasta que nos besamos -dijo Gale.

Katniss sonrió de nuevo.

-Linda historia -le dijo Katniss.

-Gracias -Gale carraspeó- No sólo te quería llamar para eso... Si no para avisarte una cosa. Peeta ya la sabe, se lo acabo de decir.

Katniss frunció el ceño.

-¿Qué me vas a avisar? -preguntó.

-Coin nos citó -contestó él. Katniss al momento apretó sus manos en un puño- Aún piensa que estamos de su lado.

-¿Cuándo? -cuando Katniss habló, era como si saliera de su boca no sólo una simple voz, si no también odio.

-Mañana tendremos que estar ahí -respondió Gale- No la vayas a matar todavía, Kat.

-No -dijo ella- ¿Para qué nos quiere?

-La verdad es que no lo sé -admitió Gale- Pero lo que sí sé y que es cierto es que nadie quiere ir, nadie quiere verla. Finnick y Annie la odian, no sólo por ti, si no porque corrieron el riesgo de que Annie perdiera a su bebé. Tus padres es evidente que igual la odian. Cato no quiere ni verla, y la verdad es que yo tampoco, ni Madge.

-¿Qué crees que nos dirá? -preguntó ella.

-Ni me imagino algo -contestó Gale- Tal vez nos reprenda por ir a arruinar su plan, no lo sé... puede ser cualquier cosa. Tal vez sólo quiere grabar los anuncios, hacer propaganda. Disimulemos por hoy, atacando de cerca es más fácil terminar con algo, Catnip.

Y tenía razón.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora