Capitulo 3

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— Odio que la gente me quede mirando —murmure—. Como si nunca hubieran visto a una persona comiendo nutella.

— Debimos comprar cucharas —susurró Albert.

Reí.

— Es normal comer Nutella así —dije—. Además, ellos no van a pensar que estamos defecando por el dedo.

Palmer río.

— Me siento orgullosa de ser tu mejor amiga —comentó Palmer.

— Menos mal y no dijeron que eras mi novia —sonreí—. Ya andaban diciendo que Albert era mi novio.

— No soy tan feo —lloriqueo.

— No me mal interpretes, como dice Palmer —aclare mi garganta—. Eres sexy.

— ¡Mony! —exclamó ella.

— ¿Te estas poniendo roja? —preguntó Albert—. No te avergüences amor mio, se que soy irresistible.

Arrogante.

— ¿Como creen que será él Castillo? —pregunté.

— Debe de ser grande —contestó Albert—. Con una rampa para hacer Skate y debe de haber un cuarto muy grande para nuestros vídeo juegos.

— ¿Allá hay playa verdad? —preguntó Palmer.

— Si pero son muy frías.

— ¿Ya habías ido a Inglaterra? —preguntó Albert.

— Si, nunca fui a una playa de allá —conteste—. Pero fui a London, ahí se encuentra el reino de la reina isabel.

— Entonces supongamos qué el tuyo no es ese —Albert río.

— ¿Como voy a ser pariente de la reina Isabel? —pregunté—. Seria algo inútil.

— Pues si —contestó Palmer.

— Entremos a la casa —dije una vez que me encontraba en frente de ella.

Los flashes comenzaron y esas preguntas ilógicas no paraban.

— Que fastidio con estas personas —murmuró Albert.

— Son maniáticos queriéndose meter en mi privacidad —corregí—. Hijos de playa —murmure.

Una vez que estuve enfrente de la puerta no perdí tiempo y la abrí.

Tropecé y me fui directamente al suelo.

— ¡Albert! —exclamé —. Tu trasero esta en mi cabeza, ¡Quitalo!

— Tu cara esta en mi trasero —contestó—. Dile a Palmer que salga de encima de mí.

— ¿Los llevaras al reino? —preguntó mi tía.

— Si —contesté—. ¡Quítate de encima de mí!

— ¡Palmer! —exclamó él.

— ¿Tus mejores amigos? —preguntó de nuevo.

— Son como mis hermanos —sonreí—. Cuando no ponen su trasero en mi cara —alcé La voz.

— Sabes que los periodistas están detrás tuyo ¿Verdad?

— En ese caso —sonreí maliciosa—. ¡Albert viola caras con su trasero! —grité.

— ¡Harmony! —exclamó mi tía.

Las carcajadas de los tres empezaron a sonar.

— Te juro Albert que si no te quitas en este momento te cortaré tus bo...

Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora