Las luces del hospital eran frías.
Blancas.
Hirientes.
Y a Hyunjin ya no le decían nada.
Sentado junto a Yeji en la sala de espera, acariciaba su vientre con la misma suavidad con la que solía acariciar el cabello de Seungmin por las noches.
Pero no sentía nada.
Ni ansiedad.
Ni ilusión.
Ni ternura.
Nada.
Solo un peso en el pecho.
Una herida sin nombre.
Y los recuerdos de una primavera que no pudo comenzar.
—¿Quieres ver la ecografía? —preguntó Yeji, con voz suave.
Hyunjin asintió.
No por curiosidad.
Solo porque era lo que se esperaba.
En la pantalla, el pequeño punto latiendo rápido parecía tan lejano como todo lo que alguna vez soñó.
Sonrió por reflejo.
No por emoción.
En casa, las noches eran iguales.
Yeji se dormía antes.
Él se quedaba en el estudio más de la cuenta.
Pero a veces, solo por inercia, se recostaba a su lado.
Apoyaba la mano en su vientre.
Contaba los segundos.
Imaginaba que era Seungmin el que dormía de espaldas a él.
Y luego se sentía aún más miserable.
Mientras tanto, Seungmin lavaba los platos con manos que ya no temblaban tanto.
Había aprendido a disimular.
—¿Y tu amigo, Hyunseo? —preguntó su padre una noche, sirviendo sopa caliente.
—Tenía trabajos... está ocupado —respondió Seungmin sin levantar la vista.
—¿Y no viene a comer? Parecía buena gente —comentó su madre, sonriente—. Le gustaban nuestras empanaditas de arroz, ¿te acuerdas?
Seungmin tragó saliva.
—Sí, pero ya no hablamos mucho. Está... en exámenes.
—¿Y tú? ¿Estás bien?
—Sí, mamá. Solo estoy... cansado.
Jeongin lo observaba en silencio. Sabía que algo no estaba bien, pero tampoco preguntaba. Solo le dejaba chocolatitos en la mochila y lo cubría si se quedaba dormido en el sillón.
Seungmin extrañaba a Hyunjin.
Pero no le escribió.
No preguntó.
No suplicó.
Había aprendido que las ausencias también son respuestas.
Una noche, mientras lavaba su uniforme de la cafetería, lo encontró.
Un pañuelo azul oscuro con el perfume de Hyunjin.
Se lo había dejado la última noche que durmieron juntos, esa noche donde lo abrazó como si fuera su refugio.
Lo apretó entre los dedos, lo acercó al rostro...
Y lloró en silencio.
Otra vez.
Como tantas otras.
ESTÁS LEYENDO
SUMMERTIME SADNESS
FanfictionSeungmin tenía el corazón joven, los sueños intactos y la inocencia aún latiendo fuerte. Hyunjin era fuego envuelto en seda, un alfa mayor, misterioso, prohibido... y casado. ⠀ Se conocieron por accidente. Se desearon sin permiso. Se amaron en la so...
