Capitulo 33

79.4K 4.5K 1K
                                    

— Entonces... ¿Así termino todo?

Dejé el control de la Play a un lado.

— Sí —susurré—. No sé si fuimos algo.

— No entiendo, niña.

— Es la verdad, Maty. Nunca llegamos a ser algo —miré sus ojos—. No me dijo porque me terminaba, pero... por lo menos lo hizo ¿no?

— Pero si ustedes cuando vinieron aquí estaban bien.

Mordí mi labio inferior.

— Eso fue hace dos meses, Matías.

— Oh, verdad. El tiempo se me ha pasado muy rápido, esta en la cuarta vez que vienes esta semana.

Los días que había estado con él habían sido muy divertidos.

— No tengo nada que hacer allá, Albert se fue, Irak y yo estamos distanciados, y Palmer está con Julián. Por lo menos ella es feliz —sonreí.

— ¿Cuando vas a visitar a Albert?

— No sé.

Suspiró.

— ¿A que estamos hoy?

— Viernes —contestó—. y estamos en  el mes de mayo.

— Ya lo sabia —reí.

— Parecías bien perdida.

— Sí —sonreí—. Lo peor de todo es que el pendejo tiene que acompañarme a cualquier lugar que yo vaya, mientras esté fuera del castillo.

— ¿Ya lo olvidaste? —murmuró.

Estaba muy cerca de mí.

— No —contesté.

Su mano viajo hasta mi barbilla.

— Yo te puedo ayudar a olvidarlo —susurró rozando mis labios.

— Eh... yo, no, eh... sí, no —empecé a balbucear.

— No pierdes nada —sonrió—. No estás con Irak, así que no hay problema ¿cierto?

— Cierto —murmuré.

Sus labios chocaron con los míos, haciendo que me acercara un poco más.

Su rose estaba siendo un poco brusco, pero no podía negar que él besaba bien, aunque no como Irak.

Me separé de él.

— Besas mejor de lo que imaginaba.

— ¿De lo que imaginabas? —fruncí mi ceño.

— Pues, soy un hombre, Harmony, tú eres una mujer. Para mí fue imposible no imaginarte.

— ¡Matías! —chillé—. ¡Qué asco!

— Oh, ¡no! Dios mío, eres una mal pensada, no hablaba de esa forma.

— Ah, menos mal

Rió.

— Pero tú entiendes.

— No, no entiendo.

— Pues no eres hombre, así que... —alzó sus hombros.

— Eres un maldito inmaduro.

— Bueno, señorita madura, me siento ofendido.

— Pero te lo digo de la buena forma, nunca conocí a un hombre que a sus veintisiete años siguiera jugando videojuegos, le encantara la comida chatarra, y fuera guapo.

Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora