24 - Fallo.

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Hicieron planes lo más rápido que pudieron.

-Podemos dejar a Prim con Rory, el hermano de Gale, para que no se quede sola aquí -dijo Annie, poniéndose unas botas al igual que todos.

-De acuerdo -siguió Katniss- No puedes ir, ¿Está bien si te quedas ahí? -le preguntó a Prim.

Su hermana menor asintió, comprensiva de que la quisieran proteger.

-Va -dijo Cato, ya listo para partir- En lo que terminan de arreglarse, yo la llevaré. Gale siempre dejaba copia de sus llaves debajo de la maceta.

Eso sacó una pequeña risa a todos. Katniss se acercó a Prim y le dejó un beso en su frente, diciendo:

-Por lo que quieran, no salgan de ahí. Pronto estaremos con ustedes después de todo.

Prim asintió de nuevo. Luego, la vio partir junto con Cato.

Se estaban vistiendo como lo habían hecho la noche que irrumpieron al palacio Everdeen: Camisa, jeans, botas hasta la rodilla, chaqueta, todo, color negro.

Annie se acomodó su rojizo cabello en un moño y Katniss se hizo una trenza de lado. Amarró sus agujetas y, para cuando todos ya estaban listos, Cato había llegado y partieron hacia el centro de La Ciudad.

En el camino, Peeta le extendió a Katniss un cuchillo. Ella lo miró frunciendo el ceño.

-En cualquier caso, siempre es bueno tener uno. Y más en esta situación -se explicó él.

-¿Cuánto nos queda? -preguntó Annie, corriendo junto a los demás para ganar tiempo.

-Una hora cuarenta minutos -respondió Finnick luego de ver su reloj en su celular.

Eso los hizo correr aún más rápido.

Katniss sabía perfectamente a dónde llegar: Al palacio principal. Sabía que todos estaban ahí ya que, después de La Noche De Los Colores, la realeza se aloja ahí para los siguientes diez días hacer tratados de gobierno.

Cuando llegaron, Katniss abrió las puertas de par en par, llamando la atención de todos.

-¡Escuchen todos! ¡Escuchen todos! -gritó ella para que le escucharan los presentes en absoluto- ¡En una hora y media el centro de La Ciudad será bombardeado, los palacios serán bombardeados para acabar con ustedes! ¡Por favor, venimos a evitar una masacre, venimos a sacarlos! ¡Necesitamos que evacuen todos!

Algunas personas ya estaban haciendo lo que Katniss les pedía, hasta que Snow interrumpió sus planes, quien estaba parado al lado de los Everdeen.

-¿Cómo lo sabe, señorita Everdeen? ¿Por qué nosotros deberíamos hacer caso a unos criminales como ustedes?

-¡Solo lo sabemos, no pregunte si no quiere morir! -respondió ella, comenzando a enojarse- Si no salen de aquí, pronto escucharán las explosiones y nos darán la razón.

-Lo que deberíamos hacer, amigos míos -dijo Snow, dirigiéndose a la demás realeza- Es encarcelar a estos delincuentes de una vez por todas, ya que han venido a nosotros.

Los señores Everdeen sólo la miraban confundidos.

Unos guardias comenzaron a acercarse a ellos junto a unas esposas.

-¡Mamá! ¿No vas a hacer nada? -le gritó Katniss a la señora Everdeen.

-Yo nunca fui tu madre. Ahora lo sabes -respondió ella, mirándola fijamente.

Katniss no creía lo que acababa de escuchar.

-Tienes razón. Tú nunca has sido una madre para mí. Es una pena que por años te considerara eso -dijo Katniss, mordaz.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora