Nueva princesa, nuevo problema [LHC #1]

Capítulo 61

Canción:

Griffin Peterson - Ugly Love.

—Aún no comprendo —dijo Albert.

—Te golpearía, pero estás a través de una pantalla.

—Entonces, tú perdonaste a Irak ¿no?

—¿Qué? —fruncí mi ceño—. No, no lo he perdonado.

—¿Por qué están bien si las cosas son así?

—¿No comprendiste lo que te dije desde un principio, pendejo? —pregunté algo irritada—. Llevo como quince minutos explicándote y tú sigues con tu: no entendí —rodé los ojos.

—¿O sea que entre ustedes sólo hay sexo?

—¡Por fin! —exclamé—. Casi que no puedes ¿verdad?

—Ay, perdóneme —habló con voz chillona—. Fácilmente me habrías podido decir: Solamente estoy teniendo sexo con Irak, pero aún no lo he perdonado ¿Qué te costaba decir eso? Nada, ¿verdad?

—Eso fue lo que te dije, bueno, no fui así de directa, pero te dije aquello con claridad.

—Perdona, es que estoy estresado, ya estamos a final de periodo en el manicomio no sabes lo estresado que he estado este mes.

—¿Qué tal te va por allá?

—Pues normal, salgo con un grupo de compañeros y eso.

—No me has reemplazado ¿verdad? —sonreí—, porque te aseguro que si te llegas a conseguir una nueva mejor amiga te corto en pedazos —seguí con mi sonrisa.

—No, no la he conseguido, pero en estos momentos estoy empezando a entrar en razón que sí tengo que hacerlo.

Reímos.

—Te extraño, preciosa —dijo luego de varios minutos de solo mirarnos.

—Yo igual —susurré—. Deberías de venir aquí a Francia, seria mucho más divertido y también traer a la palmera contigo.

—Ella irá allá en diciembre, no creo que quieras apresurar las cosas.

—Me parece increíble como ustedes, de alguna forma, se van alejando de mí.

—Harmony, nosotros tenemos que hacer nuestras vidas.

—Lo sé —sonreí con tristeza—. Es que... todavía no logro imaginarme una vida sin ustedes a mi lado.

—Hey, sabes que siempre estaremos contigo de cualquier forma ahí estaremos.

—¿Crees que Roberta cambie de opinión acerca de venirse para acá?

—No lo creo, ella en noviembre cumple sus dieciocho y ya no tendría que tener el permiso de su padre para salir de nuevo de un país.

—Albert, siempre me he preguntado sobre su padre.

—¿Qué tiene el papá de Palmer?

—¿No te parece raro que no sepamos nada de él?

—Harmony, nosotros mismos lo conocemos, lo hemos visto. No te comprendo ¿de qué hablas?

—Pero solo lo vimos de lejos o la única vez que lo vimos de cerca fue cuando llegamos a la casa de él y estaba peleando con Palmer —ya me había desviado un poco del tema—. Lo que estoy tratando de decir es que, nunca le hemos preguntado a Palmer cómo se siente con eso, saber que a su propio padre le importa una mierda lo que llegue a pasar con ella.