Tristen Rogers 2

45 4 0
                                    

Irónicamente, fugarse del hospital sola fue más sencillo que volver al hospital acompañada. Cuando Tristen entró por la puerta de urgencias, que era la más cercana de la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se encontraba su habitación, inmediatamente se encontraron rodeados por media docena de agentes de S.H.I.E.L.D., evidentemente armados hasta los dientes, que les cortaron el paso. Giselle abrió los ojos al sentir que Tristen se detenía y escuchar todo el ajetreo a su alrededor y los puso en blanco al ver a todos aquellos compañeros suyos haciendo aspavientos de ser muy malos.

Sus manos pálidas, que hasta ese momento llevaba ocultas entre ella y el chico para mantenerlas calientes, se posaron en el duro pecho de él para impulsarse un poco y poder mostrarse por completo, aunque no fue sino hasta que él la movió a una posición diferente y la sostuvo que ella pudo lograr su cometido. Ese fue el momento en que pudo meterse un poco más en su papel de comandante de uno de los grupos de élite de la agencia y portarse con los que los rodeaban como su superior.

-No sean idiotas -Murmuró, lo más alto que pudo porque aún le dolía demasiado agitarse al hablar -Ustedes me conocen a mí... saben que él es hijo del Capitán Rogers y no me lleva hacia la puerta, vamos entrando a través de ella. No me está secuestrando, me está devolviendo al hospital...

La expresión de desconcierto de los hombres la hizo sonreír un poco pese a que ese fue el momento en que su cuerpo optó por recordarle que aún estaba muy enfermo y la hizo volver a recostarse contra el joven que la sostuvo protectoramente. Eso la preocupó, si aquellos idiotas no comprendían lo que estaba pasando y atacaban, y Tristen parecía tan decidido a cuidarla aquello se pondría feo... Más porque Tristen tenía fuerza bruta y los demás dones del SSS que había heredado de su papá, pero apenas comenzaba a entrenarse en la agencia donde ella había crecido gracias a su madre y a su padre. Steve había querido que su hijo tuviera una vida más normal mientras crecía, y sólo se involucrara en "esa" vida si lo deseaba.

-Ya la oyeron -La voz de su madre la hizo preocuparse más de lo que la relajó, pese a que todos bajaron las armas y se apartaron para dejar pasar a la hermosa pelirroja que estaba evidentemente cabreada -No la secuestraron, y estoy segura de que tiene una explicación muy inteligente para no haber amanecido en su cama pese a que ni siquiera la han dejado ir de terapia intensiva -Si, aquello había sido dirigido muy intencionadamente a ella, y Giselle tendría que explicarse... estar muy enferma no le daría ninguna ventaja, la paciencia de su mamá era proverbial en aquellos momentos.

-No me dejes -Le susurró a Tristen mientras él comenzaba a caminar, siguiendo a la enojada rusa y a los evidentemente fúricos Bucky Barnes y Steve Rogers... -¿Mamá? -Llamó Giselle en voz un poco más alta, no podía dejar que Tristen sufriera por algo que era enteramente culpa de ella. -Yo me escapé, Tristen me encontró y me devolvió aquí... -Tres pares de ojos se volvieron a ella... oh si, en cuanto los doctores terminaran con ella, tendría muchas explicaciones que dar, curiosamente el sentir el cuerpo firme y fuerte del muchacho aún sosteniéndola hacía que el helado presentimiento se esfumara un poco.

Las ventajas de ser una meta humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora