JUGANDO AL GOTCHA AL ESTILO S.H.I.E.L.D (PARTE 2)

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GISELLE BUCHANAN ROMANOFF *INSERTE NOMBRE CLAVE AQUÍ, LOS FAVORITOS SON "LA FABULOSA MANTIS ROSA" Y "LA CATARINA SALVAJE"*
EDAD: 17 AÑOS

JUGANDO AL GOTCHA AL ESTILO S.H.I.E.L.D (PARTE 2)

La carcasa del helicóptero se elevó inestablemente, lo que, aunado a los juegos de luces de colores, al impresionante sonido que parecía llegar desde cada átomo del lugar y a los hologramas que se proyectaban sobre las formas geométricas blancas, recreando la ciudad de Londres en una exactitud casi alarmante; hacía muy sencillo meterse en la simulación y fingir que estaban en una misión en pleno centro de Londres y no en un edificio enorme a las afueras de N.Y; que el edificio que acababan de pasar era el Big Ben y no solamente una proyección demasiado realista de luces y sombras...

-Atención agentes, estamos a dos minutos del lugar de reunión, prepárense para saltar... -La voz sonó a través de los altavoces del Black Hawk simulado y envió un murmullo de tensión a lo largo del grupo de reclutas cuyas cortas mentes no alcanzan a comprender que, para S.H.I.E.L.D., hacer que salten de un helicóptero con paracaídas, en una bodega de no mas de cinco metros de altura, es pan comido; si podían establecer una relación de cooperación con una raza extraterrestre de dioses antiguos, con los ojos cerrados podían hacer que aquella bola de tarados alcanzara el suelo sin romperse una pierna. Rodando los ojos con evidente frustración ante la estupidez reinante entre aquel grupo de pseudo-machos supuestamente llenos de testosterona, Giselle se puso de pie y se ajustó el apretado arnés del paracaídas de corto alcance que les habían entregado. Luego, en el momento en que la compuesta trasera de la simulación de helicóptero, se abrió, sin siquiera pensarlo una vez, Giselle corrió hacia la compuerta y se lanzó al vacío sin un parpadeo, una ráfaga de viento huracanado la elevó al momento en que casi instantáneamente se abría su pequeño paracaídas y le dio los segundos de caída controlada que le hubiera proporcionado un salto en paracaídas en circunstancias normales.

Unos segundos más tarde, tocaba tierra con esa gracia de bailarina nata que parecía llevar como una segunda piel... aunque detrás de ella, los sonidos de "plop" y maldiciones le decían que sus compañeros reclutas, que supuestamente formaban la élite de S.H.I.E.L.D. en ese momento, no habían tenido tanta suerte y Giselle no pudo menos que dejar escapar una risita pletórica de diversión al pensar que al día siguiente, en los vestidores donde ninguno de ellos era púdico pese a que ella los compartía con ellos, vería una sucesión de nalgas amoratadas que le dirían con precisión asombrosa quien no sabía realmente saltar en paracaídas. A su lado, Jason, uno de los pocos que consideraba amigos, aterrizó con un masculino movimiento lleno de elegancia y le dedicó un guiño antes de reír por lo bajo al escuchar los sonidos ahogados que uno de los reclutas hacía, aparentemente, el golpe que se había dado en el trasero había sido suficiente para que la computadora de la simulación decidiera que había quedado cuadrapléjico y lo dejara inmovilizado en el suelo. Giselle fingió un suspiro exasperado mientras enrollaba su paracaídas con movimientos expertos y lo guardaba, ganándose burlas de sus compañeros que simplemente se habían desecho de ellos... idiotas... nunca se sabía cuando algo sería útil en una misión y Giselle había aprendido de mamá, papá y sus muchos, muchos tíos que nunca desechabas un elemento que quizá podía servirte más tarde. Cerrando la mochila con su paracaídas expertamente doblado, Giselle se la colgó a los hombros y pasó junto al recluta, ahora lisiado, cantando por lo bajo: "Yo tenía 15 reclutas... yo tenía 15 reclutas... uno se cayó de nalgas ya nada más me quedan 14, 14, 14..." Lo que se ganó una carcajada (de Jason, probablemente), un bufido de exasperación (del recluta que aún no dilucidaba quien era)... y una ráfaga de balas de pintura que venían de ninguna parte y que hicieron que Giselle murmurara, viendo feo a su amigo y capitán del equipo: "Regla de mamá número dos: NUNCA... NUNCA desveles tu posición con algo tan estúpido como una risa".

Las ventajas de ser una meta humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora