32 - Cerca.

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Días faltantes: 1.

Después del entrenamiento, todos, sudorosos y cansados, se dirigieron a la oficina de Coin a lo que era hablar sobre la misión de mañana.

-Siento que voy a morir -se quejó Annie, mientras caminaba al lado de Finnick.

-Y yo -se le unió Cato.

Beetee tocó la puerta, y después abrió cuando Coin les confirmó la entrada. Katniss, Peeta, Finnick, Annie, Cato, Gale, Haymitch, Effie, Beetee y Prim se sentaron en sus respectivos lugares. Como siempre, Katniss quedaba al frente de Coin.

-Bien -comenzó Coin-, como saben, mañana es el paso final. Estos son los planes: Primero, como ya reubicamos a todos los rebeldes que vivían en La Ciudad a un nuevo distrito, no hay peligro alguno y se puede actuar con total confianza. Todos los gobernantes residen ahora en La Ciudad por cuestiones laborales, a excepción de los Undersee y los del 11, padres de Rue y Madge, quienes consideramos de fiar e indicamos que no mudaran.

Todos asientes, atentos a las últimas noticias.

-Gobernantes en La Ciudad y príncipes y princesas que decidieron no asociarse a la rebelión, como Los Everdeen -Prim, Katniss y Peeta bajaron las miradas-, los Fich, reyes de todos los distritos restantes y la mujer de el fallecido Snow, ahora representante del Capitolio. Se enviarán armadas de rebeldes de los distritos a evacuar a la gente, entre los cuales estarán Cato Hadley, Gale Hawthorne y Madge Undersee.

Cato y Gale levantaron la mirada al instante.

-¿Nosotros? -preguntaron al unisono, frunciendo el ceño.

-Ustedes -respondió Coin, asintiendo.

-Yo no pienso ir, esas armadas eran para voluntarios, y ya hay demasiados -objetó Gale- Y no pienso dejar que Madge sea enviada.

-Yo tampoco me ofrecí voluntario a esa armada -reclamó también Cato.

-Pero yo soy la comandante aquí, y ustedes son unos soldados muy capacitados para dirigir a la armada, así que mi decisión es que irán y mis órdenes son acatadas ¿De acuerdo? -dijo Coin en defensa- Y no serán los únicos, sino que también irá la señorita Katniss Everdeen, quien será la encargada de dar fin a Gabriel y Alicia Everdeen.

Ella frunció el ceño.

Sintió que el enojo le subía a la cabeza, y golpeó la mesa de Coin con los puños, levantándose con decisión.

-¿Cuántas veces le tengo que explicar, Alma Coin, que no soy una Everdeen? -dijo ella, alzando la voz- Mi nombre es Katniss Mellark ¿Vamos bien? Mellark. No pienso recordárselo cada dos por tres.

Coin se encogió de hombros, y por un momento se le vio asustada por el repentino e intenso cambio de humor de Katniss, aunque recuperó la postura al darse cuenta de que se estaba dejando ver vulnerable.

En ese momento, se abrió la puerta, cosa que sorprendió a todos. Por la puerta, entró Johanna vestida completamente de negro, peinada con una coleta que dejaba que su cabello, lacio y de puntas rojas, callera por detrás.

-¿Se olvidan de mí? -dijo, con una media sonrisa en sus labios.

-¡Johanna! -la saludó Finnick.

-¡Finnick! -saludó igual ella.

-¿Se conocen? -preguntó Haymitch.

-Lo conocí por estos pasillos. Es un buen amigo -respondió Johanna. Luego, se sentó al lado de Effie y cruzó sus piernas. Coin no se veía feliz de mirar a Johanna ahí, lo cual hizo sonreír triunfante a ésta última.

-Vamos bien -dijo Coin en respuesta a lo que habló Katniss antes de que Johanna llegara, pasándose los dedos por su blanco cabello, perfeccionándolo- Usará el traje y arco que Beetee le proporcionó y todo comenzará sobre las siete de la mañana. Bueno,... los demás, serán encargados de manejar el control en el 13 por posibles ataques y Beetee Latier estará al pendiente del funcionamiento de los sistemas de seguridad en La Ciudad ¿Queda claro?

Finnick y Haymitch, perceptibles al miedo de los demás, sonrieron al ver el temor que Coin tenía por Katniss.

Todos asintieron a lo que Coin acababa de decir.

-Pueden retirarse -indicó Coin, señalando vagamente la puerta con su mano, secándose el sudor de su frente con un pañuelo. Finnick cayó en cuenta del incesante movimiento nervioso de la pierna derecha de ella.

Salieron de la oficina.

-Es una estúpida -soltó Johanna tan sólo poner un pie afuera. Katniss rió un poco por el comentario de su amiga.

Después Gale habló.

-Junta rebelde ahora, en el comedor. Beetee, encárgate de mantener a Coin distraída para que no se entere de la junta.

Beetee asintió y se dirigió a la oficina. Los demás, caminaron hasta el comedor, donde ya estaba la población del 13, quienes habían atendido a la llamada rebelde.

Peeta tomó la mano de Katniss, entrelazando sus dedos.

-¿Sabes que habrá un ligero cambio de planes a los de Coin, verdad? -le dijo él.

Katniss sonrió.

-Sí, lo sé -y cuando dijo eso, Gale empezó a hablar, dirigiendo la junta. Explicó todo sobre lo que les dijo Coin.

-...sólo hay un cambio de planes: Katniss no va a ser llevada a La Ciudad, sino que se quedará escondida aquí una vez los demás nos hayamos ido. La labor de todos nosotros aquí presentes, cada uno de ustedes, será mantener esta información alejada de Coin. Cuando llegue el momento, Katniss se acercará a Alma Coin por detrás -Gale hizo una pausa- Y disparará la flecha.

Katniss sintió una ola de electricidad invadiéndole el cuerpo.

Todos se giraron a verla, y ella sólo fue capaz de darle un apretón a Peeta, pidiéndole apoyo. Él le devolvió el apretón, recordándole que estaba ahí. Johanna le puso una mano sobre su hombro. Katniss sentía ese contacto con su amiga de la infancia reconfortante, después de tanto tiempo sin verla.

Luego de que Gale dijera paso a paso los planes que todos mañana iban a seguir, se fueron cada cual a sus respectivas habitaciones a dormir, en espera del gran día.

Días faltantes: 0.

Katniss sintió que le sacudían el hombro. Abrió lentamente los ojos, adaptándose a la luz. Al abrirlos, se encontró con Cinna al lado de su cama.

-¿Y Peeta? -preguntó ella nada más darse cuenta de que él no estaba.

-Fue a alistarse con los demás -respondió Cinna- Y yo estoy para alistarte a ti, después de todo sigo siendo tu estilista y hoy es una ocasión muy importante.

-Y yo también estoy aquí para eso -dijo Effie, entrando a la habitación.

Katniss sonrió sin poder evitarlo.

-Hola, madre -la saludó Katniss, levantándose y uniéndose con su madre en un abrazo.

-Hola, hija mía -le dijo suave y cariñosamente Effie.

Katniss aspiró el aroma a lavanda de su madre, cerrando los ojos.

-Bien, pues manos a la obra -dijo Cinna, dando una palmada para comenzar con el arreglo.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora