6 - Miradas.

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El profesor de sociales explicaba en ese momento cómo tendría que ser el proyecto final que tendrían que entregar los alumnos, a lo cual Katniss y Peeta eran totalmente ajenos.

Peeta recibió el papel por el que estaban hablando ambos cuando el profesor se dio la vuelta para escribir en la pizarra. Lo leyó.

"No hace falta, ya Cinna tiene algo preparado para ti", decía, acompañado de una carita feliz escrita en tinta azul.

En el papel, lo azul era de ella y lo negro de él.

"¿Cinna? ¿Quién es?", escribió y se lo pasó.

Cuando Katniss escribía la respuesta, escuchó la voz del profesor a su lado.

-¿Señor Mellark, Señorita Everdeen? -los cuestionó. Katniss sintió su corazón acelerar y la sensación de peligro- ¿Qué es lo que están haciendo?

Ella guardó discretamente el papel debajo de su cuaderno.

-Nada, profesor -respondió Peeta.

-¿Cómo que nada, caballero? Ambos no estaban prestando atención a la clase -habló el profesor.

Katniss escuchaba la risita de Finnick a su izquierda, la de Gale a sus espaldas y la de Annie frente suyo. También era consciente de la de Cato, quien estaba atrás de Finnick. Pero seguía teniendo esa sensación de peligro.

-No, para nada, señor -Peeta hablaba seguro, aunque lo conocía tan bien ya que sabía que el movimiento de sus manos era de nervios. El rostro del profesor reflejaba perfectamente que no creía ni una palabra.

Decidió usar su tono de princesa para convencer al profesor.

-Señor -habló, llamando la atención del mismo y de toda el aula- Es cierto lo que dice Peeta, no hacíamos nada malo. Sólo hacíamos apuntes del proyecto y los comentábamos.

La expresión del profesor se relajó. Sabía que había funcionado.

-¿Es cierto, princesa? -preguntó.

-Sí -afirmó- Y no hace falta que me llame de "princesa" -sonrió.

El profesor asintió, crédulo.

-Bien. La próxima vez si van a comentar algo, háganlo después de la clase -y con eso, se giró y escuchó el timbre de fin del día.

Otra vez, al lado de Peeta, había roto el código real.

Se levantó, guardó sus cosas delicadamente en su bolsa y salió tomada de la mano de Peeta, acompañada por los demás.

Una vez salieron y estuvieron seguros de que nadie los escucharía, comenzaron a carcajearse todos.

-Dama, es usted una mentirosa de primera -bromeó Finnick, sin dejar de reír.

-Mira que usar tus encantos es otro nivel -agregó Gale, quien estaba apoyado de Finnick para no caer por la risa.

Las primeras que terminaron con su risa fueron Annie y Katniss.

-Sí, sí -les dijo Annie, golpeándoles el hombro- Ya supérenlo, cuarteto de tarados.

Cato se limpió las pequeñas lagrimitas que se le salieron.

-Todos son unos tontos -Annie tomó a Katniss del brazo- Dejémoslos con su estupidez.

Esa broma sólo los hizo reír más. En ese momento llegó Haymitch.

-¿Qué es tan gracioso? -preguntó al ver a los cuatro aún con un poco de risa.

-No es nada -respondió Katniss.

-Sólo son unos niñitos -agregó Annie.

Un poco más controlados, Finnick, Gale y Cato se despidieron de todos y partieron, acompañados de Annie. Peeta, Haymitch y Katniss caminaron juntos hasta el palacio Everdeen. Peeta ya había controlado su risa y ahora estaba tranquilo.

Llegaron en muy poco tiempo y cuando entraron Cinna ya los esperaba a ambos. Peeta analizó el lugar con la vista: Era grande, lleno de jarrones con flores, de adornos, cuadros de la familia Everdeen y estaba limpio hasta el último rincón. Cuando vió a Cinna, se le hizo totalmente raro su delineador dorado, pero lo dejó pasar.

-Peeta Mellark -se presentó con él, extendiéndole la mano.

Cinna la estrechó.

-Me llamo Cinna. Un placer, Peeta.

Sonrieron.

-Vendrás conmigo, Peeta. Katniss, he dejado a Effie para que te arregle, te está esperando en tu habitación -dijo Cinna.

Ella asintió y subió junto a Haymitch, al tiempo en el que Cinna y Peeta se iban por su lado.

Effie había atendido la petición de Cinna bastante bien. El vestido le quedaba precioso y le había recogido el cabello en un moño que daba la apariencia de estar despeinado. No llevaba maquillaje más que un labial que Effie insistió en ponerle color rojo oscuro.

De nuevo, al mirarse en el espejo, Katniss se sintió guapa.

-Tus padres tuvieron la necesidad de llegar más temprano al evento -le avisa Effie.

Katniss frunció el ceño.

-¿Por qué? -preguntó.

-No lo sé, hija -respondió- Pero Prim y tú irán en el mismo coche.

A Effie a veces se le escapaba decirle "hija" a Katniss, y lo había notado, más sin embargo, le gustaba que la llamara así.

Salieron y, de la habitación de enfrente salían al mismo tiempo Cinna y Peeta. Katniss miró a Peeta de arriba abajo, así como él a ella. Peeta llevaba un traje negro con adornos en su cuello y puño dorados. Se veía guapísimo...

Sin resistirse más, ambos corrieron a los brazos del otro y Peeta la cargó de la cintura dándole vueltas en el aire. La bajó y se dieron un rápido beso.

-Te miras hermosa, mi princesa -susurró en su oído.

Se separaron y bajaron con los brazos entrelazados. Ya en el primer piso, estaba Prim junto a Boggs y Portia. Prim los miró frunciendo el ceño.

-¿Quién es él, Kat? -preguntó.

-Se llama Peeta, es mi novio -respondió Katniss.

Prim le sonrió un poco y le ofreció su mano. Peeta la besó con delicadeza.

-Encantado -le dijo él, sonriéndole.

Prim ahora sonrió con más confianza.

Luego, fueron todos al Panem Gala en el coche.

Antes de entrar, Caesar Flickerman tenía que presentarlos. No sólo a ellas, si no a todas las princesas. Prim iba frente a ella y frente a Prim, Madge, Rue, Cashmere y Glimmer, éstas dos últimas con sus respectivos novios. Katniss se sentía feliz de tener a Peeta a su lado.

Caesar empezó a presentar a cada una, y conforme decían sus nombres, entraban y eran recibidas con aplausos. Presentó a Prim, recibida con aplausos y después les iba a ellos.

-Ahora, por favor reciban a la adorable Katniss Everdeen y a su acompañante, Peeta Mellark -anunció Caesar, el cual fue seguido de innumerables aplausos.

Katniss reparó en las miradas de asombro de todos, en especial en las de Cashmere y Glimmer, que ahora, se comían a Peeta con la mirada.

Sus padres se acercaron a ellos.

-Katniss, no nos habías presentado a tu acompañante -le dijo su padre.

Se dio cuenta de que la mano de Peeta sudaba.

-¿De dónde es príncipe? Nunca lo había visto antes -siguió su madre.

-No es ningún príncipe -respondió- Es el amor de mi vida.

Peeta giró su mirada hacia Prim que se acercó a su lado para hablarle de algo.

Cuando se giró, a Katniss las miradas de desprecio de sus padres hacia él no le pasaron desapercibidas.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora