8 - Revelaciones.

1.5K 152 17
                                    

Katniss no supo cómo reaccionar.

-Te estoy preguntando, ¿Qué se supone que estás haciendo? -repite su madre.

Ella sólo puede girarse a mirar a Peeta, quien en su mirada transmite miedo.

-No... no es nada... Señora Everdeen -responde con la voz temblorosa él, al ver que ella se ha quedado sin palabras.

-Ah, ¿No es nada, pobrezuelo? -dijo con total desprecio su madre.

Sintió su sangre hervir en ese mismo instante.

-No le llames así -Katniss apenas se podía escuchar.

Peeta y su madre la miraron sorprendidos, su madre con el ceño fruncido a más no poder. Sería la primera vez que le contestaba a su madre, que no la llamaba de "usted".

-No le llames así -repitió, más alto, demasiado enojada para contenerse.

-¿Entonces, cómo? No hay otra palabra -dijo de manera grosera.

-¡No le llames así nunca más! -gritó ahora, enfurecida y levantándose del borde de la fuente; Peeta se levantó también. Sería la primera vez que le gritaba a su madre...- ¡Te lo prohíbo! ¡Estoy con él te guste o no, sea príncipe o no!

La señora Everdeen parecía más que sorprendida, y ofendida. Peeta no daba crédito a lo que veía y escuchaba.

-A mi llámame de "usted", no soy cualquiera, jovencita. No me vuelvas a gritar y quiero que él -dijo su madre apuntando a Peeta- Salga de aquí. No quiero verlo nunca más contigo.

-Te voy a llamar como yo quiera -Katniss habló en tono duro- Y jamás me vas a separar de él.

-Pero Katniss, ¿Para qué lo quieres? No es más que un chico de La Ciudad. ¿Por qué lo quieres a él, teniendo a tu disposición a cualquier príncipe de prestigio? -preguntó su madre, aún frunciendo el ceño.

Katniss tomó la mano de Peeta y avanzó hasta su madre, quedando frente a frente. La miró fijamente.

-Porque lo amo -respondió.

Después, pasó por su lado y salió del jardín, dejando a su madre con la palabra en la boca. Buscó a Haymitch por el salón y cuando lo encontró, se dirigió hacia él casi corriendo al lado de Peeta.

-Quiero largarme de aquí -el tono de enojo de Katniss no le pasó desapercibido a Haymitch.

-¿Qué te pasa, Kat? -preguntó él.

-Luego te cuento, quiero largarme Haymitch -respondió.

Sin poner objeciones, Haymitch siguió las órdenes de Katniss, aún confundido.

Cuando llegaron a la casa de Peeta, éste bajo del coche y lo siguió Katniss.

-Te veo hasta mañana -se despidió Peeta.

Ella asintió.

-Siento todo esto, amor, de verdad... Odio que mi madre quiera mantener su reputación por encima de todo -se lamentó Katniss.

-Está bien -dijo Peeta sinceramente. Sonrió- Te entiendo ¿De acuerdo? Te entiendo.

Posicionó su mano en la mejilla de Katniss y ella sobrepuso su mano sobre la de él.

-Te amo -susurró Katniss.

Peeta se olvidó de los problemas y de pronto, al escuchar eso, la felicidad se apoderó de su pecho.

-Te amo -le dijo también, dejando un suave beso sobre sus labios.

Suspiraron a la par y sonrieron cariñosamente.

-¿Te veo mañana? -preguntó Katniss.

-Me ves mañana -afirmó Peeta.

Le dejó un último beso.

-Dulces sueños -se despidió ella.

-Dulces sueños -le devolvió él.

En cuanto llegaron, sus padres ya estaban ahí junto con Prim. Ella ignoró su presencia y subió sin decir nada hasta su habitación, a encerrarse, sin deseos de ver a nadie.

Escuchó sus llamados, pero mantuvo su decisión de ignorarles.

Se tumbó sobre su cama y respiró hondo, cerrando los ojos.

"Todo esto apesta", pensó Katniss, "Apesta ser una princesa".

Muy en el fondo, deseó nunca haber sido destinada a ser de la realeza. Quería salir, ser libre, correr, respirar y ver el mundo que Peeta le ofrecía ver.

Se desnudó y cambió de ropa a una más cómoda.

Llamó a Peeta y él contestó en el primer timbrazo.

Habló con él de sus deseos de no pertenecer más a donde pertenecía. Le habló de sus aspiraciones, de sus ilusiones de ser un poco libre. Aunque fuera sólo un poco. Se desahogó con él y Peeta estuvo dispuesto a escuchar cada una de sus palabras. Su voz le relajaba.

Se desearon las buenas noches luego de platicar por unas horas y colgaron. Katniss suspiró y aspiró en olor a flores que desprendían sus sábanas.

¿Sería aquel sentimiento que invadió a Johanna antes de irse? ¿Fue lo que sintió antes de marcharse?

Abrió los ojos de golpe al escuchar que llamaban a su puerta. Ella dejó que siguieran llamando a ella, no tenía ganas de abrir.

-¿Katniss? -escuchó la voz de Prim.

Su patito.

Se levantó y abrió la puerta.

-Prim, pasa -le dijo Katniss con una sonrisa y después se fue a sentar a su cama.

Prim cerró la puerta tras sí y se sentó al lado de Katniss.

-¿Estás bien, Kat? Mamá nos contó a mi padre y a mí lo que pasó -dijo Prim.

-No todo está bien, patito -admitió ella.

Prim supo comprender.

-¿Lo amas? -se interesó ella.

Katniss sonrió y asintió.

-Como no he amado en mi vida.

Prim también sonrió.

-¿Lo seguirás viendo?

-Claro que lo seguiré viendo -respondió Katniss.

-¿Por encima de nuestros padres? -Prim parecía no creérsela.

-Por encima de nuestros padres -confirmó ella.

Katniss rodeó a Prim con sus brazos.

-¿Y qué vas a hacer? -preguntó Prim.

Katniss se juntó más a ella y habló en susurros.

-He pensado algo ¿Sabes?

-¿En qué has pensado? -preguntó de nuevo Prim.

Katniss habló muy bajo, de manera que sólo ellas pudieran escuchar.

-En escaparme -susurró.

En ese momento, a su hermanita se le llenaron los ojos de lágrimas. Katniss la apretujó más contra ella.

-¿Hoy? -le preguntó Prim.

-No. No hoy -se apresuró a decir Katniss- ¿A qué horas ves que llego de la universidad normalmente?

-A las... tres de la tarde -respondió Prim.

Katniss suspiró y habló:

-Si algún día no estoy aquí para las cuatro de la tarde, no llores, pequeña, por favor. Ya me habré ido.

Prim derramó una lágrima.

-Pero quiero que recuerdes, patito mío, que siempre ¿Si? Siempre te voy a querer -susurró Katniss para ella- Y que unos años después, algún día, me volverás a ver. Lo prometo.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora