La habitación del hospital era blanca.
Demasiado blanca.
O quizás era el mundo el que se había apagado de golpe.
Yeji dormía.
Sedada.
Vacía.
Su vientre... también.
Hyunjin estaba sentado a su lado, los ojos fijos en la sábana.
No había lágrimas.
Solo un silencio que le aplastaba los pulmones.
—No era para mí —susurró. No se sabía si hablaba del hijo o de ella. O de todo.
El médico había dicho que su cuerpo simplemente no había resistido.
Que su organismo rechazaba el embarazo.
Que tal vez... no era destinada.
Esa palabra.
"Destinada".
Le taladró la cabeza.
Dos noches después, Hyunjin volvió a casa.
Pero no pudo entrar.
No pudo ver la alfombra limpia ni la habitación decorada que habían preparado para el bebé.
No pudo con el olor a detergente nuevo ni las fotos que Yeji había colgado en la nevera.
Se fue.
Tomó su auto, sus llaves, un abrigo...
Y se fue.
Tocó la puerta temblando.
Como un niño asustado.
Seungmin abrió.
Sus ojos eran vacíos.
Ni sorpresa, ni enojo, ni alivio.
Solo vacío.
—No tengo a dónde ir —dijo Hyunjin, con la voz rota—. Todo se fue a la mierda.
Silencio.
—No me digas nada, por favor. Solo... déjame quedarme aquí. Solo por hoy.
Seungmin no dijo nada.
Le hizo espacio.
Esa noche no durmieron.
No se tocaron.
No se besaron.
Hyunjin lloró en silencio, con la cabeza en el regazo de Seungmin.
Seungmin le acariciaba el cabello, como si aún fuera capaz de protegerlo... aunque ya no tenía por qué.
—¿Por qué volviste? —preguntó Seungmin al amanecer.
Hyunjin no supo qué decir.
Porque no era por amor.
Era por necesidad.
Por egoísmo.
Por dolor.
Y eso, dolía más.
ESTÁS LEYENDO
SUMMERTIME SADNESS
FanfictionSeungmin tenía el corazón joven, los sueños intactos y la inocencia aún latiendo fuerte. Hyunjin era fuego envuelto en seda, un alfa mayor, misterioso, prohibido... y casado. ⠀ Se conocieron por accidente. Se desearon sin permiso. Se amaron en la so...
