34 - Incompletos.

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Todos celebraron el tiro de Katniss.

Katniss no fue capaz ni de ver el cuerpo de Coin, ni el de sus padres en la pantalla. Se dio la media vuelta, un poco mareada, y bajó las escaleras totalmente ajena a todas las personas que le llamaban a sus espaldas. Caminó hasta los pasillos y después comenzó a correr a su habitación, para después vomitar en el excusado. Se sentía extraña. Quizás habrían sido las galletas que se comió antes de hacer tal cosa.

Cuando su estómago se vació, unos minutos luego escuchó los pasos de Peeta que entraban al cuarto de baño abriendo la puerta de golpe. En la cara de él, Katniss notó preocupación.

-¿Estás bien? -le preguntó, y por el tono que usó Katniss comprobó la preocupación de él.

Katniss asintió ligeramente. Peeta se arrodilló a su lado y le acarició la espalda con su mano lentamente.

Katniss rodeó la cintura de Peeta con sus brazos y sin poder contenerlo más tiempo, comenzó a llorar. No por Coin, sino por sus padres y todas las personas que seguramente murieron en esa misión, por la tragedia de que sólo se pudo arreglar un problema enorme con sangre.

Peeta acarició el cabello de ella, dándole su apoyo.

-¿Te sientes mejor? -le preguntó una vez ya no escuchó sus sollozos.

Peeta apenas alcanzó a escuchar un ligero "si" de parte de Katniss.

-¿Crees que fueron mis galletas? -Peeta rió, relajando a Katniss- Necesitaremos ir al médico, tal vez estás mal. Te mareas mucho, posiblemente estés enferma.

Le dejó un pequeño beso en la frente de Katniss, y la apretó más en sus brazos.

-Ella está perfecta -El Doctor Aurelius hablaba con Katniss y Peeta en su consultorio médico- Está muy bien de salud, pero hemos hecho unos estudios adicionales -le pasó la carpeta con los estudios a Peeta, quien la tomó con la mano izquierda, ya que en la derecha cargaba un vaso con jugo de naranja: habían ido una vez habían terminado de desayunar por las preocupaciones de él- Podrán viajar sin problemas al 12.

Antes de que el doctor Aurelius continuara hablando, Finnick entró al consultorio de golpe, con las mejillas húmedas, los ojos rojos, y lágrimas bajándole por la cara.

-¡¡Peeta!! ¡¡Peeta!! -dijo Finnick, alarmado y claramente lloroso. Era la primera vez que Katniss veía a Finnick de esa manera.

-¡¿Qué pasó?! -Peeta se levantó del sillón dejando la carpeta en el asiento en el que antes se encontraba, aún con el jugo en la mano.

-¡Cato y Gale están en cama! -la voz de Finnick se quebró aún más- ¡Están por morir, maldita sea!

Peeta dejó caer el vaso, tomó la mano de Katniss, quien ya tenía en su propia mano la carpeta y después corrió junto a Finnick hasta la zona hospitalaria.

Entraron lo más rápido que pudieron a la habitación donde ambos se encontraban y los vieron tumbados en camas contiguas, con la vida colgando de un hilo desde las camillas en donde se encontraban.

Tenían golpes por todos los brazos y piernas, profundas heridas abiertas.

Finnick y Peeta llegaron a sus lados, los dos echados a un llanto mutuo. Gale y Cato los miraban débiles. Katniss, shockeada, se acercó despacio a las camas, con lágrimas en los ojos y mirando por momentos la pantalla que indicaban los pulsos de Gale y Cato. Las pantallas de los dos reflejaban movimientos casi nulos.

Era como si el mundo se escuchara lejano de pronto. Peeta y Finnick mantenían cada quien los puños apretados con Gale y Cato. Katniss veía que hablaban entre los cuatro, mas sin embargo los escuchaba como si estuvieran lejos.

Sus ojos se posicionaron en la pantalla. Katniss fue testigo de cómo los latidos fueron cesando hasta desaparecer.

Salió de la habitación, pasmada, en busca de la de Madge. Se fue fijando en cada ventanilla hasta que la vio en su cama, mirando a la nada.

A pesar de que la rubia estaba despeinada y lucía cansada, le regaló a Katniss una sonrisa.

-¿Qué tal? -la saludó Madge.

Y, aunque no era una pregunta, Katniss no supo qué decir, a sabiendas de que a unas habitaciones dos de sus mejores amigos acababan de dejar de existir.

-Hey -dijo al final, sentándose a su lado- Me alegra verte bien.

"Me alegra que no estés a punto de morir", pensó Katniss verdaderamente.

-Sí -Madge tomó la mano de Katniss- ¿Qué tal Gale? ¿Y Cato? ¿Ya los viste, cierto?

Katniss no contestó.

-Porque necesito ver a Gale urgente -continuó Madge sin esperar a que Katniss respondiera a su pregunta-, Katniss, ¡Me acabo de enterar que estoy embarazada!

Katniss ahogó un grito y sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas.

-¿Qué pasa? -preguntó Madge, y poco a poco, conforme pasaban los segundos, su sonrisa fue desapareciendo- Katniss... ¿Crees que Gale me acepte? ¿Crees que siga adelante conmigo y su hijo?

Katniss derramó una lágrima cuando Madge dijo lo último. Y después, esa lágrima fue seguida por más y más.

-¿Katniss? -Madge empezaba a comprender el silencio de Katniss- Sé que Gale y Cato fueron disparados, pero ya lo habrán arreglado -paró un momento y continuó- ¿Gale está bien... verdad?

Katniss negó con la cabeza.

-¿Se ha enfermado? ¿Ha perdido la memoria? -preguntó Madge.

Katniss tragó saliva y dijo en un susurro:

-Acaba de morir, Madge.

La rubia no creyó lo que escuchó.

-¿Qué? -preguntó sin habla.

-Acaba de morir -repitió Katniss un poco más fuerte- Gale y Cato acaban de morir.

-No -soltó Madge en un susurro- No no no. No puede ser, Katniss, no puede ¡No puede!

Katniss asintió despacio, soltó su carpeta, dejando los papeles regados por el suelo y después abrazó a Madge fuertemente. Ambas comenzaron a llorar en el hombro de la otra.

Ahora el grupo inseparable de amigos estaba incompleto, inevitablemente.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora