Capitulo 32

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Miré de nuevo a Irak.

Parecía cansado, poniéndole cuidado a mi tía.

— ¿Quedó claro? —preguntó ella.

La miré. 

¿Qué había estado hablando?

— Sí, señora —contestó Irak.

¿Qué le decía yo?

¿Qué había dicho ella?

¡Dios!

¿Por qué me había pasado mirando a Irak todo ese tiempo?

— ¿Harmony? —me miró.

— Eh... Sí, claro. Yo, sí.

— ¿Entendiste? —frunció su ceño—. ¿Me estabas escuchando?

Desvié mis ojos de los de ella.

— Sí, lo estaba haciendo —contesté.

— ¿Segura?

— Segura —murmuré.

— Supongo que Irak te tiene que dar clases... los dejo. Yo tengo varias cosas que hacer.

Empezamos a subir las escaleras.

— ¿Por qué no le estabas poniendo atención a ella?

— Porque te ponía atención a ti —me acerqué al pasillo de nuestras habitaciones.

— ¿Por qué?

Gruñí.

Retrasado.

— ¿En serio, Irak? —me acerqué a la puerta de su habitación.

— ¿Qué?

— Nada —bufé.

Entré a la habitación.

— ¿Qué dijo ella? —pregunté.

— Nada importante, por lo menos a mí no me pareció así.

Cerró la puerta de su habitación.

— ¿Empezamos con las clases? —preguntó acercándose a su escritorio—. ¿Con cual materia quieres empezar?

Bufé.

— Con ninguna.

— Harmony, no más. Debemos de dar clases.

— Debemos de dar otra cosa —sonreí con malicia. 

Sus ojos se posaron en los míos.

Se sentó en la silla.

— No es algo malo, Irak —me senté sobre la cama.

— ¿Con cual materia quieres empezar? —me ignoró.

Alcé los hombros.

— Harmony, respóndeme, te estoy hablando.

Lo ignoré.

— ¡Harmony!

Lo miré con desinterés.

— Maldita sea —gruñó.

Su respiración ya estaba agitada.

— ¿Has vuelto a tomar las pastillas?

— No —contestó.

— Irak, debes tratar de calmarte. Cuando te enojas tu respiración se acelera, y se nota como tensas tus músculos.

Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora