Migraña

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25 de Julio de 2015

La verdad, ella no tenía migraña; en ese momento la migraña la tenía a ella. Era casi como si sus "Dotes" de súper humano potenciaran el dolor en ella. Tendría lógica. No podía embriagarse porque su metabolismo era demasiado activo y eliminaba el alcohol demasiado rápido para que le hiciera algún efecto; lo mismo pasaba con las drogas y los medicamentos, haciendo muy difícil curarse algunas cosas, especialmente aquellas que su propio cuerpo generaba.

Porque el dolor venía de ella, era parte de ella, no entraba en ella desde el exterior como sucedía con el alcohol, las drogas o las heridas.

Giselle suponía que quienes habían hecho los SSS de la KGB y Hydra que corrían por sus venas no habían sido tan cuidadosos como el Dr. Eppstein. El hombre había sido humano, los científicos de la KGB y Hydra eran funcionales, sólo les importaba crear los soldados perfectos, no tenían ningún interés en las personas detrás de esos soldados perfectos.

Giselle cerró los ojos y se escondió debajo de la almohada; todo era ruidoso: la luz, los olores, aún el movimiento y el roce del colchón y las mantas contra su piel desnuda y estremecida resultaba atronador en su cabeza donde todos los pensamientos parecían haber sido reemplazados con dolor. Dolor audible. Dolor palpable... Dolor que podía saborear terroso y salobre en su boca... Dolor que inundaba sus células, sus terminales nerviosas y cada uno de sus sentidos.

En ese momento, Giselle estaba a unas palpitaciones de sacarse los ojos y meter la cabeza debajo de un Hellicarrier... Cualquier cosa menos aquel dolor abrumador que no se tranquilizaba porque los analgésicos no funcionaban en un "soldado perfecto" como ella.

Las ventajas de ser una meta humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora