13 - Aquí por fin.

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Peeta y Johanna fueron rápidos en reaccionar.

-Toma -le dijo Peeta a Katniss, dándole una de sus pequeñas maletas. La tomó y se la cargó.

Peeta llevaba más de sus cosas.

-¿Ya tomaron todo? -preguntó Johanna.

-¡Si! -respondió apurado Peeta.

Escucharon los pasos de los guardias.

-¡Por la ventana! -dijo rápidamente Johanna, abriendo ésta.

Johanna salió y después Peeta le pasó algunas cosas lo más rápido que pudo. Dejó dejar salir a Katniss primero para luego seguirle.

Fuera, tomaron las cosas y corrieron todo lo que pudieron, lejos del tren.

-¡Hey! -escucharon les gritaron- ¡¿A dónde creen que van?!

-¡Son Katniss Everdeen y Johanna Mason! -gritó otro guardia.

-¡Pues vayan por ellas! ¡¿Qué esperan?! -les ordenó otro de voz más grave.

Al oír todo eso, lo que hicieron el trío ahora fugo, fue correr todavía más rápido, doblando y doblando esquinas. Se refugiaron en una librería, y vieron a los de seguridad real acompañados de agentes de la paz correr en la dirección en que iban.

Los perdieron por fin.

-Chicos, no pueden estar aquí -les advirtió la encargada de la librería.

-Sí, lo sabemos... sólo -Johanna daba grandes bocanadas de aire- déjenos respirar, por favor.

La encargada los miró unos segundos más, asintió y los dejó.

Cuando recuperaron la respiración, se miraron entre ellos y no pudieron evitar soltar una risa.

Aunque ahora tenían un punto menos a su favor: Ya sabían el nuevo aspecto de Katniss y Johanna, así como ya sabían que Peeta iba con ella.

Caminaron por las calles del Distrito 11. Ya estaban a las afueras del Distrito, y por fin habían pasado su etapa de no saber dónde estaban.

Peeta y Johanna hablaban de cómo seguir avanzando hasta el 12. Katniss era ajena a su discusión, sólo se limitaba a caminar a su lado.

-Obviamente, no vamos a poder ir en tren más -dijo Peeta- Sólo nos queda caminar.

-Ajá -respondió Johanna- Nos demoraremos días, Peeta. Mejor tomemos el tren.

-¡No podemos!

-¿Y por qué no? Mira, ya saben que no vamos en el tren, que estamos fuera. No volverán a ir ahí. Y si lo hacen, tenemos que ser rápidos.

-Lo que pasa es que no me quiero arriesgar -explicó Peeta- No quiero que se lleven a Katniss, no sabría que hacer sin ella.

Johanna le dio palmadas en la espalda.

-Peeta, la estás arriesgando más de esta manera. Vamos en tren.

Peeta suspiró y pensó en otra solución.

-¿Hay rebeldes cerca? -preguntó Peeta.

-Nosotros tres. Y en el 12, pero está lejos -contestó Johanna.

Peeta sacó su celular. Katniss, al escuchar "Nosotros tres", después de tanto, se sintió parte de algo.

-¿Crees que si llamo a algún rebelde del 12 vengan por nosotros hasta acá? Estamos en la mitad del camino ahora entre ambos Distritos -dijo Peeta, tecleando un número en la pantalla.

Escapando con la princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora