Capitulo 24

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¿Dónde quedaba el gimnasio?

¿Desde cuando los castillos tenían un gimnasio?

¿Por qué Irak estaba en un gimnasio?

¿Por qué no amaneció a mi lado?

Que preguntas más estúpidas me había hecho.

— ¡Oye, Rodes! —la llamé.

— ¿Qué deseas Mony?

— Saber donde queda el gimnasio, es que... necesito a Irak.

— Oh, en esa puerta —señaló la que estaba enfrente de mí.

— Gracias, Rodes —sonreí.

— No es nada —dijo antes de seguir caminando.

Sonreí cuando ya había abierto la puerta.

Y allí estaba mi Irak.

Estaba sudando.

Al entrar cerré la puerta con cuidado.

Giré sobre mis talones, y me dirigí hacia él.

— Hola —mordí mi labio inferior.

— Hola, princesa. ¿Como amaneciste?

— Sin ti a mi lado.

— Lo siento, tenia cosas que hacer. Además, Daly viene hoy.

Gruñí.

— Hace calor —dijo antes de pasarse una toalla por el rostro.

— Yo no tengo calor —murmuré.

— Bueno, tú no estuviste haciendo ejercicio —sonrió.

— Si, creo que es eso. Igual acabe de bañarme —murmuré.

Sonrió.

— Irak.

— Dime.

— ¿Tú sabes por qué Palmer se ha comportado tan extraña conmigo?

— Yo... yo... no sé.

— Es que apenas me vio se puso sensible, ella es muy dramática —reí—, siempre lo ha sido, pero... esta siendo más dramática de lo normal, ¿no lo has notado?

— Yo no lo he notado —murmuró—. Tal vez estas dramatizando un poco.

— Yo conozco muy bien a Palmer, a ella le sucede algo.

— Deja que disfrute su tiempo con Julián —me jaló hacia él—. Ella te deja disfrutar tu tiempo conmigo.

Mordí mi lengua.

— Tienes razón —murmuré—. Ella es mi mejor amiga, estoy segura de que no seria capaz de ocultarme nada —me senté sobre sus piernas.

— Sí —susurró.

— Irak. Si estas ocultando algo me lo puedes decir ya.

— ¿Qué?

— No me gustan que las personas me mientan —murmuré—. Yo no te estoy ocultando nada.

— Harmony, yo... soy un idiota completo —cogió mi mano—, y sé que me vas a odiar, pero yo no le puedo hacer esto a mi padre.

— Estoy confundida —murmuré—. ¿De qué estás hablando?

— Tú eres a la única mujer que quiero —susurró.

Bien, él ya me estaba asustando.

— Pero no puedo cambiar nada —volvió a susurrar.

Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora