Mision: Alexander Pierce 1.5

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Alexander Pierce hijo, causante de la muerte de muchos compañeros de Giselle y de innumerable cantidad de civiles inocentes se acercaba al hotel donde debía hospedarse sin tener ni idea de que no llegaría a la lujosa habitación que le habían reservado. Tenían una oportunidad... ¡Una! El imbécil ese era una especie de ermitaño paranóico que se pasaba la vida escondido en las más secretas y resguardadas instalaciones de Hydra y era la primera vez que, con todo el espionaje que realizaban sobre la organización criminal, ellos se enteraban de que él saldría de su covacha para ir a algún lugar donde podían atacarlo.

Cada uno de ellos tenía su misión bien clara y definida: Giselle tenía que darle el tiro de gracia, entre los ojos... con su perfecta puntería de soldado modificado tenía que asegurarse de que el hombre no sobreviviera. Era demasiado peligroso para permitirlo. Jason, que estaba a su lado izquierdo en la misma posición que ella, tenía que atravesarle el corazón... una precaución inútil, si le preguntaban a la chica. Su bala calibre 50 dejaría un cráter en la cabeza del hombre del que sería imposible que sobreviviera, así que ella estaba segura de que aquella instrucción de Fury era más un mensaje para sus enemigos: "No nos detendremos, no tendremos piedad"... Coulson hijo estaba ahí para eliminar a los guardaespaldas y poder huir. No los sacarían de ahí, el punto de extracción quedaba muy lejos porque no querían que S.H.I.E.L.D. firmara tan públicamente el homicidio.

-¿Listos? -Musitó, sabiendo que la escucharían, la preocupaba la larga espera y la manera en que la posición y el calor hubiera afectado a sus muy humanos compañeros, pero sabía que eran profesionales perfectamente entrenados que darían todo para completar la misión... No tenía de qué preocuparse.

No llegó a escuchar la respuesta. Diez guardaespaldas que lucían la delatora calavera roja con los tentáculos de Hydra salieron de la limusina y se colocaron en hileras a los lados de la alfombra que daba paso al hotel; su cuidadoso escrutinio hizo sonreír desdeñosamente a la chica, tenían todo cubierto... todo menos la azotea del edificio donde ellos se apostaban... Al parecer eran lo suficientemente estúpidos para creer que S.H.I.E.L.D., que tenía en sus filas al mejor marksman del mundo: "Hawkeye", no contaba con francotiradores que pudieran con ellos desde 50 pisos de distancia... idiotas...

Un instante después, la pelirroja cabellera de Pierce se mostró. Les daba la espalda, lo que hizo que Giselle hiciera una mueca de asco al pensar que el cráter sería en lo que ahora era su cara y no en su coronilla. No lo pensó mucho, inspiró después de fijar su vista en la mira óptica (la mira lasser los delataría demasiado pronto) y calculó todas las variables antes de presionar el gatillo al momento de espirar... sintió la bala todo el camino por el cañón silenciado, con esos sentidos de súper humano que la hacían tan especial, y luego pudo verla cortar el viento, afilada y letal (siempre le había causado gracia que, a mayor el calibre, más puntiagudas fueran las balas), hasta impactar en la curva trasera de la cabeza de Pierce en un agujero de entrada que para nada presagiaba el estropicio en que se había convertido lo que alguna vez había sido un rostro bastante atractivo y que ahora era un amasijo de carne, astillas de huesos, sangre y pedazos de materia gris.

Apenas un segundo después, una roja flor le florecía en la espalda donde Jason acababa de volarle el corazón. Giselle volvió su arma un poco para ayudar a Coulson hijo mientras murmuraba: -Hail Hydra, sonríe mientras corto una de tus cabezas...

Las ventajas de ser una meta humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora